Tras nuestra visita a la ciudad de Nueva York, emprendemos nuestra aventura por Canadá.
23 de Julio
Tomamos el vuelo desde el aeropuerto de La Guardia en Nueva York a las 14 horas (con más de una hora de retraso) y aterrizamos sobre las 15.30. La compañía elegida fue Westjet, una aerolínea de bajo coste canadiense. Salvo por el retraso fue un vuelo bastante cómodo y nos dieron hasta un pequeño snack.
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Iati segurosComo primer choque cultural… marquesina de la parada de bus del aeropuerto con estufa. El invierno debe ser una mijilla duro.
Directos a casa de un familiar a descansar un poco antes de salir a dar un paseo.
La tarde nos dedicamos a pasear un poco como primera toma de contacto por la ciudad. Un vistazo a la CN Tower y ver las vistas desde el Harbour front con un café helado del Tim Horton´s, una cadena canadiense de cafeterías tipo Starbucks pero mucho más barata que está por todo Canadá, en cualquier esquina, pueblo o carretera, allí hay un Tim Horton´s.
A la noche, ya de vuelta al alojamiento, nos pasamos a cenar por el Wychwood Pub en la calle St. Claire ave. que había noche de alitas.
Estaban muy, muy buenas y nada caras. Además la camarera era muy graciosa y nos reímos mucho con ella. Altamente recomendable pero muy alejado del centro.
24 de Julio
Empezamos el día con mucha energía apretándonos un potente desayuno americano en Sunset Grill en Yonge street, una franquicia de restaurantes que sirven desayunos durante todo el día.
Con el estómago a reventar, nos fuimos en busca de la plaza Nathan Phillips, en donde se encuentran el ayuntamiento de la ciudad y a un lado el antiguo ayuntamiento.
En la plaza está el típico cartel gigante de Toronto para sacarte unas fotos y detrás el edificio del nuevo ayuntamiento. Edificio muy modernista en el que se han rodado algunas películas como la segunda parte de Resident Evil.
Junto a la plaza se levanta el edificio del antiguo ayuntamiento, una construcción más clásica y, para mi gusto, bastante más bonito que el nuevo.
Ese día debía de haber algún certamen de belleza o algo parecido porque, de repente, aparecieron como 50 muchachas jóvenes a sacarse fotos con un fotógrafo profesional. Ahí llegó el momento de emprender la retirada.
Salimos dando un paseo hacia la orilla del lago dando un paseo pasando a través de los rascacielos de Toronto, la Union Station y el Scotia bank Arena hasta llegar a la estación de ferry para visitar las Toronto Islands.
Después de unos veinte minutos de viaje con unas vistas impresionantes del skyline de Toronto, desembarcamos en la Centre Island.
La isla está montada como una especie de parque temático del dominguero, donde las familias van a pasar el día. Hay un pequeño parque de atracciones, una granja con animales de corral y algunos restaurantes.
Había partes de la isla cerradas así como alguna de las islas de alrededor porque estaban inundadas. Es debido al altísimo nivel del agua al que ha llegado el lago este año.
Dimos un paseo por la isla. lguno se mojó los pies en el lago y descansamos un poco tumbados en el césped a la sombrita. La verdad es que en Toronto hacía calor al sol pero a la sombra se estaba de lujo.
A mediodía tomamos el barco de vuelta a Toronto y nos fuimos a visitar St. Lawrence Market.
Es el principal mercado público de la ciudad y en la planta alta hay muchos sitios de comida en la que te ponen comida para llevar. Te puedes comer sentado en unas mesas que hay en la terraza.
Nosotros elegimos unos bocatas de roast beef y de lomo ahumado de Montreal que estaban de muerte.
Después de descansar un poco nos fuimos hasta Distillery District, una antigua destilería de whisky (la más grande del mundo en 1860), ahora reconvertida una zona turística en las que hay tiendecitas, cafeterías y sitios para tomar algo. Diría yo que es demasiado hipster para mi gusto pero está muy bien para dar un paseo.
Si te interesa saber más de Distillery District, puedes contratar un fabuloso tour en Segway por el distrito.
Ya de vuelta al alojamiento, pasamos a tomarnos un helado por la heladería Dutch Dreams. Es una heladería holandesa con unos helados espectaculares.
Puedes elegir el tipo de cucurucho, que además los hacen allí mismo, entre un montón de tipos.
Estaban espectaculares y el pequeño es tan gordo que sustituye perfectamente a una cena.
25 de Julio
Empieza lo bueno. Hoy emprendemos nuestro road trip a través de Ontario y Quebec. Lo primero es ir a recoger el coche a la oficina de alquiler del aeropuerto de Toronto. Tomamos la directa hacia las cataratas del Niágara (123km). Un café en el Tim Horton´s y al lío.
Un apunte importante: 4 meses después de volver, me llegó una carta de la compañía de alquiler del coche informándome de que me habían pasado un cobro por una autovía de peaje. Resulta que en algún momento pasamos un tramo de autovía de peaje electrónico, en la que no hay tornos y, sin darte cuenta, te toman la matrícula al entrar y salir. Fueron unos 17€ (20$) entre peaje y gestión de la compañía. Hay que tener cuidado.
Puedes contratar multitud de actividades como tours en helicóptero por las cataratas o paseo en lancha por el río Niágara en el siguiente enlace:
Las Cataratas del Niágara son un grupo de tres cascadas en el extremo sur de la Garganta del Niágara, que cruza la frontera entre la provincia de Ontario en Canadá y el estado de Nueva York en los Estados Unidos.
La más grande, Horseshoe Falls, también conocida como Canadian Falls, se extiende a ambos lados de la frontera internacional de los dos países.
Las otras dos, American Falls y Bridal Veil Falls se encuentran dentro de los Estados Unidos. Bridal Veil Falls está separada de Horseshoe Falls por Goat Island y de American Falls por Luna Island, con ambas islas situadas en Nueva York.
Nada más llegar fuimos a dar a la catarata “pequeña” que ya nos impresionó. Espectacular.
Bajamos al bote que te lleva casi debajo de las cataratas. Había una graaaaan cola pero iba bastante rápido porque el bote era grande.
Al abrir todo el mundo corría a intentar coger buen sitio en la planta de arriba. Pero mejor es ponerse en la planta de abajo en el lado izquierdo. No está saturado de gente y tienes la misma vista.
Antes de entrar te dan unos chubasqueros y aún así acabas empapado. Si no sales completamente mojado, es que no has pillado buen sitio. Es muy, muy divertido aunque no dura demasiado rato.
Cuando salimos nos fuimos dando un paseo por la avenida hasta las cataratas grandes. Son realmente espectaculares, eso sí, si queremos sacar una buena foto hay casi que pegarse con la multitud.
Si en vez de conducir con el terrible tráfico de los alrededores de Toronto, siempre puedes contratar una excursión que te lleve y te traiga.
Tranquilamente subimos hasta el coche, comimos un pequeño picnic sentado debajo de un árbol a la sombrita y emprendimos viaje otra vez. El destino: Tobermory en la península de Bruce (383km). El alojamiento era una pasada, una casita encantadora en el bosque en la orilla del lago Hurón.
26 de Julio
Nos levantamos con tranquilidad y desayunamos. Tan solo teníamos que cruzar la calle para llegar al pequeño muelle del que salía el barco hacia Flowerpot Island.
Flowerpot Island es una pequeña isla despoblada en el lago Hurón, que forma parte del Parque Nacional Marino Fathom Five.
El barco antes de ir a la isla nos daba un paseo por el lago, enseñándonos un barco hundido en el siglo XVII y contándonos un poco de la historia de las islas de la costa.
Llegamos a Flowerpot Island. Nada más bajar, te ofrecen una bolsa para la basura porque en la isla no hay papeleras. Está (lógicamente) prohibido dejar deshechos por ahí.
Hicimos la ruta de senderismo que recorre la isla. Es un sitio precioso, muy boscoso. En la costa se pueden apreciar unas formaciones rocosas en forma de columnas llamadas flowerpots (macetas) que dan nombre a la isla.
La ruta senderista se hace completa en unas tres horas. Se pasa por varios puntos de interés como una cueva, una estación eléctrica o un pequeño museo en la casa del farero. Cuando terminas la caminata un buen baño en el lago, sólo para valientes porque a pesar de ser pleno julio, el agua estaba helada.
Ya por la tarde volvemos al barco de vuelta, que va directo a Tobermory sin dar vuelta turística. Nos subimos al coche y nos ponemos rumbo al siguiente alojamiento. Lo tenemos en la ciudad de Barrie (240km),acercándonos a la entrada del parque provincial Algonquin.
27 de julio
Hoy un nuevo madrugón y después de desayunar ponemos rumbo a Dwight (150km) que es donde se encuentra la entrada de Algonquin park. Para acceder al parque hay que pagar una tasa de 18$ (12.40€) por coche, independientemente de la cantidad de personas que vayan en él.
En el parque hay muchísimas actividades para realizar aunque nosotros lo enfocamos todo al senderismo.
La primera fue la Whiskey rapids trail de unos 2 kilómetros.
Nada más entrar a la ruta, como en casi todas, hay una libreta donde escribes tus datos por si te pierdes.
Se hace bastante rápido pero tiene varios inconvenientes. El primero es que en verano no hay rápidos (supongo que se forman con el deshielo en primavera) y el segundo, que los mosquitos son una auténtica nube y son del tamaño de gorriones. Esto fue un infierno, para nada sirvieron los parches anti-mosquitos ni los repelentes líquidos que usamos. Son los que llevamos a Vietnam y Japón, con bastante éxito. Se cebaron con nosotros y encima atravesaban la ropa. Para colmo, a mi pareja le hicieron reacción alérgica y le salieron ronchas como puños.
A diez minutos en coche de allí nos esperaba la Peck lake trail también de dos kilómetros. Una ruta muy sencilla y tranquila que bordea el lago Peck. En esta por suerte no había casi mosquitos y se iba muy bien. La ruta es realmente bonita.
Después de esta ruta paramos a comer un picnic en un merendero a orilla de la carretera para coger fuerzas. Me hizo mucha gracia (a la par que miedo) ver cubos de basura a prueba de osos.
Después del descanso tocaba la penúltima ruta: la Big Pines Trail, esta era de unos 3 kilómetros y también bastante sencilla. Por suerte tampoco había casi mosquitos y se iba muy bien. Es a través del bosque profundo en las que se encuentran pinos gigantescos y muy antiguos. Me encantó.
La siguiente no era una ruta como tal, fue el museo de los leñadores (Algonquin Logging Museum). Es un museo al aire libre en forma de ruta de un kilómetro y medio, que te enseña como vivían y trabajaban los leñadores de la región y la evolución del trabajo. Es realmente interesante y recomendable. Además es gratis aunque puedes dejar un donativo.
Terminamos la visita justo cuando cerraba el museo así que vuelta al coche y ya salimos del parque en dirección a Kanata en las afueras de Ottawa (396km desde Barrie) donde teníamos el siguiente alojamiento.
28 de Julio
Tocaba madrugar nuevamente para recorrer los 106km que nos separaban de la visita del día de hoy, el Parc Omega, ya en la provincia de Quebec. Se trata de un parque de animales autóctonos en semi-libertad.
No soy de los que me gustan los parques zoológicos. Ni los acuarios, ni ese tipo de sitios donde confinan animales para su exhibición. Pero en este caso eran especies de la zona y el recinto por donde se mueven es realmente gigantesco (nos consumió casi la totalidad del depósito del coche).
Lo recorres en el coche, con la radio sintonizada en una cadena específica en la que te da explicaciones del parque y los animales vienen en tu busca para que les des unas zanahorias que previamente has comprado en el centro de visitantes.
A mitad de camino hay otro centro de visitantes con tiendas de recuerdos y restaurantes. Allí mismo puedes tomar un transporte tirado por un tractor que te lleva a una granja con animales ideal para los peques. También hay un par de rutas para que llegues andando.
En el centro de visitantes también hay una exhibición de rapaces y te enseñan también como viven los lobos de la zona.
Un poquillo más adelante, en la orilla de un pequeño lago, hay un merendero en el que almorzamos un picnic. Luego hicimos la ruta que bordea el lago que es, a su vez, un museo con tótems de los indígenas de las diferentes regiones de Canadá.
Echamos el día en el parque y la verdad es que nos lo pasamos muy, muy bien. Desde luego es una visita que a los niños le puede encantar, pero también a los mayores.
Ya por la tarde salimos desesperados por encontrar una gasolinera ya que el depósito del coche llevaba ya un rato en reserva y nos quedaban aún 270 kilómetros hasta nuestro siguiente alojamiento: una encantadora casita muy cerca del lago en un pueblo llamado Saint-Jean-des-Piles muy cerca de la entrada del parque nacional Le Mauricie.
Un apunte importante: La gasolina en Canadá es realmente barata, unos 0,80€ (0.97$) el litro.
Llegamos al pueblo sobre las 9 de la noche. Dejamos las cosas en el apartamento y nos fuimos en busca de un restaurante.
Muy cerquita estaba el Bistro Le P’tit Canot. Allí nos dijeron que el cocinero estaba enfermo y tenían la cocina cerrada, que no podía ser. Aunque en una mesa había un chaval deglutiendo un plato de espaguetis.
Nos dijeron que podíamos ir al restaurante Marina le St- Jean que cerraban a las 10. Allí que nos fuimos, para entonces ya casi eran las 9.15. Preguntamos que si se podía cenar y nos dijeron que si. En ese momento sale la cocinera ladrando diciendo que ya estaba la cocina limpia y que ya no servían comida. Pues nada, corriendo a Shawinigan, la ciudad cercana más grande, antes de que cerrara un hipermercado que había abierto para poder comprar algo que cenar.
29 de Julio
Hoy tocaba hacer deporte. Nos dirigimos a la entrada del parque nacional Le Mauricie.
En el centro de visitantes nos informaron muy bien del camino a seguir y de lo que hacer. El señor que había allí hablaba francés, inglés, italiano y español así que perfecto.
Nos comentó que a la gente de Quebec le gusta mucho el español, que se estudia en la escuela y les encanta practicarlo cuando pueden. Más adelante nos fuimos dando cuenta de ello. Allí pagamos la tasa correspondiente que fue de 15$ (10.34€) por coche.
Nos fuimos hasta el lago Wapizagonke. Allí contratamos unas canoas y nos fuimos a atravesar el lago, 4,6km en total.
Cuando llegamos al final atamos las canoas. Nos embadurnamos de repelente de mosquitos que nos encontramos con una auténtica plaga. Y nos dispusimos a hacer la ruta senderista de 3,4km hasta las cascadas Waber. Por suerte según ibas subiendo iba habiendo menos mosquitos.
Llegamos a las cascadas y eran sencillamente espectaculares. Por suerte solamente se puede llegar por el método que nosotros usamos así que no había demasiada gente y están muy bien conservadas.
Allí se forman pocetas en las que uno se puede meter para refrescarse del agobiante calor húmedo que hacía y relajarse de la caminata. Eso sí, el agua estaba exagerada de fría.
Después de comer un picnic campestre tocaba despedirse de las cascadas y emprender el largo camino de vuelta. Otros 3,4km de senderismo y otros 4,6km de canoa hasta el coche.
A la vuelta, ya en el coche, paramos en el mirador “le passage” desde donde se divisaba una panorámica increíble del lago Wapizagonke y en los que hay paneles explicativos sobre la formación de la zona, flora, fauna etc…
Antes de salir del parque tuvimos un gran golpe de suerte y se nos cruzó un oso por delante del coche, sin prisa ninguna además con lo cual pudimos contemplarlo con bastante calma.
30 de Julio
Toca regresar poco a poco a Toronto. Primera parada Ottawa. Después de recorrer los 354km que nos separaban de Saint-Jean-des-Piles llegamos a la capital del país. Dejamos las cosas en el apartamento en Gatineau.
Gatineau es una ciudad ubicada en Quebec, en la orilla norte del río Ottawa, junto enfrente de la capital de Canadá.
Aprovechamos para almorzar en un pub cercano, el Brasserie Gainsbourg. Una cervecita artesanal, un poutine, fish and chips y hamburguesas. Estaba todo muy rico.
Ya a tope de energías y después de un chaparrón que parecía el diluvio universal, nos dirigimos hacia la colina del parlamento.
Nada más cruzar el río Ottawa Portage Bridge, nos encontramos con Christ Church Cathedral, la catedral anglicana de Ottawa.
En 1824, el reverendo Amos Ansley empezó a impartir el sermón en una escuela. Para 1826 se inauguró una pequeña iglesia construida en piedra.
En 1841 comienza la construcción de una nueva iglesia que se extendió dos años hasta 1843, cuando fue consagrada y recibió el nombre de Iglesia de Cristo. Para 1872 se decide demolerla para construir una más grande. Ésta se inaugura en 1873.
El día de Pascua de 1897, se anunció formalmente que Christ Church se convertiría en la catedral de la nueva diócesis.
Un poco más adelante encontramos el edificio de la Corte Suprema de Canadá (Supreme Court of Canada). Fue diseñado por Ernest Cormier y construido entre 1939 y 1946. Cabe reseñar que la primera piedra fue puesta por la Reina Isabel, consorte del rey Jorge VI y más tarde conocida como la Reina Madre.
A su lado (más o menos), encontramos el Edificio de Justicia, diseñado por Thomas W. Fuller y construido entre 1935 y 1938.
A su lado se encuentra el Edificio de la Confederación, construido entre 1927 y 1931 en estilo gótico. Fue diseñado por Richard Cotsman Wright y Thomas W. Fuller.
Un poco más adelante llegamos al recinto del parlamento de Canadá. El parlamento se divide en tres edificios. El Bloque Central, inaugurado en 1927, reemplazando al edificio anterior de 1866, que fue pasto de las llamas, contiene las cámaras del Senado y los Comunes. En la parte delantera se encuentra la torre del reloj y en la trasera, la biblioteca.
El Bloque Este (inaugurado en 1866) y el Bloque Oeste (inaugurado en 1865) contienen oficinas de ministros y senadores, así como salas de reuniones y otros espacios administrativos.
Se puede visitar por dentro mediante visitas guiadas.
En el centro del recinto encontramos la Centennial Flame (la Llama del Centenario). Conmemora el centenario de Canadá como Confederación, encendida desde el 1 de enero de 1967.
La llama se encuentra rodeada por una fuente en la que se encuentran los escudos de las 13 provincias y territorios de Canadá. Originalmente no estaba el del Territorio Nunavut, ya que no fue creado hasta 1999. Su escudo se instaló el 13 de diciembre de 2017.
Estuvimos paseando por la zona con mucha tranquilidad que ya se empezaban a notar los días.
Junto a la colina del parlamento se encuentran las esclusas del Canal Ridau. El canal conecta Ottawa con el lago Ontario y el río San Lorenzo en Kingston. El nombre Rideau (cortina en francés), se deriva de la apariencia de cortina de las cascadas gemelas del río Rideau donde se unen al río Ottawa.
El canal se abrió en 1832 como medida de precaución en caso de guerra con Estados Unidos. Hoy se usa para hacer actividades de recreo. Las esclusas del sistema son las que llevan en funcionamiento continuo más antiguo de América y se abren para la navegación a mediados de mayo y se cierran a mediados de octubre.
Si quieres pasar un muy buen rato, puedes contratar un precioso tour en bici por Ottawa:
Al otro lado del canal se encuentra el espectacular Château Laurier, un hotel de lujo en un precioso edificio palaciego, diseñado en estilo gótico francés. El hotel fue inaugura en 1912 y en 1980 fue designado sitio histórico nacional.
Descansamos un poco y nos acercamos a la Galería Nacional de Canadá para ver el edificio por fuera que ya estaba cerrado. Es uno de los museos de arte más grandes de América del Norte por espacio de exhibición.
La galería se estableció en 1880 en el edificio de la Segunda Corte Suprema de Canadá. En 1911 se trasladó al edificio del Victoria Memorial Museum y en 1960 al edificio de Lorne.
Para 1988 fue finalmente trasladado al edificio actual, creado por el arquitecto israelí Moshe Safdie y construido en cristal y granito. La colección permanente del museo incluye más de 93.000 obras de artistas europeos, estadounidenses, asiáticos, canadienses e indígenas. Organiza además exposiciones temporales.
En la plaza delante del museo se encuentra The Maman statue, la escultura de una araña de la artista francesa-americana Louise Bourgeois, creada en el año 1999, la misma estatua de la araña que se encuentra junto al museo Guggenheim de Bilbao, en el Jardín de las Tullerías en París o en Roppongi Hills en Tokio.
Justo enfrente encontramos la catedral de Notre-Dame, una basílica católica romana, la iglesia más grande y antigua de Ottawa y la sede del arzobispo católico de la ciudad.
En 1832 se construyó en madera la primera iglesia en este lugar. Ésta se derribó en 1841 para dar paso a una iglesia más grande. Fue diseñada Antoine Robillard y el padre John Francis Cannon, quienes solicitaron un diseño neoclásico.
En 1844 con la sección inferior terminada, los Padres Oblatos asumieron la administración de la parroquia. Estos decidieron rediseñar la iglesia en una estructura neogótica, un estilo que estaba creciendo en popularidad.
Si quieres descubrir a fondo los lugares más emblemáticos de Ottawa, puedes contratar una bonita visita guiada aquí:
Desde allí, ya agotados fuimos dando un paseo hacia ByWard Market. Es un distrito comercial y de entretenimiento en el centro de la ciudad. Incluye los edificios del mercado y el mercado al aire libre a lo largo de George, York, ByWard y William Street.
En 1827 se construyó el primer edificio del mercado junto con un juzgado detrás en George Street, que fueron desmantelados en 1842.
El sábado 6 de noviembre de 1848 se inauguran dos nuevos edificios. Uno en la Ciudad Baja, construido en madera. Con espacio para puestos de mercado en la planta baja y un piso superior bien iluminado para ser utilizado para reuniones públicas. El de la Ciudad Alta se convirtió en el ayuntamiento hasta 1878. Y así fueron evolucionando diversos edificios hasta llegar al presente.
La zona que rodea el mercado es un lugar donde se encuentran numerosos restaurantes y locales donde tomar algo. Además, aquí se encuentra el cartel gigante de Ottawa para que los guiris nos saquemos fotos. Bywan market me pareció muy hipster a la par que turístico así que decidimos cenar en el apartamento y descansar temprano.
Encuentra algunas actividades muy chulas para hacer en la capital de Canadá en el siguiente enlace:
31 de Julio
Hoy toca un nuevo madrugón. Desayunamos y salimos disparados hacia la ciudad de Gananoque (167km). Allí contratamos un crucero que recorría las Thousand islands,un archipiélago de 1.864 islas.
Está dividido por la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Se encuentra en la desembocadura del río San Lorenzo, en un extremo del lago Ontario. Las islas canadienses están en la provincia de Ontario y las islas estadounidenses en el estado de Nueva York.
Las islas varían en tamaño, desde los 100 km2 la más grande, hasta la más pequeña, que contiene tan sólo una pequeña residencia.
Para contar como una de las Mil Islas, la isla debe tener, al menos, un pie cuadrado (0.093 m²) de tierra sobre el nivel del agua durante todo el año y soportar al menos un árbol vivo.
Adquirimos la opción de dos horas y media. Consistía en hacer un recorrido alrededor de las islas más importantes (sin desembarcar en ninguna) mientras te explicaban la historia del lugar y algunas curiosidades.
La excursión es muy interesante y entretenida. El barco además tiene un bar en el que puedes tomar algo mientras disfrutas de la excursión.
Cuando terminó la excursión ya era algo tarde así que decidimos almorzar algo en el restaurante de la empresa de cruceros y luego salir de nuevo de vuelta a Toronto (290km).
1 de Agosto
Hoy tocó paseo relajado por Toronto. Nos acercamos a la Casa Loma aunque decidimos no entrar ya que no nos llamaba mucho la atención.
Es una mansión y jardín de estilo neogótico en el centro de Toronto. Fue construida entre 1911 y 1914 por arquitecto E. J. Lennox, como residencia para el financiero Sir Henry Pellatt.
En 1924 la ciudad de Toronto embarga Casa Loma debido a las deudas e impuestos impagados. Henry Pellatt se arruina tras la expropiación de sus compañías eléctricas y el declive de sus negocios inmobiliarios. Fue a causa de la Primera Guerra Mundial. Tras esto, la casa quedó abandonada durante años.
En 1937 es arrendada por el Club Kiwanis de West Toronto. Más tarde, el Club Kiwanis de Casa Loma (KCCL), que comenzó a explotar turísticamente el castillo. Éstos administran la casa hasta el año 2011.
Debido a su carácter arquitectónico único en Toronto, Casa Loma ha sido un lugar popular para rodar películas y televisión. También es un lugar popular para las ceremonias de bodas.
Después de darle una vuelta a la casa fuimos dando un paseo hacia el centro pasando por algunas fraternidades universitarias. También compramos algunos recuerdos.
Este día comimos en el restaurante Salad King, un tailandés muy conocido y que estaba buenísimo y nada caro.
Con fuerzas renovadas seguimos paseando por el centro hasta llegar a Queen’s Park. Es un parque urbano en el centro de la ciudad inaugurado en 1860 por el Príncipe Eduardo de Gales. Es nombrado así en honor a la Reina Victoria.
El parque es el sitio del Edificio Legislativo de Ontario, que alberga la Asamblea Legislativa de Ontario.
El edificio de la Asamblea Legislativa de Ontario empezó a construirse en el año 1886 según el diseño del arquitecto Richard A. Waite y se inauguró en 1893. Aunque se han realizado numerosas ampliaciones, las últimas en 1968 y 1969.
Allí nos sentamos a descansar en el césped y a comernos unos pasteles de queso japoneses que habíamos comprado que estaban de muerte. Los compramos en una tienda llamada Uncle Tetsu’s Japanese Cheesecake muy cerca de Dundas square.
Después del descanso seguimos paseando pasando por varias facultades de la universidad de Toronto hasta llegar a hasta Kensington market. Es un vecindario multicultural distintivo en el centro de Toronto, con tiendecillas y sitios para tomar o comer algo muy hipster.
Allí nos sentamos a tomar algo haciendo tiempo para ir hasta la CN Tower donde teníamos hora para cenar en su restaurante giratorio.
La CN Tower es una torre de comunicaciones y observación de 553 metros de altura. Se construyó entre 1973 y 1976. Su nombre “CN” originalmente se refería a Canadian National, la compañía ferroviaria que construyó la torre.
Hoy en día se puede subir para admirar las increíbles vistas de la ciudad y para comer en su restaurante, de 360º que va girando lentamente para disfrutar de todo Toronto. También hay diversas actividades como paseo por el exterior en lo alto de la torre (que miedo).
Que vamos a decir de las vistas desde la CN Tower… Son sencillamente espectaculares y el atardecer es una pasada.
La cena además de las vistas estaba muy, muy buena. Era cocina en plan moderna pero no se pasa hambre. Se puede elegir un menú por 65$ (45€) o pedir de carta, pero esta última opción es carísima. Lo bueno es que incluye la entrada a la torre.
Después de cenar volvimos al mirador de la torre aprovechando que ya casi no había gente para disfrutar un rato más de las vistas y sacar una buena foto.
A la salida de la torre nos dimos un paseo por los alrededores y aprovechamos que era tarde para sacarnos una fotos en el cartel de Canadá que durante el día es imposible por las colas que se forman.
2 de Agosto
Último día en Canadá. Bastante agotados ya de tantos días sin parar, salimos algo más tarde a dar un último paseo por Toronto. Compramos los últimos recuerdos.
En la tienda del Art Gallery nos regalaron una colección de libros de arte por la compra que hicimos. Pesaba aquello como mil demonios. Con todo ese peso seguimos paseando. Almorzamos un desayuno en otro Sunset grill (donde desayunamos el primer día) y nos fuimos a contemplar un rato el lago en el Harbour front.
La vuelta la hicimos con la compañía KLM. El avión se notaba que era muy viejo y los asientos eran estrechísimos, casi no cabían las piernas. La verdad es que fue un vuelo realmente incómodo. Eso sí, la tripulación era muy amable y la comida estaba muy bien.
Salimos sobre las 11 de la noche y aterrizamos en Ámsterdam a las 12 del mediodía. Dos horas después salía el vuelo hacia Bilbao. Este avión, también era de KLM y era de los pequeñitos que solo tienen filas de dos asientos. Aunque parezca increíble, había mucho más espacio para las piernas y era mucho más cómodo que el anterior.
Encuentra muchas actividades que hacer en Toronto en el siguiente enlace:
Balance final
Canadá me impresionó. Sus espectaculares paisajes, su fauna y, sobre todo, la gran amabilidad y simpatía de los canadienses. Lo que más me impresionó de ellos es la alegría y el increíble trato que tienen en el trabajo, en el que parece que sea cual sea, les encanta el trabajo.
Tenemos intención de volver algún día al país y visitar la otra costa que también tiene que ser espectacular.
Aquí les dejamos el mapa con todos los puntos que visitamos a lo largo del viaje:
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