El castillo de Peracense es una fortaleza medieval situada en en la localidad aragonesa de Peracense, en la provincia de Teruel, Aragón. Es uno de los castillos mejor conservados de Aragón y uno de los monumentos de mayor interés patrimonial y paisajístico de Teruel. Siendo uno de los más desconocidos por el público.
Historia
Se sabe que el lugar estuvo ya habitado durante la Edad de Bronce (3300-2800 a.C.). Periodo caracterizado por el desarrollo de los primeros poblados estables y numerosos cambios sociales y económicos. Todos derivados por el desarrollo de la metalurgia del bronce.
De esta época se conservan elementos grabados en la roca, como canalillos y oquedades llamadas cazoletas. Estas suelen relacionarse con rituales de fertilidad mediante el aprovechamiento de agua de lluvia.
Durante la época celtíbera y romana también se ocupó la zona gracias a sus grandes posibilidades defensivas.
Durante los siglos IV a.C. y II d.C. la zona experimentó un gran desarrollo gracias a la explotación del mineral de hierro Esto trajo consigo un aumento demográfico y el surgimiento de nuevos poblados situados en alto. Algunos de los cuales se dotaron de potentes murallas ciclópeas.
Hacia el siglo III la zona entra en decadencia. Disminuye la población, las actividades mineras y metalúrgicas hasta la llegada en el siglo X de los árabes. Primero con el Califato de Córdoba y luego con el reino de Taifa de Albarracín. Con esto se vuelve a repoblar el castillo para defender las fronteras del reino y explotar el hierro de Sierra Menera.
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Tras la conquista del territorio por parte de la Corona de Aragón en el siglo XI se verá incrementada la importancia estratégica de su emplazamiento. En el año 1211 se cita por primera vez el término Peracels.
La administración de este territorio va pasando de mano en mano hasta que llega a los Ximénez de Urrea a mediados del siglo XIII. Pasa a ser la fortaleza de Pieraselz sede de un señorío desde finales de siglo.
En 1312 es adquirido por el rey de Aragón gracias al alto valor estratégico y defensivo de la fortificación. Este lo incorpora a la red de fortalezas en la frontera con el vecino reino de Castilla.
A mediados del siglo XIV comienza a construirse el castillo de Peracense siendo ampliado y reparado durante los siglos XIV y XV hasta adquirir el aspecto actual.
A partir del siglo XVI, con la unión dinástica de las coronas de Aragón y Castilla tras la boda de Fernando e Isabel, casi todos los castillos fronterizos perdieron utilidad. Pasan a desempeñar cometidos menores o siendo abandonados. El castillo de Peracense pasó a ser cárcel de la Comunidad y ciudad de Daroca hasta 1834.
Durante la I Guerra Carlista (1833-1840) el castillo de Peracense fue reutilizado y transformado por un contingente militar del ejército liberal. Tuvo que hacer frente a varios ataques carlistas en 1837 y 1839 cuando se llegó a tomar el pueblo de Peracense.
Tras esto, el castillo pasa a manos del ayuntamiento de Peracense. Cae en abandono cuando es objeto de saqueo de materiales constructivos. Su interior fue usado como cantera de piedras de afilar. Durante la postguerra el interior del castillo es utilizado como zona de pastos gracias a sus grandes explanadas.
Tras el cierre de las minas de Sierra Menera en 1987, se decide restaurar el castillo para recolocar a los trabajadores de las minas.
Esta restauración finaliza en 1991. Aunque los trabajos de restauración y consolidación del castillo han continuado incluso hasta la actualidad.
Visitando el Castillo de Peracense
El castillo de Peracense se divide en tres recintos que son los siguientes:
Recinto inferior
Es la primera defensa de la fortaleza en sus lados norte y oeste. Atravesamos la puerta de entrada y nos encontramos en una explanada rodeada de una muralla en forma de L. Está reforzada con tres torreones ligeramente salientes y de mayor altura.
En el centro encontramos la cantera de ruedas de afilar. Al sur los restos de la desmantelada antigua muralla exterior.
A mano derecha encontramos las caballerizas. Hoy reconvertidas en edificio de servicios, donde encontramos los aseos y la tienda de recuerdos. También hay expuestas reproducciones de diferentes armas de asedio.
Esta explanada estaba pensada para dar cobijo a los aldeanos con sus rebaños y bienes.
Recinto intermedio
Al norte del recinto inferior encontramos la entrada al recinto intermedio. Está formado por un muro de adarve, y se acompaña por tres torreones huecos.
De éstos destaca el situado más occidental por estar construido mediante sillares. Está dotado de bóveda apuntada y un arco de media punto que permitía perfectamente el acceso a la fortaleza desde el norte.
Los flancos sur y oeste no tienen muralla ya que el terreno presenta un pronunciado escarpe que facilita su defensa.
Según cruzamos la puerta nos topamos con la muralla del recinto superior. A mano derecha nos encontramos con la torre del cuerpo de guardia. Se puede acceder y subir a la terraza a admirar las vistas.
Desde aquí llegamos a la plaza de armas, donde encontramos el antiguo alojamiento de las tropas y las cocinas hoy reconvertidas en museo y sala de exposiciones, donde encontramos fotografías de la restauración del castillo y la historia del lugar y objetos desenterrados.
Junto a ellos se encontraba el torreón angular hoy desaparecido.
Al fondo sur encontramos el aljibe principal en un rincón sombreado, construido para recoger el agua de lluvia. Tiene capacidad para 60.000 litros de agua que se llenaba gracias a un sistema de captación de agua de lluvia tallando en las rocas dominantes una red de pequeños canales visibles aún.
Al oeste, la torre del hospital, que originalmente era más pequeña pero fue ampliada durante la Guerra de los Pedros. Desde aquí tenemos una maravillosa vista del recinto superior del castillo y su parte principal.
En el extremo este, a una cota inferior que la plaza de armas, se encontraba la cárcel, la capilla y el acceso secundario hacia la aldea. En la pared rocosa se abre un pasillo natural de acceso hacia el interior del castillo, desde la antigua aldea, conocida como el despoblado de Los Casares, situada a los pies del mismo castillo.
Volvemos a atrás y subimos por las (modernas) escaleras para entrar al recinto superior. Este recinto constituye la parte principal del castillo, situado en lo alto de la mole desde donde se divisa una extensa cantidad de territorio, que facilita su defensa.
El recinto tiene 4 pisos. En el primero encontramos tan solo una sala, que se cree que fuera el polvorín. Seguimos subiendo y llegamos al segundo piso.
En este piso era donde vivía el alcaide y su familia durante los siglos XIV y XV. A mano derecha lo primero que encontramos es la cocina, en la que se conserva el horno con planta circular de media esfera y algunos restos de anaqueles para colocar los utensilios de cocina. Junto a la cocina encontramos una pequeña estancia que debía ser la despensa.
A mano izquierda tenemos uno de los tres aljibes excavados en la roca que tiene el recinto, para asegurarse el abastecimiento de agua durante los asedios.
Al fondo encontramos la Sala Mayor y alrededor de ella pequeñas estancias de forma irregular para adaptarse al difícil terreno.
Al fondo encontramos una pequeña (muy pequeña puerta) que da acceso a una terraza inferior en el que encontramos un aljibe más grande.
El agua parece tan fresca y apetecible…
Volvemos sobre nuestros pasos y subimos hacia la planta superior. En ella, a parte de las impresionantes vistas en 360º, encontramos otro aljibe.
Este se llena a través de un ingenioso sistema de recogida de agua de lluvia. Un tejado de losas sobre la sala gótica vertía hacia un canalillo central, de doble pendiente que llenaba el aljibe.
Cuando éste se llenaba, el agua sobrante iba a parar al pequeño aljibe que encontramos antes junto a las escaleras de acceso.
Aquí termina la visita al castillo aunque un último apunte: Saliendo del recinto, si subimos la cuesta del aparcamiento encontraremos un mirador (adaptado para silla de ruedas) desde el que hay unas magníficas vistas del castillo.
Información general
Cómo llegar al castillo de Peracense
Desde Teruel se llega en coche, no muy facilmente por el mal estado de la carretera (merece la pena ya te lo avisamos), debemos tomar la autovía A-23 y luego tomar la salida 144 hacia A-1511 dirección Santa Eulalia.
En la entrada de Santa Eulalia debemos desviarnos a la carretera TE-V-9026 hacia Alba. Cruzamos el pueblo por esta carretera unos 3 km hasta ver el desvío hacia Peracense. Está señalizado pero aún así lo reconoceremos porque saldremos de una carretera decente a otra muy estrecha con el asfalto un poco hecho polvo, que irá empeorando según vayamos llegando al castillo.
Horario:
Mañanas | Tardes | |
Del 1 de enero al 16 de abril | 10:30-14:00 | 15:30-18:00 |
Del 17 de abril al 30 de junio | 10:30-14:00 | 16:00-20:30 |
Del 1 de julio al 15 de septiembre | 10:30-14:00 | 16:00-21:00 |
Del 16 septiembre al 15 de octubre | 10:30-14:00 | 15:30-19:00 |
Del 16 de octubre al 31 de diciembre | 10:30-14:00 | 15:30-18:00 |
A ciertas horas hacen una visita teatralizada que está muy, muy chula, sin coste extra que recomendamos. Para los horarios consultar en su teléfono: 620 86 30 78 o en su email: info@castillodeperacense.es
Precios:
- General: 3.50€.
- Reducida: 3€. Jubilados (+65 años), Carnet Joven, Grupos (+15 adultos).
- Infantil (6-14 años): 2€.
- Grupos escolares: 1.80€.
Mas información en la web del castillo de Peracense.
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