En nuestro periplo por tierras Lituanas hoy mudamos el campamento y nos vamos hasta Klaipeda.
Klaipėda es la tercera ciudad más poblada de Lituania y el principal puerto marítimo del país, situado en la costa del mar Báltico.
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Iati segurosBreve historia de Klaipėda
La ciudad fue fundada en 1252 por la Órden Teutónica. Entonces es llamada Castrum Memele (en alemán Memelburg) y siendo cristianizada toda el área.
La Paz del Mar Melno en 1422 fijó la hermandad entre la provincia de Prusia y Lituania. Memel fue incluida en Prusia y la frontera permaneció inalterada hasta 1919. Fue una de las fronteras más largas sin cambios en Europa.
A comienzos de 1474 Memel fue gobernada por la Ley Culm de las ciudades prusianas.
En 1525, el Ducado de Memel adoptó el luteranismo bajo el reinado de Alberto de Prusia. Fue el comienzo de un largo periodo de prosperidad para la ciudad y el puerto. Ya que el Ducado de Prusia fue un feudo polaco y más tarde parte de la Comunidad de naciones Polaco-Lituana. Esa prosperidad llegó a su final cuando, entre 1629 y 1635, Memel fue atacada y ocupada por Suecia.
Con la creación del Estado unificado alemán en 1871, Memel se convirtió en la ciudad más al noreste de Alemania. Tras el Tratado de Versalles el territorio que rodeaba a Memel fue separado de Alemania y recibió una autonomía bajo ocupación francesa.
En 1923 tropas lituanas bajo el mando del coronel Budrys atacaron la ciudad y los franceses se retiraron.
Memel fue reabsorbida por el Reich alemán el 22 de marzo de 1939, tras la anexión de Austria, los Sudetes y Checoslovaquia. En enero de 1945 la ciudad es capturada por el Ejército Rojo y entregada a Lituania.
1 de agosto
A las 11.35 salió el bus desde la estación de Vilnius. Durante el trayecto sucedió algo que me dejo impresionado. En cierto momento por la autopista, adelantamos a un viejo coche que iba remolcado por un seat Ibiza medienta una cuerda normal y corriente, atada al parachoques. Esto en España te pillan y te meten un paquete que te cagas.
Algo menos de 4 horas más tarde llegábamos a la estación de Klaipėda. Desde aquí nos fuimos dando un paseo hasta nuestro hotel, el National Hotel. Un hotel de 4 estrellas muy céntrico y bastante barato.
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Dejamos las cosas y nos fuimos a dar un paseo por el casco antiguo de la ciudad. La parte central del barrio parece un típico pueblecito alemán. ¿Habremos cambiado de país sin darnos cuenta?
El sitio más céntrico es Teatro Aikštė, la Plaza del Teatro. Esta es la plaza central del casco antiguo de Klaipeda.
En un principio aquí se encontraba parte de los fosos del castillo. Tras ser rellenado en 1819, se abre un mercado en este lugar. Este mercado va evolucionando y creciendo a medida que pasan los años.
El edificio más reseñable de la plaza es (obviamente) es el teatro. Se desconoce el momento de la construcción del primer edificio. Según unos planos de la ciudad del siglo XVIII, aquí se encontraba un edificio de planta cuadrada llamado “Komedijų namais” (Casa de la Comedia). Anteriormente era un edificio militar.
El nuevo auge de la vida teatral en Klaipėda comenzó después de 1818, cuando llegó aquí el alemán Ulbrich. Una empresa de comercio forestal le permitió el uso gratuito de un edificio temporal de madera, donde instaló una sala de 200 asientos y abrió un teatro.
A fines del siglo XIX, se completó la construcción de un nuevo teatro. Era de ladrillo de estilo clasicista de dos plantas con buhardilla en el sitio del teatro actual. En 1854 el teatro se quema durante un incendio en la ciudad pero se reconstruye en 1857.
Para 1935 se traslada a Klaipeda el Teatro Šiauliai, una ciudad a 170 km al oeste. Funciona como Teatro Estatal de Klaipeda hasta 1939.
Por desgracia, durante nuestra visita estaba totalmente tapado. Estaban realizando obras de restauración y no pudimos contemplarlo.
Otro elemento reseñable de la plaza es el monumento a Simon Dach. Poeta nacido en 1605 en Klaipeda cuando oficialmente era llamada Memel y pertenecía a Alemania. Se trata de una fuente instalada en 1912 cuya escultura representa a la joven descalza. Es uno de los personajes creado por el poeta.
En 1939 la escultura fue retirada de la plaza y se dice que la idea era sustituirla por una de Adolf Hitler. Para 1989 se vuelve a instalar una réplica de la escultura original.
Desde aquí nos fuimos a la ribera del río Danés. Cruzamos el río por el puente Biržos. Hasta el siglo XVIII, el entonces puente de madera, además de para cruzarlo, servía para cobrar tributo a todos los barcos que quisieran pasar elevándolo.
En 1877 se inicia la construcción de un nuveo puente de acero diseñado por el ingeniero Bernstein de Wiesbaden. Fue inaugurado en 1879.
Para 1904 se rediseñó la parte superior para que pudieran circular por el los nuevos tranvías de la ciudad. En dicha reconstrucción el puente fue decorado con dos portales Art Nouveau calados de metal a los que se adosaron farolas.
Destruido durante la Segunda Guerra Mundial, se reconstruyó con el mismo diseño en 1948. La última restauración es de 2007.
La ciudad debía estar en fiestas. En el parque junto al río habían varios puestecillos de comida y artesanía. Allí nos sentamos a tomar unos refrescos y comer kepta duona. Es una especie de tiras de pan frito con queso, que está buenísimo (Receta aquí).
Junto al puente encontramos Arka, un monumento construido por el escultor Arūnas Sakalauskas en 2003. Fue para conmemorar el 85 aniversario de la Ley de Tilsit y el 80 aniversario de la revuelta de Klaipėda.
La columna roja más pequeña está hecha de granito rojo y simboliza Lituania Menor y su herencia cultural. Mientras que la parte gris simboliza la Lituania propiamente dicha. La parte gris en la parte superior parece haberse roto y representa el Óblast de Kaliningrado, actualmente parte de Rusia.
La inscripción de la parte superior que dice: “Esame viena tauta, viena žemė, viena Lietuva” (“Somos una nación, una tierra, una Lituania”) son unas palabras de la escritora lituana Ieva Simonaitytė.
Desde aquí nos fuimos a descansar un poco pero, de camino, pasamos por un supermercado para comprar algo de cenar. Por 18.84 Litas (5.45€) compramos un montón de cosas.
Tras el descanso dimos un pequeño paseo nocturno pero nos fuimos temprano a la cama que había que madrugar muchísimo. El día siguiente iba a ser duro, muy duro.
2 de agosto
Madrugamos mucho no, muchísimo. Hoy visitamos el istmo de Curlandia, un istmo de arena que separa el mar Báltico de la Laguna de Curlandia. Tiene una longitud de 98 km de los cuales 52 pertenecen a Lituania y el resto al Oblast de Kaliningrado en Rusia.
Según la mitología báltica, el istmo fue formado por una chica muy fuerte llamada Neringa que estaba jugando en la playa.
Toda la parte lituana pertenece al municipio de Neringa. Hasta la reforma del municipio lituano de 2000, se conocía como la ciudad de Neringa, aunque nunca hubo allí una verdadera “ciudad”. Se convirtió en una ciudad en la Unión Soviética en 1961 al combinar formalmente 4 asentamientos en una unidad administrativa.
A las 7.20 de la mañana estábamos tomando el transbordador de Klaipeda a Smiltynés. El trayecto nos costó 2.90 Litas (0.85€) y tarda unos 20 minutos en cruzar la laguna. Desde aquí nos subimos un bus que nos llevó hasta Nida. El trayecto nos costó 11 Litas (3.20€) y dura algo más de una hora.
Nida es la capital administrativa del municipio de Neringa y es muy conocido como destino turístico y por la colonia de artistas de Nida. Fue un movimiento artístico importante en Prusia Oriental que comenzó alrededor de 1890 y finalizó con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Nida es es el punto más occidental de Lituania y los estados bálticos. Está cerca de la frontera con el enclave ruso del Oblast de Kaliningrado y cuenta con unos 2.300 habitantes.
Aquí compramos un snack para el camino y nos fuimos hacia un punto de alquiler de bicicletas que tenía ya fichado. Las bicis nos costaron 30 Litas (8.70€) cada una y podíamos devolverlas en cualquiera de los puntos que tenían a lo largo de todo el istmo.
Con las bicis nos dirigimos al primer punto que queríamos ver, la Parnidžio kopa, la duna Parnidis o la Gran Duna de Nida. Una duna de arena en movimiento de 52 metros de altura y se cree que su nombre, Parnidis, proviene de la frase cuyo significado es “pasó por Nida” porque esta duna arrastrada por el viento ha pasado varias veces por el pueblo de Nida.
Se puede subir a lo alto pero solo por los caminos marcados. Está estrictamente prohibido salirse de éstos para asegurar su conservación.
Aparcamos las bicis y subimos las escaleras por medio del frondoso bosque que lleva a lo alto y podemos admirar las impresionantes vistas.
En lo alto de la duna se encuentra Saulės laikrodis, un reloj de sol de granito construido en 1995. En 2011 tuvo que ser restaurado ya que fue destruido durante una tormenta. El reloj de sol es un pilar de piedra de 13,8 metros de altura y un peso de 36 toneladas. Desde el punto de vista astronómico, la duna de Parnidis es un lugar ideal para el reloj de sol en Lituania.
Después de admirar las espectaculares vistas nos pusimos en camino, dirección norte, hacia donde se encontraba el ferry, aunque no íbamos a llegar tan lejos. Prácticamente todo el camino lo pudimos hacer a través de carril bici. Es una maravilla ya que no te encuentras con tráfico y no te pones en peligro
La siguiente parada fue Vecekrugo kopa, la duna Vecekrugo a unos 8 km de Nida. Ésta es la duna más alta de todo el istmo de Curlandia con 67 metros de altura y a la que se puede subir también por el camino marcado para admirar las vistas, pero la verdad es que son menos impresionantes que las de la Duna Parnidis.
Aquí aprovechamos para descansar un poco a la sombrita y comernos lo que habíamos comprado en Nida. Tras el descanso volvimos al camino. Tras kilómetros de un paisaje espectacular combinando bosque y costa, llegamos a la ciudad de Pervalka, a unos 8 km de Vecekrugo kopa.
Pervalka es una (muy) pequeña población de unos 200 habitantes. La mayoría de casas son pequeñas construcciones de pescadores de finales del siglo XIX y principios del XX y la mayoría se encuentran a ambos lados de la calle principal a lo largo de las orillas de la laguna de Curlandia.
La verdad es que el pueblo es encantador. Si un día me toca la lotería, me compro una casita de veraneo aquí.
Aquí compramos en una tiendecilla algo para comer, ligerito para seguir dando a los pedales. Seguimos paseando hasta llegar a la costa del mar Báltico. Concretamente a Juodkrantės bendras paplūdimys, la playa de Juodkrantės, a unos 17 km de Pervalka. Una espectacular playa de arena fina y blanca en la que daba unas ganas tremendas de despelotarse y meterse en el mar, que hacía mucho calor aquel día.
Ya desde aquí nos dirigimos a Juodkrantė (literalmente costa negra), un pueblo turístico con unos 700 habitantes. Situado en el territorio de la antigua Prusia, fue durante siglos un pueblo de pescadores llamado Schwarzort, que experimentó un auge turístico a finales del siglo XIX y principios del XX.
Aquí devolvimos las bicis, en el muelle del pueblo y allí mismo nos subimos al bus para ir hasta el ferry. Llegamos al hotel sobre las 7 de la tarde y descansamos un poco antes de ir a por algo de cena.
El descanso se nos fue un poco de las manos y se nos hizo algo tarde.
Por internet había fichado un sitio para cenar y nos pusimos en camino. Tras caminar largo rato llegamos a la Klaipeda soviética: anchas avenidas y bloques enormes de viviendas. Por ese camino no había nada y la iluminación no daba para mucho. Como no encontrábamos el sitio decidimos darnos la vuelta y buscar algo en el casco antiguo. Con tan mala suerte que se había hecho demasiado tarde y ya no nos dejaron entrar a ningún restaurante (cierran a las 22.00). Así que decidimos comprar algo de comida preparada en un supermercado y comerlo tranquilamente en el hotel.
3 de agosto
Últimas horas en Klaipeda. Dimos un paseo por el casco antigo hasta llegar a las ruinas del castillo, Klaipėdos Pilis. El castillo de Klaipeda también conocido como Memelburg o Castillo de Memel fue construido por los Caballeros Teutónicos . Se desconoce el año de su construcción pero fue mencionado por primera vez en fuentes escritas en 1252 y sufrió numerosas destrucciones y reconstrucciones en los siglos siguientes.
Durante el siglo XIX, habiendo perdido su importancia estratégica, el castillo fue demolido. Se realizaron trabajos arqueológicos en el sitio durante el siglo XX, y en 2002 se estableció un museo debajo de uno de sus baluartes. Actualmente, el castillo está siendo restaurado.
Hay que decir que no nos dio tiempo de visitar el museo.
En el muelle se encuentra la escultura más… extraña o perturbadora que recuerdo haber visto: Klaipėdos Juodasis vaiduoklis o el fantasma negro de Klaipeda, una figura fantasmal encapuchada trepa desde el agua, sosteniendo una linterna en su mano.
Tan perturbadora escultura está relacionada con una leyenda que se remonta a 1595 cuando Hans von Heidi, uno de los guardias del castillo de Klaipėda, hacía sus rondas nocturnas cerca del puerto.
De la nada, una figura encapuchada apareció cerca de la orilla del agua. En lugar de atacar al guardia sobresaltado, le preguntó cómo estaban resistiendo los suministros de grano y madera de la ciudad. Von Heidi le informó al fantasma que la ciudad tenía suficientes suministros, pero el fantasma le advirtió que no sería suficiente. En ese momento, la aparición se desvaneció.
En los viejos tiempos, por supuesto, la gente se inclinaba a creer las palabras de fantasmas, brujas, duendes y gigantes. Y así, Hans von Heidi informó obedientemente a sus superiores de su encuentro fantasmal, y la ciudad se dispuso a aumentar sus suministros de madera y grano. Luego siguieron unos años sombríos de hambre y escasez, a los que la gente de Klaipėda solo sobrevivió gracias a la advertencia del fantasma.
En 2010 se instaló la escultura, obra Svajunas Jurkus y Sergejus Plotnikovas y y rinde homenaje al fantasma salvador de la ciudad.
Aquí damos por finalizada nuestra visita a Klaipeda y Neringa. Tocaba volver a la estación a tomar el bus a un nuevo destino: Kaunas.
Aquí les dejamos un mapa con los puntos visitados en este viaje:
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2 comentarios en «Lituania 2012 (II): visitamos Klaipėda y las dunas gigantes de Neringa»