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Aquí prodrás encontrar mucha información básica que debes saber antes de viajar a Nueva York.
Para entrar en Estados Unidos con una estancia inferior a 90 días, los ciudadanos españoles no requieren visado. Tan sólo deben tener un pasaporte de lectura biométrica.
Desde el 12 de enero de 2009, es necesario rellenar el siguiente formulario online con una antelación mínima de 72 horas antes de llegar a Estados Unidos. El formulario debe ser rellenado para todas las personas que viajen, incluidos niños.
Si tenéis dudas, podéis consultar la web oficial de viajes a Estados Unidos.
https://travel.state.gov/content/travel.html
NYC es una ciudad relativamente segura pero se recomienda no pasear por la noche por los barrios de Harlem y Randall’s Island en Manhattan; el Bronx, sobre todo los barrios del sur, como Mott Haven y Port Morris; East New York y Brownsville en Brooklyn. Asimismo, en general, por la noche, deben evitarse las zonas lejanas de Manhattan y los parques, incluido Central Park.
Y como siempre decimos, tener sentido común como tener cuidad con los carteristas en zonas con mucha afluencia de gente.
La sanidad en EEUU es totalmente privada y muy, MUY CARA. Es imprescindible viajar con seguro médico ya que cualquier consulta mínima te puede costar entre 300 y 500$.
Recuerda viajar siempre con seguro. Con IATI, especialistas en seguros de viajes, tienes un 5% de descuento por ser nuestro lector.
En Estados Unidos el voltaje es de 110 a 120 voltios y a 60 Hz y los enchufes son de clavijas planas del tipo A / B. Los españoles debemos usar adaptador.
Si quieres ver fotos chulas de nuestro viaje a Nueva York, pásate por nuestro instagram.
Nota en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de España:
Los visitantes que viajen en avión con destino a EE.UU./o con procedencia de EE.UU. deben ser conscientes de que tanto las compañías aéreas como las autoridades americanas son cada vez más sensibles a cualquier incidente que pueda producirse a bordo del avión por pasajeros irascibles o violentos, aplicando la mayoría de las veces, la regla de «tolerancia cero». Tanto si se trata de negarse a obedecer alguna consigna, como de actos de violencia o bromas, los pasajeros se exponen a consecuencias penales con tales comportamientos.
Ocurre con cierta frecuencia que si el nombre de un viajero y su fecha de nacimiento son similares a una de las personas que figuran en la base de datos estadounidenses de alguien con antecedentes, el oficial de Inmigración puede considerar necesario, antes de autorizar su entrada en el país, efectuar otras verificaciones y retener al viajero durante una, dos o tres horas hasta comprobar que no se trata de la persona buscada. Se recomienda extremar las precauciones en el caso de alquiler un apartamento en Nueva York por Internet, debido al creciente número de estafas que se han producido en este campo recientemente.
El aeropuerto John Fitzgerald Kennedy (JFK) es el principal aeropuerto de Nueva York y con unos 50 millones de pasajeros anuales es uno de los principales en tráfico aéreo a nivel mundial.
Es sin duda la opción más cómoda ya que te deja en la puerta del hotel, aunque no es la más barata, pero merece la pena después de muchas horas de viaje. En el siguiente enlace te dejo la mejor opción:
JFK AirTrain es la forma más económica, rápida y sencilla de moverse por el aeropuerto JFK. El sistema conecta todas las terminales de pasajeros con los estacionamientos del aeropuerto, el área de recogida del transporte del hotel, el centro de alquiler de automóviles y la red de transporte público de Nueva York en las estaciones de Jamaica y Howard Beach. En estas estaciones podemos proseguir el viaje al centro de la ciudad con el metro.
El AirTrain es gratuito para moverse entre las terminales pero para viajar desde/hasta las estaciones de Jamaica y Howard Beach, la tarifa es de 5$ si no vamos a tomar el metro, ó 7.75$ si tomaremos luego el metro, y solo se puede pagar a través de la tarjeta metrocard.
Hay tres líneas de AirTrain. Tenemos la AirTrain JFK Gold, que es una línea circular que transita únicamente entre las estaciones de las terminales.
También está la línea AirTrain JFK Red, que es la que va desde el aeropuerto hasta la estación Jamaica. Y la línea AirTrain JFK Green que va hasta la estación de Howard Beach.
Una vez que nos bajamos del tren, nos encontramos con las máquinas en las que debemos adquirir nuestra metrocard y cargarla para abonar los 5$ o los 7.75$ si decidimos hacer transbordo en el metro.
El dinero se descontará de nuestra metrocard cuando la introduzcamos en los tornos.
Como comentábamos antes, las líneas de metro son independientes del AirTrain así que hay que pagar el billete aparte. La tarifa es de 2.75$.
Es una opción mas cómoda que el AirTrain+Metro, pero más cara. La tarifa hasta/desde Manhattan es de 52$ pero para horas punta de (16.00 a 20.00 los días de semana, excepto los días festivos) cobran un recargo de 4.50$ con lo que nos costaría 56.50$.
Situado en el barrio de Queens, es el aeropuerto más cercano a Manhattan, a sólo 10 km.
Es sin duda la opción más cómoda ya que te deja en la puerta del hotel, aunque no es la más barata, pero merece la pena después de muchas horas de viaje. En el siguiente enlace te dejo la mejor opción:
Los autobuses de la Autoridad de Transporte Metropolitano de la Ciudad de Nueva York (MTA) brindan servicio entre el Aeropuerto LaGuardia, Manhattan, Queens y más allá con conexión al metro, Long Island Rail Road y Metro-North Railroad.
El precio es de 2.75$ y hay que adquirirlos a través de la Metrocard.
Para el servicio de autobús LaGuardia Link Q70 SBS (Select Bus Service) y M60 SBS, los pasajeros deben pagar su tarifa con una MetroCard o el cambio exacto de monedas en las máquinas de la acera antes de abordar. Conserve su boleto de papel para viajar.
Los viajeros que salgan o se dirijan a la Terminal A pueden tomar el autobús Q47, con conexión a las líneas de metro 7, E, F, M, R en 74 St / Roosevelt Ave o la M60 SBS a Manhattan.
La MTA ofrece servicio regular Q47, Q48, Q70 SBS, Q72 y M60 SBS entre el Aeropuerto LaGuardia, Manhattan, Queens y más allá con conexión de metro.
Más información en la web de MTA.
Esta opción es más cómoda pero más cara que el bus. Los taxis desde LaGuardia no tienen tarifa fija como desde JFK y es por medio de taxímetro. El precio desde LaGuardia a Manhattan es de entre 35 y 50$ incluyendo peajes y propina, dependiendo del destino.
Al inicio de la carrera el taxímetro debe marcar 3.00$ y hay varios suplementos:
Con un tráfico similar al aeropuerto JFK, es el segundo aeropuerto más importante de Nueva York. Está situado en la localidad de Newark en New Jersey a unos 25 km de Manhattan.
Es sin duda la opción más cómoda ya que te deja en la puerta del hotel, aunque no es la más barata, pero merece la pena después de muchas horas de viaje. En el siguiente enlace te dejo la mejor opción:
AirTrain es una forma más sencilla y barata de llegar desde/hacia y alrededor del Aeropuerto Newark Liberty. Opera las 24 horas del día, los 365 días del año y brinda conexiones fáciles con la estación del NJ Transit y las líneas ferroviarias que corren en el Northeast Corridor y North Línea de la costa de Jersey.
AirTrain es gratuito para viajes en el aeropuerto y hace paradas frecuentes alrededor de éste, incluidas las terminales de las aerolíneas, los estacionamientos, las áreas de transporte del hotel y las instalaciones de alquiler de vehículos.
El precio del tren desde la estación del aeropuerto hasta New York Penn Station es de 15.25$ y el trayecto dura 26 minutos. Para comprar el billete debe dirigirse a una de las máquinas de la estación del AirTrain y allí comprar el billete AirTrain Newark + tren a Penn Station.
Más información en la web oficial de NJ Transit.
Es un sistema de traslado que conecta el aeropuerto Newark Liberty con tres puntos concretos de Manhattan: Grand Central, Bryant Park y W 42nd St & Port Authority Terminal.
El precio es de 17$ por persona y funciona entre las 4 de la mañana hasta la 1.15 de la noche.
Más información en su página web: https://www.coachusa.com/airport-transportation
La opción más cara. La tarifa hasta Manhattan dependiendo del destino final está entre 50 y 70$ y no están incluidos los peajes. Son tarifas cerradas y es ilegal que el taxista intente cobrarte por taxímetro.
Durante las horas punta entre semana, por la mañana (de 6.00 a 9.00) Y por la tarde (de 16.00 a 19.00) Y los fines de semana (sábados y domingos de 12.00 a 20.00), hay un suplemento de 5$ para todos los puntos del estado de Nueva York, excepto Staten Island.
Pagar con tarjeta bancaria tiene un sobrecoste de 5.50$.
Inaugurado en 1904 con más de 1.000 km de vías y casi 500 paradas, el metro de NYC es uno de los más extensos del mundo.
El metro en NYC es sucio, muy sucio. Verás ratas como canguros deambulando por las estaciones tranquilamente. Además, en verano, salvo en alguna estación con aire acondicionado, hace muchísimo calor y muchísima humedad. Es terrible.
El metro consta de 26 líneas nombradas con números y con letras. La verdad es que es un coñazo usarlo.
Aquí dejo un enlace con los mapas del metro.
El precio del billete sencillo es de 2.75$ y hay que abonarlo a través de la MetroCard.
El metro funciona las 24 horas del día aunque por la noche, no todas las bocas están abiertas y, por lo general, no encontrarás operarios en las estaciones.
Moverse en bus por NYC es cómodo y sencillo pero muy lento en comparación con el metro.
Las líneas de autobús se nombran con un número y una letra. La letra indica el distrito donde opera: Manhattan (M), Brooklyn (B), Queens (Q), Bronx (Bx) y Staten Island (S).
Los precios son los mismos que los del metro y funcionan las 24 horas del día. A partir de las 10 de la noche, por seguridad, le puedes solicitar al conductor que te deje en un punto exacto aunque no sea parada oficial.
Para pagar, lo mejor es hacerlo con la MetroCard que, además, permite hacer transbordo entre bus y metro durante 120 minutos. Si quieres pagar en efectivo al conductor, tienes que pagar con la cantidad exacta en monedas. Si quieres un billete con transbordo se lo debes comunicar al conductor pero éste sólo es válido para hacerlos entre diferentes buses. No vale para el metro.
Este es el medio ideal para personas mayores y con discapacidad ya que el metro no está adaptado en casi ninguna de sus estaciones.
Además del billete sencillo por 2.75$, existen varios billetes diferentes.
Ésta es una tarjeta magnética de cartón que vale tanto para bus como para metro (es obligatoria para metro) y existen dos modalidades: Pago por uso (Pay-Per-Ride) o Ilimitada (Unlimited Ride MetroCard).
Pago por uso (Pay-Per-Ride): Esta tarjeta es recargable y el coste de cada billete sencillo es de 2.75$, se puede compartir entre varias personas y permite transbordos entre metro y autobuses durante 120 minutos. Al recargar más de 5.50$ se consigue una bonificación del 11%.
Unlimited Ride MetroCard: La tarjeta ilimitada es la mejor opción si vas a usar mucho el transporte público.
La tarjeta podemos comprarla con un coste de 1$ en las máquinas del metro, oficinas de turismo y muchas tiendas de recuerdos y artículos generales.
OMNY
OMNY (One Metro New York) es un nuevo sistema de pago para los transportes de NYC, válido para pago de tarifas y la emisión de boletos en el metro, autobuses, paratránsito y trenes de cercanías, que se implementará entre 2019 y 2023.
Para pagar basta con acercar su tarjeta o dispositivo con la app de OMNY en el lector digital y la pantalla confirmará instantáneamente si el toque fue exitoso, enviándolo a su camino rápida y fácilmente.
Métodos de pago.
Serán válidos los dispositivos inteligentes como smartphones y smartwatches, tarjetas bancarias con contacless y la propia tarjeta de OMNY.
Los taxis en NYC no son excesivamente caros pero si lo son en comparación con el resto de transportes. Lo bueno es que es la mejor opción para moverse por la noche, por ser la más segura.
Estos son los precios (2019):
Lo normal es dejar entre un 10 y un 15% de propina aunque no es obligatorio. Como mínimo deberíamos redondear al siguiente dólar.
Podemos movernos también en bicicleta a través de la aplicación Citibike. Con más de 20.000 bicis y más de 1.300 estaciones entre Nueva York y Jersey City, es la empresa más grande de todo el país.
Para usar las bicis debemos darnos de alta en la aplicación y luego elegir entre varias modalidades:
Lo primero que debes hacer es descargarte la app y darte de alta. Busca la estación más cercana en la app y desbloquea la bici a través del código que te llega. Usa la bici y vuelve a dejarla en una estación. Cuando se encienda la luz verde significará que está bloqueada y listo.
Más información en la web: https://www.citibikenyc.com/
Si como nosotros y mucha gente, eliges alojarte en New Jersey (mucho más económico), te explicamos como ir de una a otra.
Lo más sencillo y rápido es usar el PATH. Tienes dos líneas:
En la terminal del World Trade Center podrán conectar con las líneas del metro 2, 3, A, C y E.
Tienes dos tipos de tarjeta. La MetroCard, la misma con la que nos movemos por NYC, con la que el precio del billete sencillo es de 2.75$. Aunque el PATH solo permite el uso de la modalidad MetroCard Pay-Per-Ride y no la Unlimited Ride MetroCard.
La otra es la SmartLink Card, que es la mejor opción si vamos a viajar mucho entre ambas ciudades. Con esta tienes dos opciones:
Opción | Precio |
SmartLink 1-day pass – unlimited de 1 día | 10$ |
SmartLink 7-day pass – unlimited de 7 días | 34.50$ |
SmartLink 30-day pass – unlimited de 30 días | 106$ |
Opción | Precio | Precio por viaje |
SmartLink 10 viajes | 25$ | 2.50$ |
SmartLink 20 viajes | 50$ | 2.50$ |
SmartLink 40 viajes | 100$ | 2.50$ |
Para más información visita la web oficial de PATH.
La única manera directa de llegar desde Manhattan hasta Staten Island en transporte público es tomando el Staten Island Ferry.
Se trata de una ruta de pasajeros operada por el Departamento de Transporte de la ciudad de Nueva York. El ferry opera las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y los barcos salen cada 15 a 20 minutos durante las horas punta y cada 30 minutos el reto de horas. Desde 1997 el ferry es gratuito.
El ferry parte de la Whitehall Terminal, junto a la parada de metro South Ferry Station de la línea 1.
Para los turistas como nosotros, viene a ser otra atracción y lo podrás comprobar si te subes, ya que pasa muy cerca de la Estatua de la Libertad, aunque sólo para contemplarla desde el barco porque no para en Liberty Island.
Puedes encontrar los horarios y más información en la web del Staten Island Ferry.
Aunque la mejor manera de visitarla es contratando una fabulosa visita guiada.
Existen tres modalidades de pases turísticos: New York Explorer Pass, New York Pass y NYC Sightseeing Pass.
La tarjeta New York Explorer Pass ofrece acceso gratuito a 3, 4, 5, 7 o 10 de las principales atracciones de la ciudad. Diseña tu propio itinerario y ahorrarás hasta un 50%.
La tarjeta New York Explorer Pass permite acceder una vez a cada atracción y es válida durante 60 días desde el momento de su activación.
PRECIO | ADULTOS | NIÑOS * |
NYC Explorer Pass de 3 atracciones | 78.50€ | 59.30€ |
NYC Explorer Pass de 4 atracciones | 105.20€ | 75.10€ |
NYC Explorer Pass de 5 atracciones | 118.60€ | 91.90€ |
NYC Explorer Pass de 7 atracciones | 148.70€ | 116.10€ |
NYC Explorer Pass de 10 atracciones | 191.30€ | 146.20€ |
*Niños de 3 a 12 años.
Nosotros compramos la de 3 atracciones y le sacamos bastante partido. Sólo entre el Empire State Building y el Top of the Rock nos hubieran costado 90$.
La tarjeta New York Pass permite el acceso gratuito a más de 100 atracciones de Nueva York, incluyendo el Empire State, el ferry a la Estatua de la Libertad, el Museo del 11-S.
El pase sólo se activa cuando visita su primera atracción. Y sólo es válido para los días consecutivos siguientes al primer día de uso.
PRECIO | ADULTOS | NIÑOS* |
1 DÍA | 107.70€ | 82.70€ |
2 DÍAS | 150.30€ | 124.40€ |
3 DÍAS | 170.40€ | 132.80€ |
4 DÍAS | 194.60€ | 141.10€ |
5 DÍAS | 216.30€ | 149.50€ |
6 DÍAS | 237.20€ | 157.90€ |
7 DÍAS | 249.80€ | 166.20€ |
10 DÍAS | 287.40€ | 187.10€ |
*Niños de 4 a 12 años
El NYC Sightseeing Pass es un pase de descuento flexible para Nueva York bastante económico y fácil de usar. Solo pagas por el pase, no necesitas pagar nada más cuando accedes a las atracciones.
Con él se pueden elegir el número de atracciones y visitas guiadas que quieres incluir en tu Sightseeing Flex Pass. Puedes adquirir el Sightseeing Flex Pass para 2, 3, 4, 5, 7, 10 0 12 atracciones y tienes 60 días para visitar las atracciones que elijas. Puedes elegir entre más de 100 atracciones.
Nº atrac. | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 10 | 12 |
Adultos | 67$ | 89$ | 112$ | 130$ | 164$ | 184$ | 234$ | 264$ |
Niños * | 46$ | 63$ | 81$ | 107$ | 155$ | 174$ | 224$ | 262$ |
*Niños de 3 a 12 años. De 0 a 2 es gratis.
Puedes comprar tu pase online. Recibes un bono con un código QR que es el pase. Puedes enseñarlo directamente desde el móvil o imprimirlo.
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Descubre más sobre Nueva York a través del diario de nuestro viaje de 2019.
Vamos a conocer la historia de Nueva York de manera breve y amena.
Los primeros pobladores de la zona fueron los Lenape, un pueblo algonquino, que se extendían desde Virginia a las Montañas Rocosas y por el norte a la bahía de Hudson.
A partir del siglo XVI comienzan a explorar la zona los primeros europeos. El navegante y explorador florentino Giovanni da Verrazzano, al servicio del rey Francisco I de Francia, buscaba una ruta hacia Asia.
En 1624, se establecen 30 familias de colonos enviados por la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales en la isla Nutten (hoy en día Governors Island). A esta isla la llamaron Nueva Ámsterdam.
El gobernador de Nueva Ámsterdam, Peter Minuit, compra en 1626 a los nativos la isla de Manhattan por 60 florines (unos 1.000$ de hoy en día) en bienes comerciales, tales como telas o herramientas.
En 1664 los británicos arrebatan Nueva Ámsterdam a los holandeses. Ellos cambian su nombre a Nueva York, en honor al Duque de York.
Durante el siglo siguiente, la población de la ciudad de Nueva York creció y se diversificó con la llegada de inmigrantes ingleses, holandeses, franceses y alemanes, además de sirvientes y esclavos procedentes de África.
La ciudad prospera gracias al comercio de harina, pieles, tabaco y madera y en 1760, la población creció de apenas 300 habitantes en 1630 a 18.000 superando a Boston como segunda ciudad más poblada de las colonias americanas. 50 años después ya superaba los 200.000 habitantes convirtiéndose en la ciudad más poblada del hemisferio norte.
Entre 1760 y 1770 despierta una actividad antibrítanica que explota en 1765 tras la aprobación por parte del parlamento británico de la Ley del Sello (Stamp Act) que supuso un impuesto directo y específico para las trece colonias de la América británica que requería que la mayoría de los materiales impresos en las colonias se publicaran en papel sellado y producido en Londres, timbrados con un sello fiscal en relieve. Esta ley pretendía ayudar a pagar a las tropas estacionadas en Norteamérica después de la victoria británica en la Guerra de los Siete Años y controlar la creciente libertad de prensa en las colonias.
En agosto de 1776, a pesar de los esfuerzos del Ejército Continental de George Washington en Brooklyn y Harlem Heights, la ciudad de Nueva York cae ante los británicos y sirve como base militar británica hasta 1783.
La ciudad se recupera de la guerra rápidamente y se convierte en uno de los puertos más importantes del país en 1810.
Pero la verdadera explosión económica llegaría con la inauguración del canal Erie en 1825, un canal de 363 millas desde el Lago Erie hasta el río Hudson, que facilitaba el transporte de mercancías. Esto convirtió a NYC en la verdadera capital comercial del País.
El crecimiento de la ciudad requería de nuevas mejoras de infraestructuras. En 1811 el Plan de los Comisarios (Commissioners’ Plan), considerado el documento más importante en el desarrollo de la ciudad de Nueva York, establecía una cuadrícula ordenada de calles y avenidas para las partes no desarrolladas de Manhattan al norte de Houston Street.
En 1842 se inauguraba el Croton Distributing Reservoir, un embalse y acueducto que proporcionaba agua potable a la creciente población de la ciudad. Y en 1845 la ciudad estableció su primera agencia municipal: el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York.
Con el aumento de la inmigración durante las décadas de 1840 y 1850, se establecieron en distintos barrios étnicos, iniciaron negocios, se unieron a sindicatos y organizaciones políticas y construyeron iglesias y clubes sociales.
Durante la primera mitad del siglo XX, con la construcción de carreteras interestatales y suburbios, alentó a las personas adineradas a abandonar la ciudad, lo que se combinó con la desindustrialización y otros cambios económicos para reducir la base impositiva y disminuir los servicios públicos.
Con la ley de inmigración y nacionalidad aprobada en 1965 o Ley Hart-Celler (Immigration and Nationality Act of 1965), se abolen los cupos nacionales impuestos por la National Origins Formula, en vigor en los Estados Unidos desde la Ley de Inmigración de 1921. Con ella se establece un límite máximo anual de 300.000 visados para inmigrantes, hace posible que inmigrantes de Asia, África, el Caribe y América Latina lleguen a los Estados Unidos, muchos de ellos a NYC revitalizando muchos vecindarios.
El 11 de septiembre de 2011, NYC sufre el mayor atentado terrorista de la historia de Estados Unidos, cuando un grupo de terroristas estrelló dos aviones secuestrados en los dos edificios más altos de la ciudad: las torres gemelas del World Trade Center.
Los edificios fueron destruidos y casi 3.000 personas murieron.
A pesar de ello. la ciudad sigue siendo una importante capital financiera y turísticacon más de 40 millones de visitantes al año.
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Thousand islands o Mil Islas en castellano, son un archipiélago norteamericano formado por 1.864 islas situadas en Norte. Están situadas a lo largo de 80 millas del río San Lorenzo. Se extienden a lo largo de 80 millas en la frontera entre Ontario (Canadá) y Nueva York (E.E.U.U).
Para ser considerada una de las mil islas, la tierra emergente dentro del cauce del río debe tener al menos un pie cuadrado (0,093 m2) de tierra sobre el nivel del agua durante todo el año y albergar al menos dos árboles vivos.
Las islas varían en tamaño desde más de 40 millas cuadradas (100 km2) hasta islas más pequeñas ocupadas por una sola residencia o afloramientos rocosos deshabitados.
Antes de la llegada de los europeos, esta región era habitada por la comunidad iroquesa y el pueblo Ojibwa. En aquel entonces era conocida como Manitouana o el “Jardín del Gran Espíritu”.
En esta zona se llevaron a cabo batallas durante la guera se 1812 contra los británicos. Muchos sitios atestiguan esas batallas, como Fort Wellington en Prescott y la guarnición en Chimney Island, en Ontario.
A finales del siglo XIX y principios del XX se convirtió en un importante lugar de veraneo para las familias distinguidas de E.E.U.U. La mayoría gente adinerada de Nueva York, Chicago o Cleveland. Se construyeron varios hoteles de lujo y se ofrecían excursiones entre las islas mediante barcos de vapor.
Un poco más tarde, tanto las familias ricas como de clase media estadounidenses y canadienses, empezaron a construir en las islas residencias de verano.
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Entre todas las islas hay varias que son reseñables. Son estas:
Heart Island (E.E.U.U.): en ella encontramos Bold Castle, un gran castillo de mampostería construido a principios de siglo XX. Lo mandó a construir George C. Boldt, propietario del lujoso hotel Waldorf Astoria como prueba de amor a su esposa, Louise.
Durante su construcción, en 1904 fallece Luoise y George C. Boldt manda a detener las obras. Sin su amado, el castillo de cuento deja de tener sentido. Jamás vuelve a pisar la isla.
En 1977 Thousand Islands Bridge Authority adquiere la pripiedad de la isla y restaura los restos del castillo, deteriorados tras 73 años de abandono.
Hub Island (E.E.U.U): otra de las islas que nos llamó la atención. Quizá la que más. también llamada Just Room Enough Island (Isla con espacio suficiente).
Es la isla habitada más pequeña de todas. Comprada por la familia Sizeland en la década de 1950, la isla tiene una casa, un árbol, arbustos y una pequeña playa. Cuando lo visitamos nosotros, el nivel del agua era tan alto que no había ni playa, ni terreno.
Debido al pequeño tamaño de la isla, en 2010, el Washington Post declaró: “Un paso en falso y estás nadando”.
Wolfe Island (Canadá): Es la isla más grande de todas y está en la entrada del río en el lago Ontario.
La isla era parte de las tierras de caza tradicionales del pueblo Tyendinaga Mohawk y el nombre original de la isla es Kawehnóhkwes tsi kawè:note. En 2021, el municipio de las islas Frontenac votó oficialmente para aceptar el nombre de Kawehnóhkwes tsi kawè:note. Lo agregó a los letreros que dan la bienvenida a los visitantes a Wolfe Island.
Los franceses la llamaron Grande île (isla Grande). En una proclamación del teniente gobernador del Alto Canadá, John Graves Simcoe, el 16 de julio de 1792, la isla pasó a llamarse isla Grand a isla Wolfe, en honor al general británico James Wolfe.
Deer Island (E.E.U.U.): La isla se encuentra cerca del castillo de Boldt y se puede ver de cerca desde varios barcos turísticos canadienses y estadounidenses que operan en las vías fluviales locales. La tierra de la isla está densamente cubierta de maleza, con una pequeña cabaña en la esquina sur de la isla.
Es propiedad en su totalidad de Russell Trust Association y se utiliza como retiro de Skull and Bones.
Granadier Island (Canadá): La isla lleva el nombre del regimiento de la Guardia de Granaderos Británicos.
Durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763) , el capitán Francois Pouchot de la Marina francesa visitó la isla Grenadier.
La isla permaneció bajo control nativo hasta que llegaron los leales al Imperio Unido a principios del siglo XIX. Durante la Guerra de 1812, Grenadier Island albergó un puesto de vigilancia. Para 1818, se habían establecido varias granjas.
Desde principios de la década de 1870, Grenadier Island se ha convertido en un retiro de verano popular.
Longue Vue Island (E.E:U.U.): Es la única isla artificial de la región.
El propietario original de la casa era Hudson Rose, un comerciante de madera de la ciudad de Nueva York. La isla se llamó originalmente Rossette en honor a Rose.
La casa fue comprada a mediados de la década de 1920 por Temple Berdan y estuvo vacía desde 1932 hasta 1939. Lewis Dollinger compró la casa de la propiedad de Berdan. Más tarde fue propiedad de Dollinger Corporation y, después de que se cambiaron las leyes fiscales en la década de 1970, fue propiedad del hijo del fundador de Dollinger Corporation, Lewis Dollinger, F. Leslie Dollinger durante muchos años. Fue vendido en 1994 al empresario de Arizona Al Wareing, quien es el propietario actual.
Podemos visitar Thousand Islands por medio de cruceros que pasean a través de las islas.
Si estás en el lado Canadiense, podrás tomar los cruceros desde las ciudades de Kingston, Gananoque o Rockport. Nosotros lo hicimos desde Gananoque.
Si estás del lado estadounidense, podrás tomar los cruceros desde Clayton o Alexandria Bay.
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En esta entrada encontrarás información sobre Canadá y nuestros diarios de viaje por el país norteamiericano.
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New York City, la Gran Manzana, es la ciudad más popular de Estados Unidos y puede que del mundo entero. Con unos 8 millones de habitantes (unos 20 millones en su área metropolitana), también es la ciudad más poblada del país. Nueva york ha sido descrita como la capital cultural y financiera del mundo.
Está compuesta por cinco distritos (boroughs) que, a la vez, son condados: Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island. Desde 1898 se consolidan como una única ciudad.
NYC también es la ciudad más multicultural del mundo. Aquí viven más de 3 millones de personas nacidas fuera de EEUU y se hablan cerca de 800 idiomas diferentes.
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Hoy vamos a hacer tortitas americanas. Perfectas para un buen desayuno, o merienda, o… cualquier hora del día a lo glotón. Que ricas, que ricas.
Ingredientes para 8 tortitas:
En un bol grande tamizamos la harina junto con la levadura, añadimos el azúcar y mezclamos bien.
En otro bol aparte, mezclamos la leche, el huevo y el aroma de vainilla y batimos bien.
Hacemos un volcán en la harina y añadimos la mezcla de líquidos. Lo mezclamos bien con una varilla.
Luego añadimos la mantequilla fundida pero atemperada, que no esté muy caliente y volvemos a batirlo todo muy bien hasta que quede una mezcla homogénea.
Tapamos el bol y lo dejamos reposar al menos una hora en la nevera.
En una sartén o plancha caliente a fuego medio-alto, añadimos una pequeña nuez de mantequilla y echamos una cucharada de mezcla.
Cuando empiece a salirle burbujas, le damos la vuelta, la dejamos como unos 30 segundos más y la sacamos.
Repetimos el proceso hasta que se acabe la masa.
Acompañadas de sirope natural de arce son exquisitas. También les puedes echar chocolate, fruta, nata, helado… En fin, lo que quieras, todo muy sano y poco calórico.
La verdad es que rara vez me quedan redonditas, siempre se me quedan con forma bastante chusquera.
Más fotillas chulas en instagram: https://www.instagram.com/viajando_con_fon/
Tras nuestra visita a la ciudad de Nueva York, emprendemos nuestra aventura por Canadá.
23 de Julio
Tomamos el vuelo desde el aeropuerto de La Guardia en Nueva York a las 14 horas (con más de una hora de retraso) y aterrizamos sobre las 15.30. La compañía elegida fue Westjet, una aerolínea de bajo coste canadiense. Salvo por el retraso fue un vuelo bastante cómodo y nos dieron hasta un pequeño snack.
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Iati segurosComo primer choque cultural… marquesina de la parada de bus del aeropuerto con estufa. El invierno debe ser una mijilla duro.
Directos a casa de un familiar a descansar un poco antes de salir a dar un paseo.
La tarde nos dedicamos a pasear un poco como primera toma de contacto por la ciudad. Un vistazo a la CN Tower y ver las vistas desde el Harbour front con un café helado del Tim Horton´s, una cadena canadiense de cafeterías tipo Starbucks pero mucho más barata que está por todo Canadá, en cualquier esquina, pueblo o carretera, allí hay un Tim Horton´s.
A la noche, ya de vuelta al alojamiento, nos pasamos a cenar por el Wychwood Pub en la calle St. Claire ave. que había noche de alitas.
Estaban muy, muy buenas y nada caras. Además la camarera era muy graciosa y nos reímos mucho con ella. Altamente recomendable pero muy alejado del centro.
24 de Julio
Empezamos el día con mucha energía apretándonos un potente desayuno americano en Sunset Grill en Yonge street, una franquicia de restaurantes que sirven desayunos durante todo el día.
Con el estómago a reventar, nos fuimos en busca de la plaza Nathan Phillips, en donde se encuentran el ayuntamiento de la ciudad y a un lado el antiguo ayuntamiento.
En la plaza está el típico cartel gigante de Toronto para sacarte unas fotos y detrás el edificio del nuevo ayuntamiento. Edificio muy modernista en el que se han rodado algunas películas como la segunda parte de Resident Evil.
Junto a la plaza se levanta el edificio del antiguo ayuntamiento, una construcción más clásica y, para mi gusto, bastante más bonito que el nuevo.
Ese día debía de haber algún certamen de belleza o algo parecido porque, de repente, aparecieron como 50 muchachas jóvenes a sacarse fotos con un fotógrafo profesional. Ahí llegó el momento de emprender la retirada.
Salimos dando un paseo hacia la orilla del lago dando un paseo pasando a través de los rascacielos de Toronto, la Union Station y el Scotia bank Arena hasta llegar a la estación de ferry para visitar las Toronto Islands.
Después de unos veinte minutos de viaje con unas vistas impresionantes del skyline de Toronto, desembarcamos en la Centre Island.
La isla está montada como una especie de parque temático del dominguero, donde las familias van a pasar el día. Hay un pequeño parque de atracciones, una granja con animales de corral y algunos restaurantes.
Había partes de la isla cerradas así como alguna de las islas de alrededor porque estaban inundadas. Es debido al altísimo nivel del agua al que ha llegado el lago este año.
Dimos un paseo por la isla. lguno se mojó los pies en el lago y descansamos un poco tumbados en el césped a la sombrita. La verdad es que en Toronto hacía calor al sol pero a la sombra se estaba de lujo.
A mediodía tomamos el barco de vuelta a Toronto y nos fuimos a visitar St. Lawrence Market.
Es el principal mercado público de la ciudad y en la planta alta hay muchos sitios de comida en la que te ponen comida para llevar. Te puedes comer sentado en unas mesas que hay en la terraza.
Nosotros elegimos unos bocatas de roast beef y de lomo ahumado de Montreal que estaban de muerte.
Después de descansar un poco nos fuimos hasta Distillery District, una antigua destilería de whisky (la más grande del mundo en 1860), ahora reconvertida una zona turística en las que hay tiendecitas, cafeterías y sitios para tomar algo. Diría yo que es demasiado hipster para mi gusto pero está muy bien para dar un paseo.
Si te interesa saber más de Distillery District, puedes contratar un fabuloso tour en Segway por el distrito.
Ya de vuelta al alojamiento, pasamos a tomarnos un helado por la heladería Dutch Dreams. Es una heladería holandesa con unos helados espectaculares.
Puedes elegir el tipo de cucurucho, que además los hacen allí mismo, entre un montón de tipos.
Estaban espectaculares y el pequeño es tan gordo que sustituye perfectamente a una cena.
25 de Julio
Empieza lo bueno. Hoy emprendemos nuestro road trip a través de Ontario y Quebec. Lo primero es ir a recoger el coche a la oficina de alquiler del aeropuerto de Toronto. Tomamos la directa hacia las cataratas del Niágara (123km). Un café en el Tim Horton´s y al lío.
Un apunte importante: 4 meses después de volver, me llegó una carta de la compañía de alquiler del coche informándome de que me habían pasado un cobro por una autovía de peaje. Resulta que en algún momento pasamos un tramo de autovía de peaje electrónico, en la que no hay tornos y, sin darte cuenta, te toman la matrícula al entrar y salir. Fueron unos 17€ (20$) entre peaje y gestión de la compañía. Hay que tener cuidado.
Puedes contratar multitud de actividades como tours en helicóptero por las cataratas o paseo en lancha por el río Niágara en el siguiente enlace:
Las Cataratas del Niágara son un grupo de tres cascadas en el extremo sur de la Garganta del Niágara, que cruza la frontera entre la provincia de Ontario en Canadá y el estado de Nueva York en los Estados Unidos.
La más grande, Horseshoe Falls, también conocida como Canadian Falls, se extiende a ambos lados de la frontera internacional de los dos países.
Las otras dos, American Falls y Bridal Veil Falls se encuentran dentro de los Estados Unidos. Bridal Veil Falls está separada de Horseshoe Falls por Goat Island y de American Falls por Luna Island, con ambas islas situadas en Nueva York.
Nada más llegar fuimos a dar a la catarata “pequeña” que ya nos impresionó. Espectacular.
Bajamos al bote que te lleva casi debajo de las cataratas. Había una graaaaan cola pero iba bastante rápido porque el bote era grande.
Al abrir todo el mundo corría a intentar coger buen sitio en la planta de arriba. Pero mejor es ponerse en la planta de abajo en el lado izquierdo. No está saturado de gente y tienes la misma vista.
Antes de entrar te dan unos chubasqueros y aún así acabas empapado. Si no sales completamente mojado, es que no has pillado buen sitio. Es muy, muy divertido aunque no dura demasiado rato.
Cuando salimos nos fuimos dando un paseo por la avenida hasta las cataratas grandes. Son realmente espectaculares, eso sí, si queremos sacar una buena foto hay casi que pegarse con la multitud.
Si en vez de conducir con el terrible tráfico de los alrededores de Toronto, siempre puedes contratar una excursión que te lleve y te traiga.
Tranquilamente subimos hasta el coche, comimos un pequeño picnic sentado debajo de un árbol a la sombrita y emprendimos viaje otra vez. El destino: Tobermory en la península de Bruce (383km). El alojamiento era una pasada, una casita encantadora en el bosque en la orilla del lago Hurón.
26 de Julio
Nos levantamos con tranquilidad y desayunamos. Tan solo teníamos que cruzar la calle para llegar al pequeño muelle del que salía el barco hacia Flowerpot Island.
Flowerpot Island es una pequeña isla despoblada en el lago Hurón, que forma parte del Parque Nacional Marino Fathom Five.
El barco antes de ir a la isla nos daba un paseo por el lago, enseñándonos un barco hundido en el siglo XVII y contándonos un poco de la historia de las islas de la costa.
Llegamos a Flowerpot Island. Nada más bajar, te ofrecen una bolsa para la basura porque en la isla no hay papeleras. Está (lógicamente) prohibido dejar deshechos por ahí.
Hicimos la ruta de senderismo que recorre la isla. Es un sitio precioso, muy boscoso. En la costa se pueden apreciar unas formaciones rocosas en forma de columnas llamadas flowerpots (macetas) que dan nombre a la isla.
La ruta senderista se hace completa en unas tres horas. Se pasa por varios puntos de interés como una cueva, una estación eléctrica o un pequeño museo en la casa del farero. Cuando terminas la caminata un buen baño en el lago, sólo para valientes porque a pesar de ser pleno julio, el agua estaba helada.
Ya por la tarde volvemos al barco de vuelta, que va directo a Tobermory sin dar vuelta turística. Nos subimos al coche y nos ponemos rumbo al siguiente alojamiento. Lo tenemos en la ciudad de Barrie (240km),acercándonos a la entrada del parque provincial Algonquin.
27 de julio
Hoy un nuevo madrugón y después de desayunar ponemos rumbo a Dwight (150km) que es donde se encuentra la entrada de Algonquin park. Para acceder al parque hay que pagar una tasa de 18$ (12.40€) por coche, independientemente de la cantidad de personas que vayan en él.
En el parque hay muchísimas actividades para realizar aunque nosotros lo enfocamos todo al senderismo.
La primera fue la Whiskey rapids trail de unos 2 kilómetros.
Nada más entrar a la ruta, como en casi todas, hay una libreta donde escribes tus datos por si te pierdes.
Se hace bastante rápido pero tiene varios inconvenientes. El primero es que en verano no hay rápidos (supongo que se forman con el deshielo en primavera) y el segundo, que los mosquitos son una auténtica nube y son del tamaño de gorriones. Esto fue un infierno, para nada sirvieron los parches anti-mosquitos ni los repelentes líquidos que usamos. Son los que llevamos a Vietnam y Japón, con bastante éxito. Se cebaron con nosotros y encima atravesaban la ropa. Para colmo, a mi pareja le hicieron reacción alérgica y le salieron ronchas como puños.
A diez minutos en coche de allí nos esperaba la Peck lake trail también de dos kilómetros. Una ruta muy sencilla y tranquila que bordea el lago Peck. En esta por suerte no había casi mosquitos y se iba muy bien. La ruta es realmente bonita.
Después de esta ruta paramos a comer un picnic en un merendero a orilla de la carretera para coger fuerzas. Me hizo mucha gracia (a la par que miedo) ver cubos de basura a prueba de osos.
Después del descanso tocaba la penúltima ruta: la Big Pines Trail, esta era de unos 3 kilómetros y también bastante sencilla. Por suerte tampoco había casi mosquitos y se iba muy bien. Es a través del bosque profundo en las que se encuentran pinos gigantescos y muy antiguos. Me encantó.
La siguiente no era una ruta como tal, fue el museo de los leñadores (Algonquin Logging Museum). Es un museo al aire libre en forma de ruta de un kilómetro y medio, que te enseña como vivían y trabajaban los leñadores de la región y la evolución del trabajo. Es realmente interesante y recomendable. Además es gratis aunque puedes dejar un donativo.
Terminamos la visita justo cuando cerraba el museo así que vuelta al coche y ya salimos del parque en dirección a Kanata en las afueras de Ottawa (396km desde Barrie) donde teníamos el siguiente alojamiento.
28 de Julio
Tocaba madrugar nuevamente para recorrer los 106km que nos separaban de la visita del día de hoy, el Parc Omega, ya en la provincia de Quebec. Se trata de un parque de animales autóctonos en semi-libertad.
No soy de los que me gustan los parques zoológicos. Ni los acuarios, ni ese tipo de sitios donde confinan animales para su exhibición. Pero en este caso eran especies de la zona y el recinto por donde se mueven es realmente gigantesco (nos consumió casi la totalidad del depósito del coche).
Lo recorres en el coche, con la radio sintonizada en una cadena específica en la que te da explicaciones del parque y los animales vienen en tu busca para que les des unas zanahorias que previamente has comprado en el centro de visitantes.
A mitad de camino hay otro centro de visitantes con tiendas de recuerdos y restaurantes. Allí mismo puedes tomar un transporte tirado por un tractor que te lleva a una granja con animales ideal para los peques. También hay un par de rutas para que llegues andando.
En el centro de visitantes también hay una exhibición de rapaces y te enseñan también como viven los lobos de la zona.
Un poquillo más adelante, en la orilla de un pequeño lago, hay un merendero en el que almorzamos un picnic. Luego hicimos la ruta que bordea el lago que es, a su vez, un museo con tótems de los indígenas de las diferentes regiones de Canadá.
Echamos el día en el parque y la verdad es que nos lo pasamos muy, muy bien. Desde luego es una visita que a los niños le puede encantar, pero también a los mayores.
Ya por la tarde salimos desesperados por encontrar una gasolinera ya que el depósito del coche llevaba ya un rato en reserva y nos quedaban aún 270 kilómetros hasta nuestro siguiente alojamiento: una encantadora casita muy cerca del lago en un pueblo llamado Saint-Jean-des-Piles muy cerca de la entrada del parque nacional Le Mauricie.
Un apunte importante: La gasolina en Canadá es realmente barata, unos 0,80€ (0.97$) el litro.
Llegamos al pueblo sobre las 9 de la noche. Dejamos las cosas en el apartamento y nos fuimos en busca de un restaurante.
Muy cerquita estaba el Bistro Le P’tit Canot. Allí nos dijeron que el cocinero estaba enfermo y tenían la cocina cerrada, que no podía ser. Aunque en una mesa había un chaval deglutiendo un plato de espaguetis.
Nos dijeron que podíamos ir al restaurante Marina le St- Jean que cerraban a las 10. Allí que nos fuimos, para entonces ya casi eran las 9.15. Preguntamos que si se podía cenar y nos dijeron que si. En ese momento sale la cocinera ladrando diciendo que ya estaba la cocina limpia y que ya no servían comida. Pues nada, corriendo a Shawinigan, la ciudad cercana más grande, antes de que cerrara un hipermercado que había abierto para poder comprar algo que cenar.
29 de Julio
Hoy tocaba hacer deporte. Nos dirigimos a la entrada del parque nacional Le Mauricie.
En el centro de visitantes nos informaron muy bien del camino a seguir y de lo que hacer. El señor que había allí hablaba francés, inglés, italiano y español así que perfecto.
Nos comentó que a la gente de Quebec le gusta mucho el español, que se estudia en la escuela y les encanta practicarlo cuando pueden. Más adelante nos fuimos dando cuenta de ello. Allí pagamos la tasa correspondiente que fue de 15$ (10.34€) por coche.
Nos fuimos hasta el lago Wapizagonke. Allí contratamos unas canoas y nos fuimos a atravesar el lago, 4,6km en total.
Cuando llegamos al final atamos las canoas. Nos embadurnamos de repelente de mosquitos que nos encontramos con una auténtica plaga. Y nos dispusimos a hacer la ruta senderista de 3,4km hasta las cascadas Waber. Por suerte según ibas subiendo iba habiendo menos mosquitos.
Llegamos a las cascadas y eran sencillamente espectaculares. Por suerte solamente se puede llegar por el método que nosotros usamos así que no había demasiada gente y están muy bien conservadas.
Allí se forman pocetas en las que uno se puede meter para refrescarse del agobiante calor húmedo que hacía y relajarse de la caminata. Eso sí, el agua estaba exagerada de fría.
Después de comer un picnic campestre tocaba despedirse de las cascadas y emprender el largo camino de vuelta. Otros 3,4km de senderismo y otros 4,6km de canoa hasta el coche.
A la vuelta, ya en el coche, paramos en el mirador “le passage” desde donde se divisaba una panorámica increíble del lago Wapizagonke y en los que hay paneles explicativos sobre la formación de la zona, flora, fauna etc…
Antes de salir del parque tuvimos un gran golpe de suerte y se nos cruzó un oso por delante del coche, sin prisa ninguna además con lo cual pudimos contemplarlo con bastante calma.
30 de Julio
Toca regresar poco a poco a Toronto. Primera parada Ottawa. Después de recorrer los 354km que nos separaban de Saint-Jean-des-Piles llegamos a la capital del país. Dejamos las cosas en el apartamento en Gatineau.
Gatineau es una ciudad ubicada en Quebec, en la orilla norte del río Ottawa, junto enfrente de la capital de Canadá.
Aprovechamos para almorzar en un pub cercano, el Brasserie Gainsbourg. Una cervecita artesanal, un poutine, fish and chips y hamburguesas. Estaba todo muy rico.
Ya a tope de energías y después de un chaparrón que parecía el diluvio universal, nos dirigimos hacia la colina del parlamento.
Nada más cruzar el río Ottawa Portage Bridge, nos encontramos con Christ Church Cathedral, la catedral anglicana de Ottawa.
En 1824, el reverendo Amos Ansley empezó a impartir el sermón en una escuela. Para 1826 se inauguró una pequeña iglesia construida en piedra.
En 1841 comienza la construcción de una nueva iglesia que se extendió dos años hasta 1843, cuando fue consagrada y recibió el nombre de Iglesia de Cristo. Para 1872 se decide demolerla para construir una más grande. Ésta se inaugura en 1873.
El día de Pascua de 1897, se anunció formalmente que Christ Church se convertiría en la catedral de la nueva diócesis.
Un poco más adelante encontramos el edificio de la Corte Suprema de Canadá (Supreme Court of Canada). Fue diseñado por Ernest Cormier y construido entre 1939 y 1946. Cabe reseñar que la primera piedra fue puesta por la Reina Isabel, consorte del rey Jorge VI y más tarde conocida como la Reina Madre.
A su lado (más o menos), encontramos el Edificio de Justicia, diseñado por Thomas W. Fuller y construido entre 1935 y 1938.
A su lado se encuentra el Edificio de la Confederación, construido entre 1927 y 1931 en estilo gótico. Fue diseñado por Richard Cotsman Wright y Thomas W. Fuller.
Un poco más adelante llegamos al recinto del parlamento de Canadá. El parlamento se divide en tres edificios. El Bloque Central, inaugurado en 1927, reemplazando al edificio anterior de 1866, que fue pasto de las llamas, contiene las cámaras del Senado y los Comunes. En la parte delantera se encuentra la torre del reloj y en la trasera, la biblioteca.
El Bloque Este (inaugurado en 1866) y el Bloque Oeste (inaugurado en 1865) contienen oficinas de ministros y senadores, así como salas de reuniones y otros espacios administrativos.
Se puede visitar por dentro mediante visitas guiadas.
En el centro del recinto encontramos la Centennial Flame (la Llama del Centenario). Conmemora el centenario de Canadá como Confederación, encendida desde el 1 de enero de 1967.
La llama se encuentra rodeada por una fuente en la que se encuentran los escudos de las 13 provincias y territorios de Canadá. Originalmente no estaba el del Territorio Nunavut, ya que no fue creado hasta 1999. Su escudo se instaló el 13 de diciembre de 2017.
Estuvimos paseando por la zona con mucha tranquilidad que ya se empezaban a notar los días.
Junto a la colina del parlamento se encuentran las esclusas del Canal Ridau. El canal conecta Ottawa con el lago Ontario y el río San Lorenzo en Kingston. El nombre Rideau (cortina en francés), se deriva de la apariencia de cortina de las cascadas gemelas del río Rideau donde se unen al río Ottawa.
El canal se abrió en 1832 como medida de precaución en caso de guerra con Estados Unidos. Hoy se usa para hacer actividades de recreo. Las esclusas del sistema son las que llevan en funcionamiento continuo más antiguo de América y se abren para la navegación a mediados de mayo y se cierran a mediados de octubre.
Si quieres pasar un muy buen rato, puedes contratar un precioso tour en bici por Ottawa:
Al otro lado del canal se encuentra el espectacular Château Laurier, un hotel de lujo en un precioso edificio palaciego, diseñado en estilo gótico francés. El hotel fue inaugura en 1912 y en 1980 fue designado sitio histórico nacional.
Descansamos un poco y nos acercamos a la Galería Nacional de Canadá para ver el edificio por fuera que ya estaba cerrado. Es uno de los museos de arte más grandes de América del Norte por espacio de exhibición.
La galería se estableció en 1880 en el edificio de la Segunda Corte Suprema de Canadá. En 1911 se trasladó al edificio del Victoria Memorial Museum y en 1960 al edificio de Lorne.
Para 1988 fue finalmente trasladado al edificio actual, creado por el arquitecto israelí Moshe Safdie y construido en cristal y granito. La colección permanente del museo incluye más de 93.000 obras de artistas europeos, estadounidenses, asiáticos, canadienses e indígenas. Organiza además exposiciones temporales.
En la plaza delante del museo se encuentra The Maman statue, la escultura de una araña de la artista francesa-americana Louise Bourgeois, creada en el año 1999, la misma estatua de la araña que se encuentra junto al museo Guggenheim de Bilbao, en el Jardín de las Tullerías en París o en Roppongi Hills en Tokio.
Justo enfrente encontramos la catedral de Notre-Dame, una basílica católica romana, la iglesia más grande y antigua de Ottawa y la sede del arzobispo católico de la ciudad.
En 1832 se construyó en madera la primera iglesia en este lugar. Ésta se derribó en 1841 para dar paso a una iglesia más grande. Fue diseñada Antoine Robillard y el padre John Francis Cannon, quienes solicitaron un diseño neoclásico.
En 1844 con la sección inferior terminada, los Padres Oblatos asumieron la administración de la parroquia. Estos decidieron rediseñar la iglesia en una estructura neogótica, un estilo que estaba creciendo en popularidad.
Si quieres descubrir a fondo los lugares más emblemáticos de Ottawa, puedes contratar una bonita visita guiada aquí:
Desde allí, ya agotados fuimos dando un paseo hacia ByWard Market. Es un distrito comercial y de entretenimiento en el centro de la ciudad. Incluye los edificios del mercado y el mercado al aire libre a lo largo de George, York, ByWard y William Street.
En 1827 se construyó el primer edificio del mercado junto con un juzgado detrás en George Street, que fueron desmantelados en 1842.
El sábado 6 de noviembre de 1848 se inauguran dos nuevos edificios. Uno en la Ciudad Baja, construido en madera. Con espacio para puestos de mercado en la planta baja y un piso superior bien iluminado para ser utilizado para reuniones públicas. El de la Ciudad Alta se convirtió en el ayuntamiento hasta 1878. Y así fueron evolucionando diversos edificios hasta llegar al presente.
La zona que rodea el mercado es un lugar donde se encuentran numerosos restaurantes y locales donde tomar algo. Además, aquí se encuentra el cartel gigante de Ottawa para que los guiris nos saquemos fotos. Bywan market me pareció muy hipster a la par que turístico así que decidimos cenar en el apartamento y descansar temprano.
Encuentra algunas actividades muy chulas para hacer en la capital de Canadá en el siguiente enlace:
31 de Julio
Hoy toca un nuevo madrugón. Desayunamos y salimos disparados hacia la ciudad de Gananoque (167km). Allí contratamos un crucero que recorría las Thousand islands,un archipiélago de 1.864 islas.
Está dividido por la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Se encuentra en la desembocadura del río San Lorenzo, en un extremo del lago Ontario. Las islas canadienses están en la provincia de Ontario y las islas estadounidenses en el estado de Nueva York.
Las islas varían en tamaño, desde los 100 km2 la más grande, hasta la más pequeña, que contiene tan sólo una pequeña residencia.
Para contar como una de las Mil Islas, la isla debe tener, al menos, un pie cuadrado (0.093 m²) de tierra sobre el nivel del agua durante todo el año y soportar al menos un árbol vivo.
Adquirimos la opción de dos horas y media. Consistía en hacer un recorrido alrededor de las islas más importantes (sin desembarcar en ninguna) mientras te explicaban la historia del lugar y algunas curiosidades.
La excursión es muy interesante y entretenida. El barco además tiene un bar en el que puedes tomar algo mientras disfrutas de la excursión.
Cuando terminó la excursión ya era algo tarde así que decidimos almorzar algo en el restaurante de la empresa de cruceros y luego salir de nuevo de vuelta a Toronto (290km).
1 de Agosto
Hoy tocó paseo relajado por Toronto. Nos acercamos a la Casa Loma aunque decidimos no entrar ya que no nos llamaba mucho la atención.
Es una mansión y jardín de estilo neogótico en el centro de Toronto. Fue construida entre 1911 y 1914 por arquitecto E. J. Lennox, como residencia para el financiero Sir Henry Pellatt.
En 1924 la ciudad de Toronto embarga Casa Loma debido a las deudas e impuestos impagados. Henry Pellatt se arruina tras la expropiación de sus compañías eléctricas y el declive de sus negocios inmobiliarios. Fue a causa de la Primera Guerra Mundial. Tras esto, la casa quedó abandonada durante años.
En 1937 es arrendada por el Club Kiwanis de West Toronto. Más tarde, el Club Kiwanis de Casa Loma (KCCL), que comenzó a explotar turísticamente el castillo. Éstos administran la casa hasta el año 2011.
Debido a su carácter arquitectónico único en Toronto, Casa Loma ha sido un lugar popular para rodar películas y televisión. También es un lugar popular para las ceremonias de bodas.
Después de darle una vuelta a la casa fuimos dando un paseo hacia el centro pasando por algunas fraternidades universitarias. También compramos algunos recuerdos.
Este día comimos en el restaurante Salad King, un tahilandes muy conocido y que estaba buenísimo y nada caro.
Con fuerzas renovadas seguimos paseando por el centro hasta llegar a Queen’s Park. Es un parque urbano en el centro de la ciudad inaugurado en 1860 por el Príncipe Eduardo de Gales. Es nombrado así en honor a la Reina Victoria.
El parque es el sitio del Edificio Legislativo de Ontario, que alberga la Asamblea Legislativa de Ontario.
El edificio de la Asamblea Legislativa de Ontario empezó a construirse en el año 1886 según el diseño del arquitecto Richard A. Waite y se inauguró en 1893. Aunque se han realizado numerosas ampliaciones, las últimas en 1968 y 1969.
Allí nos sentamos a descansar en el césped y a comernos unos pasteles de queso japoneses que habíamos comprado que estaban de muerte. Los compramos en una tienda llamada Uncle Tetsu’s Japanese Cheesecake muy cerca de Dundas square.
Después del descanso seguimos paseando pasando por varias facultades de la universidad de Toronto hasta llegar a hasta Kensington market. Es un vecindario multicultural distintivo en el centro de Toronto, con tiendecillas y sitios para tomar o comer algo muy hipster.
Allí nos sentamos a tomar algo haciendo tiempo para ir hasta la CN Tower donde teníamos hora para cenar en su restaurante giratorio.
La CN Tower es una torre de comunicaciones y observación de 553 metros de altura. Se construyó entre 1973 y 1976. Su nombre “CN” originalmente se refería a Canadian National, la compañía ferroviaria que construyó la torre.
Hoy en día se puede subir para admirar las increíbles vistas de la ciudad y para comer en su restaurante, de 360º que va girando lentamente para disfrutar de todo Toronto. También hay diversas actividades como paseo por el exterior en lo alto de la torre (que miedo).
Que vamos a decir de las vistas desde la CN Tower… Son sencillamente espectaculares y el atardecer es una pasada.
La cena además de las vistas estaba muy, muy buena. Era cocina en plan moderna pero no se pasa hambre. Se puede elegir un menú por 65$ (45€) o pedir de carta, pero esta última opción es carísima. Lo bueno es que incluye la entrada a la torre.
Después de cenar volvimos al mirador de la torre aprovechando que ya casi no había gente para disfrutar un rato más de las vistas y sacar una buena foto.
A la salida de la torre nos dimos un paseo por los alrededores y aprovechamos que era tarde para sacarnos una fotos en el cartel de Canadá que durante el día es imposible por las colas que se forman.
Último día en Canadá. Bastante agotados ya de tantos días sin parar, salimos algo más tarde a dar un último paseo por Toronto. Compramos los últimos recuerdos.
En la tienda del Art Gallery nos regalaron una colección de libros de arte por la compra que hicimos. Pesaba aquello como mil demonios. Con todo ese peso seguimos paseando. Almorzamos un desayuno en otro Sunset grill (donde desayunamos el primer día) y nos fuimos a contemplar un rato el lago en el Harbour front.
La vuelta la hicimos con la compañía KLM. El avión se notaba que era muy viejo y los asientos eran estrechísimos, casi no cabían las piernas. La verdad es que fue un vuelo realmente incómodo. Eso sí, la tripulación era muy amable y la comida estaba muy bien.
Salimos sobre las 11 de la noche y aterrizamos en Ámsterdam a las 12 del mediodía. Dos horas después salía el vuelo hacia Bilbao. Este avión, también era de KLM y era de los pequeñitos que solo tienen filas de dos asientos. Aunque parezca increíble, había mucho más espacio para las piernas y era mucho más cómodo que el anterior.
Encuentra muchas actividades que hacer en Toronto en el siguiente enlace:
Balance final
Canadá me impresionó. Sus espectaculares paisajes, su fauna y, sobre todo, la gran amabilidad y simpatía de los canadienses. Lo que más me impresionó de ellos es la alegría y el increíble trato que tienen en el trabajo, en el que parece que sea cual sea, les encanta el trabajo.
Tenemos intención de volver algún día al país y visitar la otra costa que también tiene que ser espectacular.
Aquí les dejamos el mapa con todos los puntos que visitamos a lo largo del viaje:
Descubre más sobre el continente americano.
Este año cambiamos de continente y nos vamos a descubrir Nueva York, la Gran Manzana.
18 de Julio
Este año toca una nueva aventura: descubrir el continente americano. Primera parada: Nueva York.
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Salimos de Málaga en vuelo directo con Delta sobre las 8 de la mañana. Llegas varias horas antes al aeropuerto para el embarque. Pasas los controles exhaustivos como una “conversación” muy amigable con un empleado de la compañía en el mostrador de facturación. Este anota todo lo que dices y te hace varias preguntas más serias como si has estado en todo momento con tu maleta y tal.
Pasas el control de pasaportes. Esperando pasa una trabajadora de la compañía que se acerca a una de mis acompañantes. Le comenta que ha sido seleccionada aleatoriamente para un control antes del embarque y que la acompañe. El resto embarcamos por métodos convencionales.
El avión bastante cómod. Asientos relativamente espaciosos, la tripulación muy amable y la comida bastante decente. De vez en cuando pasaban ofreciéndote algo de beber, un helado y cosas así. El entretenimiento a bordo bastante bueno. Se hace muy ameno el viaje (teniendo en cuenta que más de la mitad lo hago durmiendo).
Llegamos sobre las 10.30 al aeropuerto JFK. Por lo que me habían contado, empieza el festival. La pesadez de pasar los controles tan gordos de los aeropuertos de EEUU. Nada más lejos de la realidad. Por suerte casi no había colas en los controles. En el puesto: foto, huellas dactilares y pasaporte. Todo muy rápido.
Salimos a por el equipaje. Ahora sí, verás los registros, las preguntas, etc… pues de nuevo fallo. Las maletas nos estaban esperando. Las recogemos y salimos directamente a la terminal… ¿ya está? ¿Así de fácil? Maravilloso. Ha sido más fácil entrar en EEUU que salir de España.
Recuerda viajar siempre con seguro. Más vale tenerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo. Además, con IATI tienes un 5% de descuento por ser nuestro lector:
Iati segurosAsí que directos al metro para ir al alojamiento. Es un apartamento en Jersey City, ya que en Nueva York era exageradamente caro y éramos 6 personas. Después de más de una hora de metro y transbordo con el PATH por fin llegamos. Dejamos las maletas y salimos echando mistos a comer que ya los hilorios eran importantes a esa hora.
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Si prefieres llegar de manera más cómoda y rápida, puedes hacer contratando un traslado. Aquí te dejo el enlace de uno que funciona de maravilla:
Primera toma de contacto con la comida basura grasienta americana. Una hamburguesa en un restaurante llamado Leftbank Burger junto al apartamento.
Muy buena y chorreante, con un empanado extraño que resultaron ser macarrones con queso empanado. Así, como una croqueta de macarrones. Acompañada de agua helada para mitigar el bochorno que hacía. En Nueva York te ponen siempre agua fría al entrar a un restaurante.
Ya con el estómago contento, nos dirigimos a Manhattan a ver que se cuece por allí. Primera parada… 33rd Street st.
Damos un paseíto relajado alrededor del Empire State Building, recorremos parte de la 5ª avenida hasta el Flatiron Building.
El Flatiron Building, originalmente llamado Fuller Building. Es un edificio triangular de 22 pisos y 87 metros de alto ubicado en el 175 de la Quinta Avenida.
Diseñado por Daniel Burnham y Frederick Dinkelberg, fue uno de los edificios más altos de la ciudad después de su finalización en 1902. También uno de los dos únicos “rascacielos” al norte de la calle 14, el otro es Metropolitan Life.
Volvemos sobre nuestros pasos para entrar a Macy´s a descansar en la zapatería con aire acondicionado y ver las escaleras mecánicas de madera.
Macy’s que originalmente se llamó R. H. Macy & Co. es una cadena de grandes almacenes estadounidense fundada en 1858 por Rowland Hussey Macy.
Tras descansar un poco a la fresca, nos dimos un paseo hasta la abarrotadísima y agobiante Times Square.
Times Square es una importante intersección comercial. Un destino turístico y centro de entretenimiento en el cruce de Broadway y la Séptima Avenida, en el Midtown de Manhattan.
Se caracteriza numerosas vallas publicitarias y gigantescos anuncios luminosos. Se extiende desde las calles 42 a 47 oeste.
La verdad es que impacta. Creo que me impactó más que la primera vez que visité Shibuya en Tokio. Tanto por la publicidad como por la cantidad de gente que había allí.
Desde aquí nos fuimos dando un paseo por el barrio hasta llegar al Madison Square Garden. Coloquialmente conocido como The Garden, es un estadio cubierto de usos múltiples ubicado entre las avenidas 7 y 8 de las calles 31 a 33, está situado en lo alto de la estación Pennsylvania.
El pabellón se utiliza para hockey sobre hielo y baloncesto profesional, así como para boxeo, conciertos, espectáculos sobre hielo, circos, lucha libre profesional y otras formas de deportes y entretenimiento.
Después de un día movidito, decidimos volver a Jersey a comprar algo para cenar y desayunar al día siguiente en un supermercado.
19 de julio
Nos levantamos muy tempranito sobresaltados por la alarma de incendios del apartamento. Fue debido a unas tostadas que se quemaban en la tostadora. La falta de costumbre de tener ese tipo de alarmas. Bien… tempranito y bien espabilados para el día de andar que se nos venía encima.
Hoy tocaba darme el gusto y frikear un poco, así que pusimos la directa al edificio que hace de cuartel general en la película de los cazafantasmas (la original). Había leído que no había nada pero nos encontramos con que es una pequeña estación de bomberos.
Para los muy frikis, éste se encuentra en el 10 de North Moore Street.
De aquí marchamos hasta Chelsea Market. Es una antigua fábrica de procesado de carne reconvertida en mercado de tiendas, para mi gusto, muy hipsters. Como se estaba fresquito nos agenciamos unos tés helados y unos dulces artesanales en una pastelería llamada Sarabeth’s.
Después de coger fuerzas salimos del edificio para recorrer el Higline elevated park. Un parque lineal elevado de 2.33 km, que recorre unas antiguas vías del Ferrocarril Central de Nueva York abandonadas.
Fue diseñado entre James Corner Field Operations, Diller Scofidio + Renfro y Piet Oudolf y se abrió en junio de 2009. Es un sitio bastante curioso con mucha sombra para recorrer con el calor.
Al final del parque nos esperaba una extraña construcción llamada The Vessel, que es una especie de mirador. Fue construido con el diseño del británico Thomas Heatherwick; e inaugurado en marzo de 2019.
La estructura tiene forma de panal. Tiene 16 pisos y con 154 tramos de escaleras, 2500 escalones y 80 descansillos para que los visitantes puedan subir.
Justo enfrente encontramos Hudson Yards. Es un enorme centro comercial que nos sirvió también para descansar un poco al fresco… o al frío. En NY yo creo que ponen los aires acondicionados a 10ºc. Que frío hace en todos sitios.
Ya refrescados nos dimos un (largo) paseo a lo largo de la 5ª avenida hasta la Trump tower. La torre es un rascacielos de 58 plantas y 202 metros de altura situado en 721-725 de la Quinta Avenida. Es un edificio de usos múltiples en la que también vive el ex-presidente Donald Trump y alguno de sus familiares.
Seguimos dando un paseo y paramos a comer en un sitio cercano, en el fresh & co. Una franquicia de ensaladas y comida orgánica que está bastante buena y nada cara.
Ya con energía nos fuimos en camino de la biblioteca pública de Nueva York. Es la segunda biblioteca más grande de Estados Unidos y una de las más grandes del mundo. Conteniene más de 53 millones de artículos. Y como buen friki, es el escenario de la primera escena de los cazafantasmas 😛
El edificio es bastante espectacular tanto por dentro como por fuera. Es una visita bastante larga a pesar de que sólo se puede ver una parte del edificio. Eso sí, hay que respetar porque a pesar de ser turístico sigue siendo una biblioteca. Se visitan algunas salas en las que hay gente consultando y estudiando. Aunque no todo el mundo es civilizado.
Ya a la hora de cerrar la biblioteca nos dimos otro paseíto hasta la Catedral de San Patricio. Se trata de una catedral neogótica sede del arzobispo de la Arquidiócesis Católica Romana de Nueva York. Fue construida entre 1858 y 1878. Se considera uno de los símbolos más visibles de la Iglesia católica en los Estados Unidos.
Se puede entrar de manera gratuita y la verdad es que el edificio es bastante espectacular. Además, tiene aire acondicionado y se está la mar de a gusto.
Como a la salida no era demasiado tarde, cruzamos la avenida para llegar a la Rockefeller plaza delante del Rockefeller center, plaza que ha salido así como en un millón de películas.
Desde aquí nos fuimos hasta el barrio chino para comprar algunos recuerdos y cenar algo en un restaurante. Cenamos en un sitio llamado Joe´s Ginger, un poco cutre pero comimos bien y barato.
20 de Julio
Hoy toca subir al Empire State Building. Madrugón, desayuno energético y al PATH hacia Manhattan.
El Empire State Building es un rascacielos de 102 plantas y 443 metros de altura diseñado por Shreve, Lamb & Harmon. Fue construido entre 1930 y 1931 en estilo Art Deco.
En un principio fue el edificio más alto del mundo hasta que fue desbancado por las Torres Gemelas en 1970. Tras la destrucción de éstas en 2001, volvió a ser el edificio más alto de la ciudad (no del mundo) hasta 2012 que lo superó el One World Trade Center.
Había bastante gente y cola pero iba bastante rápido. Nada más entrar te hacen una foto con un croma con la ciudad de fondo por si quieres comprarla a la salida. Que vamos a decir de las vistas… son espectaculares.
Después de dar toda la vuelta tocaba subir del todo. En ese momento, un empleado del edificio gritó a pleno pulmón que la cola para el ascensor era de unos 35 minutos. El que quisiera podía subir en ese momento por las escaleras, que se tardaba unos 7 minutos. Así lo hicimos. No me explico cómo hay gente que sube en maratón desde abajo del todo.
El precio de la entrada es de entre 42$ y 49$. Puedes comprar tu entrada cómodamente desde el siguiente enlace:
Ese día estábamos en alerta por la ola de calor sofocante. A pesar de ello le echamos ganas y del Empire State Building nos fuimos hasta Manhattan bridge para cruzarlo y volver por Brooklyn bridge.
El Puente de Manhattan es un puente colgante de 2.089 metros. Cruza el East River conectando el Bajo Manhattan en Canal Street con el Centro de Brooklyn en Flatbush Avenue Extension. Fue diseñado por Leon Moisseiff. Construido por The Phoenix Bridge Company, y se abrió al tráfico el 31 de diciembre de 1909.
Era tal el calor que fue misión imposible. Cuando llevábamos aproximadamente un cuarto de puente, nos paramos, sacamos unas fotos y vuelta atrás.
Decidimos volvernos sobre nuestros pasos y parar en una pastelería de Chinatown llamada Audrey Bakery And Café para refrescarnos un poco. Los pasteles estaban de muerte. Y lo que tenían expuesto tenía todo una pinta increíble. Desde luego no paraba de entrar gente a llevarse comida.
Después del paréntesis fuimos camino de Wall Street por la sombra pasando por delante de los edificios de la Corte Suprema. Hasta llegar a los edificios de la Bolsa y del Federal Hall. Pero de camino, ya casi llegando, nos topamos con una pequeña y curiosa iglesia.
Se trata St. Paul’s Chapel, la capilla de San Pablo. Construida en 1766, es el edificio eclesiástico más antiguo que se conserva en Manhattan, y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura eclesiástica georgiana tardía del país.
La capilla pertenece a Trinity Church, una iglesia parroquial histórica en la Diócesis Episcopal de Nueva York. El edificio que podemos ver es el tercero que se construyó, entre 1839 y 1846 por Richard Upjohn en estilo neogótico.
Fue el edificio más alto de los Estados Unidos hasta 1869, así como el más alto de la ciudad de Nueva York hasta 1890.
El edificio de la bolsa se construyó estilo Beaux Arts por George B. Post en 1903. El edificio adyacente fue diseñado por Trowbridge & Livingston y fue inaugurado en 1922. Ambos edificios fueron designados Monumento Histórico Nacional en 1978.
El edificio del Federal Hall es un edificio histórico situado en el 26 Wall Street. El primer edificio, inaugurado en 1703, fue el primer Capitolio de Estados Unidos. Fue el lugar donde George Washington fue investido presidente en 1789.
Este edificio fue destruido en el siglo XIX. Fue reemplazado por el edificio actual, que fue inaugurado en 1842 en estilo renacimiento griego.
Justo delante del Federal Hall se encuentra una estatua de George Washington hecha por el escultor John Quincy Adams Ward y colocada en 1883.
Me sorprendió mucho lo reducido que es el lugar en el que están los edificios de la bolsa y del Federal Hall. Con tanta gente y calor, además, era bastante agobiante estar por allí. Así que foto de rigor. Una botella de agua fría en un kiosco que había allí por la que nos clavaron 3.50$ (casi nada) y tirando para la estatua del Toro de Wall Street.
El Toro de Wall Street es una escultura de bronce de 3.200 kg. Representa un toro, el símbolo del optimismo financiero agresivo y la prosperidad. La escultura fue creada por el artista italiano Arturo Di Modica a raíz de la caída de la bolsa de valores del Lunes Negro de 1987. El 14 de diciembre de 1989 Di Modica dejó caer la escultura desde un camión en la entrada del edificio de la bolsa. Tras ser retirada por la policía, ese mismo día se instaló en el cercano parque Green Bowl.
En la estatua había como un millón de personas haciendo cola para sacarse una foto frotándole las “pelotas” al toro. Decidimos ponernos por un ladillo sin estorbar a los demás y foto cojonera al canto.
Si lo deseas, puedes hacer un interesante free tour por la zona:
Como se nos había hecho bastante tarde decidimos comer algo en un Subway justo delante del toro. Craso error. El bocata estaba bueno, pero se les había estropeado la máquina de refrescos y los dos baños que tenían. Muy chachi todo.
Después de llenar el buche y como seguía haciendo mucho calor, nos dimos un salto a visitar el Museo del 11-S que estaba muy cerca.
La verdad es que el museo impacta bastante. Aún teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros recordamos con exactitud lo que pasó ese día y aún tenemos las imágenes guardadas en la memoria. Hace falta bastante tiempo para visitarlo si se quiere ver con detenimiento. A nosotros nos llevó como unas dos horas.
Puedes comprar la entrada independiente o combinada con el Top Of the Rock, el mirador del Rockefeller Center y ahorrarte unos dólares.
Cayendo ya el sol nos pusimos en camino a cruzar el puente de Brooklyn, visita obligatoria en Nueva York.
Fue inaugurado el 24 de mayo de 1883 y fue el primero que cruzaba el East River. En el momento de su inauguración era el puente colgante más largo del mundo con 1.825 metros de largo. También fue el primero suspendido mediante cables de acero. Desde entonces, se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de Nueva York.
Fue un paseo bastante ameno y relajado. No sé si era porque hacía ya menos calor pero estaba llenísimo de gente. Merece la pena ya que las vistas son bastante espectaculares. Una vez llegamos al final del puente toca volver a Jersey City para cenar y descansar para un nuevo día.
21 de Julio
Empezamos el día cogiendo mucha energía metiéndonos entre pecho y espalda un energético desayuno americano en International bagel & cafe. Junto al apartamento. Aunque parezca increíble el café estaba muy bueno y lo ponen para llevar.
Acto seguido nos dirigimos a la estación de PATH y cogemos transporte hasta el Staten Island Ferry. Una buenísima opción para ver la Estatua de la Libertad gratis.
Es el ferry de línea que conecta Manhattan con Staten Island que pasa junto a Liberty Island pero sin parar. Con lo que no puedes bajar a para visitar la estatua pero como no teníamos intención de entrar…
A parte de la estatua también se ven los skyline de Manhattan y Jersey maravillosamente.
La Estatua de la Libertad (Libertad iluminando el mundo) es una escultura neoclásica ubicada en Liberty Island en el puerto de Nueva York.
Fue diseñada en cobre por el escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi. Su estructura de metal fue construida por Gustave Eiffel.
La estatua fue dedicada el 28 de octubre de 1886 y fue un regalo del pueblo francés a Estados Unidos para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
Ella sostiene una antorcha sobre su cabeza con su mano derecha, y en su mano izquierda lleva una tabula ansata inscrita JULIO IV MDCCLXXVI (4 de julio de 1776 en números romanos).
La Estatua de la Libertad se encuentra en Liberty Island una pequeña isla deshabitada de propiedad de Manhattan y mantenida por National Park Service.
Antiguamente era conocida como Isla Bedloe. En 1956 fue rebautizada por una ley del Congreso de los Estados Unidos. Era el hogar Fort Wood, una fortificación defensiva con forma de estrella de once puntas.
La isla es un exclave del estado de Nueva York ubicado dentro de las aguas territoriales del estado de Nueva Jersey.
Desde el barco también podemos divisar Ellis Island, un pequeño islote que fue la estación de inspección de inmigrantes más concurrida de los Estados Unidos.
Entre 1892 y 1924, casi 12 millones de inmigrantes que llegaron al puerto de Nueva York y Nueva Jersey fueron procesados allí bajo la ley federal.
Hoy en día es parte del Monumento Nacional de la Estatua de la Libertad. Es accesible al público solo en ferry.
En el lado norte se encuentra el edificio principal que ahora es un museo nacional de inmigración. En el lado sur se encuentra el antiguo hospital de Inmigrantes de Ellis Island. Está abierto al público solo a través de visitas guiadas.
Una vez llegados a Staten Island, salimos del barco y volvimos a entrar sobre la marcha (a pesar de que había carteles que decían que no se podía pero no fuimos los únicos) y volvimos a Manhattan.
Si deseas bajarte en la isla y visitar la Estatua de la Libertad, puedes hacerlo mediante una visita guiada, que incluye también una visita a Ellis Island.
De vuelta en Manhattan y después de alrededor de media hora de metro, nos bajamos en la 125th street en Harlem. Por allí paseamos un ratillo por el barrio pasando por delante del mítico Teatro Apollo.
El Teatro Apollo Es un lugar destacado para los artistas afroamericanos, y es el hogar de Showtime at the Apollo, un programa de variedades de televisión sindicado a nivel nacional que mostró nuevos talentos, de 1987 a 2008, que abarca 1.093 episodios.
Se inauguró en 1914 como New Burlesque Theatre de Hurtig & Seamon. Fue diseñado por George Keister en estilo neoclásico. Se renombró como Apollo en 1934 cuando se abrió a los clientes negros ya que anteriormente había sido un lugar exclusivo para blancos.
En 1983 es designado como Monumento Histórico de la Ciudad de Nueva York.
Seguimos paseando hasta la Catedral de San Juan el Divino, la catedral de la Diócesis Episcopal de Nueva York. Se empezó a construir en 1892 en estilo Renacimiento bizantino y Renacimiento románico.
Aún se encuentra sin terminar.
En 1909 se cambió el plano y se continuó en estilo gótico. Las torres sobre la fachada occidental, así como el crucero sur y un campanario propuesto sobre el cruce, nunca se completaron.
Para entrar en la catedral hay que pagar pero desde el vestíbulo se ve bastante bien y ahorrarte unos dólares. Aunque lo recomendable de ver en la catedral es la Fuente de la Paz, una escultura de 12 metros de alto esculpida en 1985 por Greg Wyatt.
La escultura representa la lucha del bien y el mal, así como una batalla entre el Arcángel Miguel y Satanás. La escultura también contiene el Sol, la Luna y varios animales.
A pesar del tremendo calor que hacía nos fuimos a intentar recorrer Central Park pero fue un intento frustrado. Era un infierno de calor.
Así que nos salimos y entramos en el Museo Americano de Historia Natural donde se estaba fresquito. Se trata de un complejo 26 edificios interconectados. Albergan 45 salas de exposiciones permanentes, además de un planetario y una biblioteca.
Las colecciones del museo contienen más de 34 millones de especímenes de plantas, animales, fósiles, minerales, rocas, meteoritos, restos humanos y artefactos culturales humanos. Así como colecciones especializadas de tejido congelado y datos genómicos y astrofísicos.
Entramos por la puerta lateral que había leído que había menos gente y así era. Si compras en las máquinas la entrada por 23$ entras directamente sin colas, así que decidimos hacer la cola (una media hora) y pagamos la “voluntá”, que fueron 5$ cada uno, teniendo en cuenta que faltaban solo un par de horas para cerrar y sólo nos daba tiempo de ver una mínima parte.
El museo es bastante espectacular pero está lleno no, saturado de gente. Era bestial la cantidad de gente que había allí dentro.
El Rockefeller Center es un gran complejo comercial que consta de 19 edificios. De ellos, 14 edificios de estilo Art Deco son originales encargados por la familia Rockefeller.
A las 18.00 cuando nos echaron, vimos que era buena hora para almorzar (estábamos al borde del desmayo). Así que una hamburguesa rapidita (y nauseabunda) en un Wendy´s. Y corriendo al Rockefeller center que teníamos entradas para el mirador Top of the Rock a las 19.15 para ver las vistas al atardecer.
Hasta 1928 los terrenos pertenecían a la Universidad de Columbia. Fueron alquilados a John D. Rockefeller Jr. y originalmente iba a construirse un nuevo edificio para la Ópera Metropolitana. Pero ésta no pudo permitírselo económicamente así que se decidieron a construir el Rockefeller Center.
Su construcción se inicia en 1931 y el primer edificio se abrió al público en 1933. Se completó en 1939.
Una vez más, las vistas desde las alturas espectaculares, más aún que las del Empire State. Eso si, hasta la bandera de gente.
El atardecer es espectacular viendo como se va iluminando poco a poco la ciudad, y ya de noche sin palabras. Desde aquí podemos ver el juego de luces que hacen desde el Empire State.
Las horas de la salida y de la puesta de sol son 10$ más caras ya que son las más solicitadas. Contratando la visita conjunta al Museo del 11-S, tiene el mismo precio a cualquier hora del día.
22 de Julio
Último día en Nueva York y habrá que aprovecharlo. Nuevamente tomamos el PATH hasta la 9th street station para coger el metro hacia Central Park.
Para ello cruzamos Christopher street pasando por delante del mítico bar Stonewall Inn. Aquí se produjeron los disturbios en 1969 por la liberación del colectivo LGTBIQ+.
Ya en la estación de Christopher Street tomamos el metro hasta la estación de Columbus circle para pasear por Central Park.
Central Park, situado en el centro de Manhattan, es el quinto parque más grande de Nueva York con una superficie con más de 340 Ha. Es el parque urbano más visitado de todo Estados Unidos con más de 40 millones de visitantes al año.
Su construcción comenzó en 1857. Con un diseño de los arquitectos paisajistas Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux llamado “Plan Greensward”. Las primeras áreas del parque se abrieron al público a finales de 1858 y se abrió por completo en 1876.
Después de un período de declive a principios del siglo XX de los parques de Nueva York, en la década de 1930 inició un programa para limpiar Central Park por orden del comisionado Robert Moses.
En 1980 se crea Central Park Conservancy para combatir un mayor deterioro. A fines del siglo XX que renueva muchas partes del parque a partir de la década de 1980.
Aprovechando que no hacía mucho calor dimos un largo paseo por el parque.
Después de cinco días andando sin parar nos lo tomamos con bastante calma e incluso pasamos un buen rato (con siesta incluida por mi parte) tirados en el césped a la sombrita y comprando algunos recuerdos.
Al salir a modo de aperitivo nos acercamos al Sprinkles de Lexington av. a comernos unos cupcakes que estaban de muerte. Que cosa más rica “por favó”.
Como parece que los cupcakes no fueron suficiente, tomamos el metro camino de Washington square park. Muy cerca de la estación, decidimos comer en un Fresh & Co. De la misma cadena en la que habíamos comido unos días antes.
Después de comer nos acercamos, mientras amenazaba el cielo con descargar lluvia de la gorda, a Washington square park. Es un parque público situado en el barrio de Greenwich Village del Bajo Manhattan. Se trata de uno de los parques públicos más conocidos de la ciudad. Es un ícono, así como un lugar de encuentro y un centro para la actividad cultural.
Uno de los elementos destacables del parque es el Arco de Washington Square, un arco del triunfo construido en 1889 para conmemorar el centenario de la presidencia de George Washington. El original se construyó en madera y yeso pero enseguida fue reemplazado por otro de mármol, diseñado por Stanford White entre 1890 y 1895.
Por la amenaza de lluvia tuvo que ser una visita rápida. Unas fotillos y corriendo al metro dirección Grand Central Terminal.
Para los peliculeros como yo, la Grand Central Terminal es visita obligatoria. Allí se han rodado multitud de escenas de películas y además tiene muchísimas curiosidades.
La verdad es que la estación impresiona por su tamaño y su belleza… Y por la cantidad de gente que hay. Además puede ser hasta divertido ya que en la planta baja en la entrada del Oyster bar. Lleva abierto desde la inauguración de la terminal en 1913. Si le hablas a una columna, se oye perfectamente en la columna de enfrente.
La Grand Central Terminal fue inaugurada en 1913 en el lugar donde hubieron dos estaciones predecesoras. Es la estación más grande del mundo en número de andenes (44). La tercera estación de tren más transitada de América del Norte, después de New York Penn Station y Toronto Union Station.
Lo más llamativo de su arquitectura son sus bóvedas de ladrillo patentadas por Rafael Guastavino, denominado ‘El arquitecto de Nueva York’.
A la salida se encuentra prácticamente al lado el Chrysler building. No se puede entrar pero por fuera es un edificio espectacular. Dentro debe de ser una auténtica maravilla.
El Chrysler Building es un edificio diseñado en Art Déco por el arquitecto William van Alen. Con sus 319 metros de altura y 77 plantas fue el edificio más alto del mundo durante once meses. Hasta que lo superó el Empire State Building en 1931.
Hoy en día es el número 11 en la lista de edificios más altos de Nueva York.
Poco nos duró la alegría ya que en ese momento empezaba a lloviznar. Así que decidimos darnos un salto a Times Square a despedirnos de Manhattan pensando que con la lluvia habría menos gente.
A mitad de camino nos tuvimos que parar debido a la caída del diluvio universal sobre nosotros. Era tanto que los paraguas no servían para nada.
Cuando aminoró y pudimos salir de donde estábamos metidos llegamos a Times Square. La verdad es que había muy poca gente, que diferencia con días anteriores.
Se paseaba muy bien hasta que empezó a caer el diluvio universal de nuevo. Decidimos volver a Jersey para cenar y acostarse que había que madrugar mucho. El vuelo salía por la mañana desde el aeropuerto de La Guardia.
Aquí te dejamos el mapa con los puntos que visitamos en este viaje:
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