Fuerteventura 2019: pausando el invierno

Después de una navidad bastante estresante, decidimos tomarnos unos días de relax en la soleada Fuerteventura. A la maravillosa Canarias.

7 de febrero

Despegábamos a las 7.45 de la mañana del aeropuerto de Málaga. Sobre las 9 de la mañana aterrizamos en el aeropuerto de Fuerteventura.

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Lo primero que hicimos nada más bajarnos del avión fue ir al baño a deshacernos de la ropa de invierno y cambiarla por la de verano. Luego nos fuimos a recoger el coche que habíamos alquilado por internet en la agencia Cicar, empresa 100% canaria. El coche era un Opel Mokka que nos salió 90€ por tres días.

Si no quieres alquilar coche, siempre puedes contratar un servicio de traslado que te dejará cómodamente en tu hotel.

Traslados en Fuerteventura

Como era temprano, nos fuimos camino de Antigua, donde nada más llegar nos tomamos un buen desayuno para coger fuerzas.

Después de desayunar nos dimos un paseo por el centro del pueblo. Antigua se originó como asentamiento de normandos que se dedicaron a la agricultura y la ganadería, después de la conquista de la isla por el normando Jean de Bethencourt. Fue en el siglo XVIII cuando Antigua comenzó a cobrar mayor rango, como núcleo urbano más próspero y poblado de Fuerteventura gracias al cultivo de cereal y a su situación estratégica de paso. Imprescindible la visita a la iglesia de Nuestra Señora en la plaza Cruz de los Caídos.

De aquí nos fuimos camino del mirador de Morro Velosa, a unos 9 km de Antigua. El mirador, creado por el artista canario César Manrique, tiene unas vistas panorámicas del Parque Rural de Betancuria desde una perspectiva única. Además, hay una cafetería para poder tomarse algo admirando estas vistas.

Fuerteventura desde Morro Velosa
Vistas desde Morro Velosa.

A la bajada nos paramos en las estatuas de Ayose y Guise desde las que hay bonitas vistas también. Desde aquí nos fuimos hacia Betancuria. Fundada en el año 1.404, Betancuria es constituida como ayuntamiento independiente en 1812 y en 1834 deja de ser la Capital de Fuerteventura.

El pueblo es realmente bonito aunque da la sensación de parque temático montado para el turismo exclusivamente.

Betancuria
Betancuria.

Después de pasear por Betancuria, volvemos al coche y nos ponemos en camino de Ajuy. La carretera es espectacular. Un millón de curvas estrechas al borde de un acantilado impresionante.

Sobre la mitad de camino, paramos en el mirador del Risco de las Peñas a contemplar el maravilloso y desértico paisaje y descansar un poco de tanta curva.

Fuerteventura

Seguimos nuestro camino hasta llegar a Ajuy, una pequeña calita con un pueblecito de pescadores. Allí lo primero que hicimos fue comer.

Hay varios restaurantes en el pueblo. Elegimos uno que se llama la Jaula de oro. Tenía muy buenas críticas y, aunque la terraza estaba hasta los topes, dentro había bastante sitio. Nos comimos unas croquetas de pescado, unas puntillitas y un plato de pescado frito del día. Todo buenísimo pero el pescado frito, recién sacado del mar estaba espectacular.

Si quieres más comodidad y una bonita experiencia, también puedes contratar un precioso tour por la zona.

excursión a Corralejo

Después de comer nos dimos una vuelta por el monumento natural de Ajuy, que fue la primera zona que emergió a la superficie en el proceso de formación del archipiélago canario. Es un rincón de gran valor e interés geológico, con una antigüedad estimada de más de 100 millones de años.

Ajuy
Ajuy

Ya algo cansados nos pusimos camino del hotel, del que nos separaban 50 minutos en coche aún. Elegimos el hotel H10 Tindaya en Costa Calma. Un resort de 4 estrellas muy bien de precio con desayunos y cenas.

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H10 Tindaya Fuerteventura
Amanecer desde la habitación del hotel

8 de febrero

Hoy medio madrugamos para hacer una excursión a la isla de Lobos. Desde enero de 2019 es obligatorio solicitar un permiso al cabildo de Fuerteventura para poder acceder a la isla. Se puede hacer online en su página web.

Si quieres más comodidad, el ferry en el siguiente enlace, que incluye el permiso del cabildo:

Ferry a la Isla de Lobos

Después de hora y media de coche llegamos por fin al puerto de Corralejo. El paisaje por el camino una auténtica maravilla, sobre todo las gigantescas dunas de Corralejo.

En el muelle hay un pequeño (muy pequeño) kiosco en donde se compra el billete de barco a Lobos. El barco tarda unos 20 minutos y a la llegada, nada más bajar, están los empleados del cabildo revisando los permisos. Acto seguido llegamos al centro de visitantes en el que hay una pequeña exposición sobre la historia de la isla.

A partir de aquí, empezamos la ruta senderista que recorre la isla. Es muy importante llevar bien de agua y algo de comer ya que no hay donde comprar nada en la isla. También es importante llevar protección solar y gorro ya que el sol casca duro y no hay ni una sola sombra en toda la isla.

En la isla hay un restaurante que había leído yo que era bastante complicado conseguir mesa. Una amiga que ha estado recientemente me ha comentado que al llegar por la mañana preguntaron y le dijeron que reservaran en ese mismo momento y que no habría problema luego. Así lo hicieron y comieron bastante bien.

El sendero es muy sencillo y llano casi en su totalidad. La subida a la Montaña La Caldera si es un poco más complicada. El camino es empedrado y algo suelto y muy empinado, pero merece mucho la pena subir. Las vistas de la isla y de las dunas de Corralejo son impresionantes.

Montaña la Caldera, isla de Lobos
Montaña La Caldera

A la bajada seguimos adelante en el sendero hacia el faro de Punta Martiño disfrutando de los espectaculares paisajes con su flora única.

Después del faro emprendemos la vuelta hacia el puerto por la otra cara de la isla pasando por Las Lagunitas hasta llegar de nuevo al puerto.

Se tarda unas dos horas en dar la vuelta a la isla tranquilamente y la verdad es que merece mucho la pena reservar una mañana para la visita.

Las Lagunitas Isla de Lobos
Las Lagunitas

A las 14.00 nos cogimos el barco de vuelta. Al llegar comimos en el Bar La Lonja, junto al muelle. Comimos muy bien y bastante barato.

Para aprovechar la tarde, nos subimos en el coche y nos fuimos hasta el faro del Tostón, junto al pequeño pueblo pesquero El Cotillo.

El faro, construido en 1897, tras varias remodelaciones ha sido reconvertido en el museo de la pesca tradicional, aunque ese día estaba cerrado. Desde allí podemos disfrutar de más vistas espectaculares del desértico paisaje.

Nos pusimos camino del hotel, del que nos separaba hora y media de coche. Durante el trayecto hicimos un último alto en el camino. Paramos en Tindaya para admirar la montaña sagrada de Tindaya. La montaña tiene pinturas rupestres y era un lugar sagrado para los aborígenes de la isla. La verdad es que se respira un aire de misticismo espectacular.

Nos tomamos un café en la cafetería del pueblo y seguimos hacia el hotel.

Montaña sagrada de Tindaya
Montaña sagrada de Tindaya

9 de febrero

Hoy toca día de relax playero. Nos encaminamos hacia la increíble playa de Cofete. Pero antes queríamos hacer una parada para visitar el faro de Punta Jandía. Una vez que pasamos Morrojable, la carretera deja de estar asfaltada y se convierte en una carretera de tierra pero en muy buen estado.

Tras media hora de camino llegamos al faro de Punta de Jandía. Puesto en servicio en 1864, el faro es uno de los más antiguos de las Islas Canarias.

Después de tomar algo, nos encaminamos hacia la playa de Cofete. Unos veinte minutos más tarde llegamos al mirador de la playa, con unas vistas espectaculares.

Cofete
Cofete

Después de otros veinte minutos de camino por una carretera de tierra muy sinuosa y estrecha al borde del acantilado, sin quitamiedos y en la que prácticamente solo cabe un coche, llegamos al parking de la playa, junto al enigmático cementerio de Cofete. También podemos ir en transporte público por medio de una guagua todo terreno que sale desde Morrojable por 8€ ida y vuelta.

El cementerio con unos muros bajos y medio sepultados por la arena, estuvo en funcionamiento desde finales del siglo XIX hasta 1956 y está rodeado de un halo misterioso. También misteriosa es la mansión Winter que se ve desde la playa de la que dice una leyenda que sirvió como base de aprovisionamiento para la flota de submarinos nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Cementerio de Cofete
Cementerio de Cofete

Como no habíamos llevado comida y estábamos a casi una hora del pueblo más cercano, decidimos comer en un pequeño restaurante que hay junto a la playa. Se llama Pepe el Faro y la verdad que comimos muy bien y nada caro. Pagar con tarjeta se hace un poco complicado porque no hay casi cobertura de móvil y los camareros se tiran un rato dando vueltas en busca de una rayita de cobertura.

Después de comer nos volvimos a tirarnos a la playa, en la que prácticamente no te encuentras con nadie en ningún momento. Un relajante día que antes de que llegara a su fin, nos pusimos en camino de vuelta al hotel para madrugar a coger el avión de vuelta al día siguiente.

Balance del viaje

En definitiva un destino para descansar y desconectar de la rutina diaria. Destino muy relajante con playas paradisiacas y paisajes volcánicos espectaculares. Si quieres huir del frío invernal peninsular, Canarias es tu destino cercano.

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