Este año toca visitar París. Ya que estamos, visitaremos parte del norte de Francia enfocándonos en lugares importantes durante ambas Guerras Mundiales.
19 de julio
A las 14.20 despegamos del aeropuerto de Málaga rumbo a París, la capital de Francia. Aterrizamos sobre las 16.45 en el aeropuerto de Orly. Tomamos el tren ligero Orlyval hasta la estación de RER Antony. Allí nos subimos a la línea B del RER hasta la estación Châtelet – Les Halles.
El billete combinado nos costó 12€ por persona. Desde allí tomamos el metro hasta la estación Malesherbes, que estaba a unos 5 minutos del hotel.
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El hotel elegido es el Romance Malasherbes, un pequeño hotel de 3 estrellas muy sencillito y relativamente barato: 89€. La pega es que estaba algo alejado del centro.
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Dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a tener una primera toma de contacto con la ciudad. Nos fuimos hasta Trocadero. Para ello tuvimos que tomar la línea 3 de metro hasta la estación Havre – Caumartin. Allí hicimos transbordo a la línea 9 hasta Trocadero. En total unos 25 minutos de trayecto.
En la plaza de Trocadero se encuentra el Palais de Chaillot. Se construyó para la Exposición Universal de 1937 por los arquitectos Léon Azéma, Jacques Carlu y Louis-Hippolyte Boileau. Fue en lugar de la plaza del antiguo Palacio del Trocadero. Pero lo mejor del palacio es la impresionante vista que hay desde su explanada de la Torre Eiffel.
Bajando las escaleras se encuentran los jardines Trocadero y la espectacular Fontaine du Trocadéro, construida también en 1937. Aquí verás a mucha gente tirada en el césped alrededor de la fuente descansando y hasta de pícnic.
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Iati segurosCruzamos el Pont d’Iéna para llegar hasta la base de la torre. Dimos una vuelta por los alrededores y por los Campos de Marte. Con sus 24,5 hectáreas, el Champ-de-Mars es uno de los espacios verdes más grandes de París.
En el siglo XVI, el paisaje de esta vasta explanada consistía principalmente en viñas y huertos. Desde 1790 se utiliza para todas las grandes conmemoraciones.
Desde aquí nos fuimos dando un paseo camino del Arco del Triunfo contemplando la Torre Eiffel desde diferentes perspectivas.
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Andando andando llegamos hasta el Palais de Tokyo. Construido con motivo de la Exposición Internacional de 1937, el edificio toma su nombre de “quai de Tokio” (actual avenida de Nueva York). Es un museo de arte moderno.
Un poco más adelante, junto al extremo norte del Pont de l’Alma, se encuentra la Flamme de la Liberté.
Fue erigida en 1987 para celebrar el centenario de la fundación del diario International Herald Tribune.
En 1989 fue donada por éste durante el bicentenario estadounidense, para simbolizar la amistad entre los pueblos francés y estadounidense. En ella verás fotos y recuerdos a Diana de Gales ya que sus admiradores la han transformado en estela conmemorativa. Aquí empieza el túnel de l’Alma que fue donde tuvo lugar el accidente de tráfico en el que falleció.
Ya desde aquí nos fuimos directos hasta el Arc de Triomphe.
Deseado por Napoleón I en 1806, el Arco de Triunfo fue inaugurado en 1836 por el rey francés Louis-Philippe. Éste lo dedicó a los ejércitos de la Revolución y el Imperio.
El Soldado Desconocido fue enterrado en la mediana en 1921. La llama de la memoria se reaviva todos los días a las 18.30.
Se puede subir a admirar las vistas desde la terraza panorámica por 13€.
Desde aquí bajamos por la avenida des Champs-Élysées donde cenamos en una hamburguesería llamada Quick. Una cadena de comida rápida en la que la hamburguesa tenía un aspecto nauseabundo aunque no estaba mala de sabor. Pero vamos, que no íbamos a repetir.
Ya después de cenar nos metimos en el metro para ir a descansar al hotel.
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20 de julio
Nos levantamos temprano y nos dirigimos a la Sainte Chapelle. Se trata de un templo gótico en la Ile de la Cité.
La Ile de la Cité es una isla situada en el Sena, en el corazón de París. Se considera la antigua cuna de la ciudad de París.
La Sainte Chapelle se construyó entre 1241 y 1248 a pedido del Rey Luis IX. Fue para albergar la Santa Corona de Espinas, una pieza de la Vera Cruz, así como varias otras reliquias de la Pasión que había adquirido desde 1239.
Diseñada como un santuario casi totalmente acristalado, destaca por sus impresionantes y famosas vidrieras.
Junto con la Conciergerie, la Sainte-Chapelle es uno de los restos del Palacio de la Ciudad, que abarca el sitio que cubre el palacio de justicia actual.
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Desde aquí nos acercamos a la Cathédrale Notre-Dame de Paris. Se empezó a construir en el año 1163 tras la colocación de la primera piedra por el obispo Maurice de Sully, sufrió numerosas modificaciones y resconstrucciones hasta su finalización casi dos siglos después en el año 1345. Es uno de los monumentos más emblemáticos de París y un lugar de culto católico, sede de la Archidiócesis de París, dedicado a la Virgen María.
La cola era descomunal así que decidimos no entrar de momento, ya la visitaríamos más adelante.
Estuvimos paseando por la zona, como la plaza Jean XXIII, en la que se encuentra la Fontaine de la Vierge. La fuente fue creada por Alphonse Vigoureux en 1845, para equipar la plaza Jean-XXIII, creada el año anterior.
Junto a la plaza se encuentra el Pont de l’Archevêché, donde habían como cientos de miles de candados del “amor”… destrozando el puente y contaminando aún más el río con las dichosas llaves arrojadas. La verdad es que me parece una costumbre absurda, pero vaya, es mi humilde opinión.
Desde aquí nos fuimos dando un paseo hasta la Plaza de la Bastille, un lugar simbólico de la Revolución Francesa, donde la antigua fortaleza de la Bastilla fue destruida entre el 14 de julio de 1789 y el 14 de julio de 1790.
En la plaza se encuentra también la Ópera de La Bastilla que fue diseñado por Carlos Ott e inaugurado en 1989 durante las celebraciones del bicentenario de la Revolución como parte de las principales obras de París. Es con la Opera Garnier una de las dos salas que constituyen la Ópera de París.
Desde la plaza nos fuimos andando hacia el Centro Pompidou. Pero antes pasamos por el Hôtel de Ville, el ayuntamiento de París. El Hôtel de Ville fue reconstruido en estilo neorenacentista para sustituir al antiguo edificio de 1357 que fue devorado por un incendio durante la Commune de Paris en 1871.
Muy cerca está el mencionado Centro Nacional de Arte y Cultura Georges-Pompidou. Inaugurado en el año 1977 es un edificio con un arquitectura… digamos que peculiar. La verdad es que es para verlo. Si estás por París, acércate a verlo.
Aquí descansamos un rato y luego nos fuimos camino del Louvre. Pasamos por el Jardín Nelson Mandela, en pleno centro del nuevo barrio des Halles. En él podemos encontrar el edificio Bourse de Commerce — Pinault Collection. La Bolsa de Comercio es la nueva sede de la presentación de la Colección Pinault. Este edificio histórico ha sido completamente restaurado y transformado en museo por el gran arquitecto japonés Tadao Ando.
Junto a los jardines se encuentra la Eglise Saint-Eustache (iglesia de San Eustquio), construida entre 1532 y 1633 en estilo gótico aunque con unos toques renacentistas.
Después de parar a comer algo ligero, llegamos al Musée du Louvre. Construido en principio como castillo por el rey Philippe Auguste en 1190, en el año 1546, el rey François I comienza la transformación de la fortaleza en residencia. En el año 1793, durante la revolución francesa, pasa de ser residencia real a museo.
Alberga obras de arte desde el milenio 7 a.C. hasta 1850.
El precio de entrada es de 13.60€ (2015) y se dice que te puedes tirar dentro una semana y no verlo entero.
Como nosotros no teníamos mucho tiempo nos dedicamos a recorrerlo por fuera y a sacarnos la foto de rigor haciendo el tonto en la pirámide y demás. Ya tenemos excusa para volver a París.
Si quieres ir más allá, puedes contratar una fabulosa visita guiada por el Museo del Louvre para tener una experiencia de lo más completa:
Enfrente se encuentra el Arc de Triomphe du Carrousel que fue construido en estilo corintio entre 1806 y 1808 para conmemorar las victorias militares de Napoleón del año anterior.
Pasado el arco llegamos al Jardin des Tuileries. El Jardín de las Tullerías toma su nombre de las fábricas de azulejos que se encontraban en el lugar donde la Reina Catalina de Medici construyó el desaparecido Palacio de las Tullerías en 1564. El famoso jardinero del rey, André Le Nôtre, le dio desde 1664 su aspecto actual de un jardín francés.
Al final de los jardines llegamos a la Place de la Concorde. Se encuentra a los pies de la Avenue des Champs-Élysées y en el se encuentra el Obelisco de Luxor (3.300 años de antigüedad). También se encuentran dos fuentes monumentales: la fuente de los mares y la fuente de los ríos.
Creada en 1772, la Place de la Concorde fue uno de los lugares de ejecución durante la Revolución Francesa. Luis XVI y María Antonieta (entre otros) fueron guillotinados allí. Entre 1836 y 1846, el arquitecto Jacques-Ignace Hittorf dio a la plaza el aspecto que vemos hoy.
Desde aquí nos fuimos a descansar un rato hasta la cena. Teníamos hora para las 23.00 para visitar la Torre Eiffel. Leyendo blogs y webs, recomendaban sacar entrada para la torre al menos 6 meses antes de la visita, pero mejor si era un año antes. Nosotros la compramos el 27 de mayo (casi dos meses antes) y solo había entrada para la última hora durante todos los días que íbamos a estar en París.
La entrada nos costó 9€ por persona y era hasta el segundo piso. Si queríamos subir a lo alto teníamos que pasar por taquilla en el 2º piso pero a la hora que teníamos nosotros nos dijeron que iba a ser complicado. Era muy tarde.
Sacando la entrada online entras por otra puerta diferente al resto, sin cola y, visto lo visto, mejor. Las vistas desde arriba, aunque fuera de noche, eran impresionantes. Habían como dos mil millones de personas. No tuvimos suerte y no pudimos subir hasta arriba, pero aún así, merece la pena.
Una vez terminada la visita a la torre. Vuelta corriendo al hotel antes de que se acabara el metro y a dormir.
21 de julio
Nos levantamos temprano y nos vamos a las catacumbas, que era uno de los motivos del viaje a París. Este osario que cubre un área de 11,000 m² bajo tierra, se llama “catacumbas”, en referencia a las catacumbas de Roma y contiene más de 6 millones de huesos de diferentes cementerios parisinos.
Salimos de la estación justo enfrente de la entrada. Me pareció muy raro que habían dos colas… será una para taquilla y otra para entrar. Pues no, la cola daba la vuelta y media a la manzana. Podían haber allí una mil personas. Teniendo en cuenta que los turnos son de 200 personas cada 45 minutos… huelga decir que no esperamos. Quedamos en que volveríamos a la hora de comer a ver como iba la cola.
Mientras tanto nos fuimos al mirador de la Torre Montparnasse. Construida entre 1969 y 1973 en el sitio de la antigua estación de Montparnasse y con 210 metros de altura. Fue durante casi 40 años el edificio más alto de Francia hasta la inauguración en 2011 de la torre First.
Durante su construcción y después, la torre fue fuertemente criticada. Sus detractores lo encontraron (y aún lo encuentran) inquietante debido a su altura desproporcionada en comparación con el resto de la ciudad de París. La verdad es que es un mamotreto horriblemente feo que si es verdad que no pega ni con cola con el resto de la ciudad.
A pesar de su fealdad, no tiene rival en cuanto a vistas. En la planta 56, después de subir en el que dicen que es el ascensor más rápido de Europa (Sube sólo en 38 segundos) te encuentras con unas vistas alucinantes. La entrada nos costó 13€ (2015).
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Después de tan alucinantes vistas nos subimos al metro y nos fuimos a visitar en Panteón. En la estación Gare Montparnasse tomamos la línea 13 de metro hasta la estación Duroc donde hicimos transbordo a la línea 10 hasta la estación Cardinal Lemoine.
El Panteón es un monumento de estilo neoclásico situado en el corazón del Barrio Latino. Construido entre 1757 y 1790, estaba pensado para ser una iglesia que albergaría el relicario de santa Genoveva pero, tras la revolución francesa, se dedicó a honrar a los grandes personajes históricos de Francia, excepto los militares, para los que se reserva el panteón militar de Los Inválidos.
Como no, alguna obra tenía que tocarnos y fue la cúpula, que estaba cubierta por andamios. En el interior, podemos admirar la impresionante arquitectura del edificio además de sus obras de arte. Además, podemos visitar la cripta en la que se encuentran enterrados personajes ilustres como Marie Curie, Voltaire o Alejandro Dumas.
Al salir, como ya había dado la hora temprana de comer en Europa, nos fuimos corriendo otra vez a las catacumbas. Cuando llegamos… ¡HABÍA LA MISMA COLA! Madre mía. Decidimos volver por la mañana temprano antes de la hora de abrir.
Así que nos fuimos de nuevo a la Catedral de Notre Dame esta vez para entrar. Había menos cola que la vez anterior así que nos quedamos. La verdad es que iba bastante rápido.
La Catedral de Notre Dame, como casi todas las catedrales que hemos visitado es bastante espectacular, aunque tengo que decir que no es, ni mucho menos, la más bonita en la que hemos estado.
Después de visitar la catedral nos fuimos a Montmartre. Para llegar hasta la Basílica del Sacré Cœur, tomamos la línea 4 desde la estación Saint Michel Notre Dame hasta la estación Barbès Rochechouart. Allí dimos un pequeño paseo hasta la parada del funicular de Montmartre. El trayecto de subida tarda unos 5 minutos y es muy cómodo para las viajeros ya agotados después de todo el día andando. Te deja prácticamente en la base de la basílica.
La Basílica del Sacré Cœur, consagrada en 1919, es uno de los monumentos más emblemáticos de París. Situada en la cumbre de Montmartre, ofrece con sus 130 metros de altitud, una de las vistas panorámicas más increíbles de la capital. En el interior del edificio, el techo está decorado con el mosaico más grande de toda Francia. También se puede subir al Domo para admirar las vistas de París en 360º. Aunque desde la explanada de la entrada también se observan unas vistas espectaculares.
Tras admirar las vistas nos decidimos a dar un paseo por el barrio a buscar algo para cenar. Cenamos en una crepería llamada Le Tire-Bouchon, un sitio bastante pintoresco y barato. Comimos un menú que consistía en un crepe salado y otro dulce. En total nos costó 24.40€. Tras la cena volvimos paseando hasta la basílica y volvimos a bajar en el funicular.
Tras llegar abajo, por último antes de irnos a descansar, nos acercamos al Moulin Rouge, que quedaba a unos diez minutos andando a sacarnos la foto de rigor delante de la fachada.
22 de julio
Hoy madrugamos. Nos vamos a Versalles para ver el famoso palacio. Para ello nos tomamos el metro hasta la estación Invalides, en donde hicimos transbordo a la línea RER C. Unos 30 minutos después llegamos a la estación Gare de Versailles Chateau Rive Gauche. Desde allí sólo nos separan unos 5 minutos de la plaza de Armas, delante del palacio. Nada más doblar la esquina ya se puede observar la grandeza del palacio.
El Château de Versailles (Palacio de Versalles) es un castillo francés y monumento histórico ubicado en la ciudad de Versalles, en los Yvelines. Empezado a construir en 1623, fue la residencia de los reyes de Francia Louis XIV , Louis XV y Louis XVI.
El rey y la corte residieron allí permanentemente desde el 6 de mayo de 1682 hasta el 6 de octubre de 1789, con la excepción de los años de la Regencia de 1715 a 1723. A partir de 1789 se convirtió en el Museo de Historia de Francia.
La visita cuesta 15€ (2015). Incluye audioguía y se pueden visitar tanto los lugares más célebres del Palacio: Galería de los Espejos, Grandes Apartamentos del Rey y le Reina, dormitorio del Rey, etc… como las exposiciones temporales.
Guiados por varias personas que ya habían estado, nos dijeron que el interior del palacio era muy incómodo de ver. Es debido a la cantidad de gente que metían y que, si habíamos visitado el palacio Schönbrunn en Viena, que era muy similar, que no perdiéramos el tiempo.
Así lo hicimos así que compramos por la web la entrada de los jardines solamente. Mira tú por donde, después de hacer la interminable cola de acceso, resultó que los jardines son gratuitos (2015) y lo que habíamos comprado era la entrada de los Dominios de María Antonieta. Pues ya que la teníamos, entramos.
Los dominios de Maria Antonieta están formados por el Petit Trianón, los jardines de la Reina y la Aldea. Fue abierto al público en 2006 para retratar la vida de María Antonieta, esposa de Luis XVI, a la que le gustaba disfrutar en estos lugares llevando una vida sencilla y campestre a su aire, lejos de los lujos de Versalles. Los dominios fueron regalo de su esposo Luis XVI en 1774 para que tuviera intimidad y pudiera huir de la corte. De hecho era una zona estricta a la que nadie podía acceder sin ser invitado.
Los jardines son inmensos. Resulta imposible verlos enteros a pie. La mayoría de las fuentes estaban cerradas al público y había que verlas desde lejos. Después de haber empleado toda la mañana, la verdad es que nos sentíamos como si hubiéramos perdido la mañana. Son muy chulos pero pensaba que iban a ser mucho más espectaculares. Igual llevábamos las expectativas demasiado altas.
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A la vuelta de Versalles ya por la tarde, nos dedicamos a pasear un poco por la ciudad, que ya era demasiado tarde. Estuvimos de nuevo viendo el Arco del Triunfo con tranquilidad y observando los detalles.
Más tarde volvimos a recorrer los Campos Elíseos hasta llegar al Grand Palais. Éste es uno de los monumentos más emblemáticos de Paris. Se construyó para la exposición universal de 1900 y su característica más llamativa es la cúpula acristalada que corona el pabellón francés.
El Grand Palais se divide en 3 espacios diferentes: La Nef, las Galeries Nationales y el Palais de la Découverte. La Nef (nave) se usa para grandes eventos de diferentes tipos, como de equitación, parques de atracciones, etc…
Las Galeries Nationales se usa para grandes exposiciones sobre artistas que han marcado la historia del arte como Picasso, Renoir, etc…
Y Palais de la Découverte es un museo y centro cultural dedicado a las ciencias con exposiciones permanentes y temporales. Desde luego el edificio es una preciosidad.
Justo enfrente se encuentra el Petit Palais. Como el Grand Palais se construyó para la exposición universal de 1900 y alberga el museo de Bellas-Artes de la Ville de Paris. El edificio, aunque más pequeño que su hermano, es igual de espectacular.
Desde aquí se puede observar a lo lejos el edificio Hôtel des Invalides, que visitaremos mañana. Pero aún así nos acercamos al Pont Alexandre III, que también fue inaugurado para la exposición universal de 1900.
Sus extremos están decorados con 4 pilones monumentales de 17 metros de altura, adornados con 4 caballos alados de bronce dorado que simbolizan el éxito de las artes, las ciencias, el comercio y la industria.
23 de julio
Último día de la primera etapa de París. Hoy madrugamos mucho para visitar el Hôtel des Invalides. Queríamos estar en la puerta para la hora de abrir antes de que se petara y tuviéramos que pasarnos la mañana haciendo cola.
El Hôtel des Invalides fue construido por orden del rey Luis XIV entre 1670 y 1679 para albergar a los soldados retirados de sus ejércitos.
Hoy en día sigue siendo un hospital-hospicio además de albergar el ministerio de defensa francés y la Iglesia Saint-Louis des Invalides en donde se encuentra la tumba de Napoleón I.
También alberga varios museos como musée de l’Armée (Armada), alberga el musée des Plans-Reliefs (Planos- Relieves) y el musée de l’Ordre de la Libération (Orden de la Liberación).
Llegamos un poco antes de la 10 de la mañana y nos extrañó que no hubiera nadie aún. Más nos extrañó que se nos sumarían un grupillo como de diez personas más. Teniendo en cuenta que es uno de los monumentos más visitados de París… Ya a la salida nos enteraríamos de que entramos por la puerta trasera en la que se junta mucha menos cola. Negocio redondo.
La entrada nos costó 9€ (2015) y nos daba derecho a visitar prácticamente todo el recinto. Entramos y compramos nuestra entrada. Lo primero que nos encontramos fue el museo de la armada, creado en 1905 como fusión el museo de l’Artillerie (1796) y del museo histórico de la Armada, creado cien años más tarde. Contiene muchos cuadros y muchos objetos bélicos usados a lo largo de la historia.
Después de un largo recorrido por el interminable museo llegamos a la Iglesia Saint-Louis des Invalides que incluye l’Eglise des Soldats y l’Eglise du Dôme. Construida en 1676 a petición del ministro de guerra alberga el panteón de los gobernadores en el cual reposan varios gobernadores de los Invalides, mariscales de Francia y grandes jefes militares incluida la de Napoleón primero.
A la salida, pasamos por un supermercado y nos compramos unos sandwiches para comer. No había tiempo que perder.
Uno de los sitios que tenía que visitar por fuerza el día que visitara París era el cementerio de Père-Lachaise, donde se encuentra enterrado Jim Morrison, cantante de The Doors, uno de mis grupos favoritos. Así que después de los inválidos nos dimos un salto.
El cementerio de Père Lachaise se llama así en recuerdo del confesor del rey Louis XIV, el padre François d’Aix de La Chaise. Se trata de la necrópolis más prestigiosa y más visitada de París. Es realmente descomunal y contiene más de 70.000 tumbas. Aquí están enterrados multitud de personajes ilustres como el propio Jim Morrison, Honoré de Balzac, Frédéric Chopin, Edith Piaf y otra de las que quería vistar, la de Oscar Wilde.
Al entrar, tienes un plano del gigantesco cementerio con las tumbas de esos personajes históricos marcadas para que intentes no perderte.
Si prefieres explayarte, puedes contratar un tour por el cementerio que te cuente toda las historia y los personajes ilustres allí enterrados:
Tras el cementerio comimos algo ya muy tarde y nos fuimos hacia el centro. Nos bajamos del metro en la estación Opéra. Justo a la salida nos encontramos con el edificio de la Ópera Garnier.
Construida por orden de Napoleón III, con motivo de las grandes obras de renovación de la capital que el Baron Haussmann realizó bajo sus órdenes, por Charles Garnier e inaugurado en 1875, es la decimotercera sala de ópera de París, tras la fundación de esta institución por Luis XIV en 1669.
Nos fuimos paseando hasta las Galeries Lafayette Haussmann, unos famosos grandes almacenes abiertas en el año 1894 por los primos Théophile Bader y Alphonse Kahn. Con diferentes departamentos con muchos puestos de marcas de lujo (baratitas), tiene com o un patio central con una espectacular cúpula en estilo Art Nouveau construida en 1912.
Buscando unos aseos, en la planta de la juguetería hay un ventanal en una esquina desde las que se observan una vistas espectaculares de la basílica del Sacré Cœur. No se si descubrimos un trucazo pero lo cierto es que allí no había absolutamente nadie.
Ya se iba haciendo la hora de cenar, así que nos fuimos al Barrio Latino en busca de algún sitio bueno y no demasiado caro. Nos comimos un menú en un sitio llamado Saveurs de Savoie. Comimos realmente bien por 18€ por persona.
Desde aquí nos fuimos dando un fabuloso paseo por el centro de París hasta llegar al Musée du Louvre que, como era bastante tarde, ya quedaba poca gente en los alrededores. Seguimos paseando hasta llegar a la catedral para contemplarla de noche.
Y de aquí nos acercamos a los Champ de Mars, en donde había mucha gente haciendo “botellon” para ver el espectáculo nocturno de luces de la Tour Eiffel.
Y de aquí a cenar algo ligero y a dormir que al día siguiente dejábamos París.
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