Bueno, pues ya estamos camino a Hoi An.
19 de julio
Unas 3 horas y media después llegamos a Hoi An (Hội An). Nos bajamos del bus en un parque y según cogemos las maletas, empieza a caer el diluvio universal. En lo que corrimos en busca de un techo acabamos totalmente calados hasta los gayumbos. Que manera de caer agua. Cuando paró de llover unos 5 minutos después, nos cogimos un taxi y nos fuimos al hotel.
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Iati segurosEl hotel que elegimos se llama Hoi An Silk Luxury Hotel & Spa. Un 4 estrellas que nos costó la friolera de 28.70€ la noche, con desayuno.
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Dejamos las cosas y nos fuimos a una agencia sinh tourist cercana a contratar para el día siguiente una excursión a las ruinas de Mỹ Sơn. Por 199.000VND (7.80€) contratamos la excursión con la ida en bus y la vuelta en barca por el río Thu Bồn. Si quieres ir y volver en bus, el precio es de 149.000VND (5.90€).
De aquí nos fuimos a dar un paseo por el casco antiguo de Hội An que es una preciosidad.
Uno de los puntos fuertes de la economía local es la confección de vestidos en 24 horas. Le llevas una foto de cualquier vestido de marca de esas supercaras y en 24 horas tienes una copia exacta. Y muy barata.
Parece ser que de calidad aceptable. Eso se nota porque hay como mil tiendas de confección por metro cuadrado en la ciudad.
La verdad es que la ciudad tiene muchísimo encanto sobre todo con la iluminación de miles de farolillos de colores.
Paseando por el centro nos acercamos a un restaurante que nos habían recomendado para cenar algo antes de ir a descansar. El sitio se llama Blue Dragon y por 130.000VND (5€) tienen un menú con 5 platillos y postre que estaban muy ricos.
Después de cenar nos fuimos dando un paseo al hotel a descansar que había que madrugar mucho.
20 de julio
Nos despertamos muy temprano y nos ponemos hasta arriba de desayunar, que será una larga y sudorosa mañana. Noa vamos a visitar las ruinas de Mỹ Sơn.
Sobre las 8 nos recoge el bus de la excursión en la puerta del hotel.
El guía del que no recuerdo el nombre pero al que apodamos Miami Vice porque parecía un personaje sacado de la mítica serie de los 80. La verdad es que tenía un aspecto y una manera de hablar de chulo de agárrate y no te menees, pero realmente era un cachondo y te partías con el.
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Durante la aproximadamente hora y media que duraba el trayecto, nos contó un poco sobre la historia de las ruinas, nos dio variadas instrucciones y recaudó el dinero de las entradas al recinto, que por cierto el precio era de 150.000VND (5.90€).
El santuario es un conjunto de templos hindúes abandonados y parcialmente en ruinas, construidos entre el siglo IV y el XIV por los reyes champa. Los templos están dedicados a la veneración del dios Shiva.
Los templos están datados del período entre el siglo IV y el XIV pero por algunas inscripciones se cree pudieran haber construcciones más antiguas.
Con la caída de los Champa el complejo cayó en desuso y en el olvido hasta que en 1898 fue redescubierto por los franceses.
Una de las curiosidades que nos explicó Miami Vice es que, si nos fijamos, a todas las esculturas les faltan las cabezas. Resulta que se conservan todas muy bien en el museo del Louvre en París. Arriba el expolio.
Las ruinas fueron inscritas como patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1999.
Dicen que es la hermana pequeña de los templos de Angkor Wat en Camboya. La verdad que es realmente impresionante y está enclavado en un entorno selvático espectacular.
Lo malo era el calor. Mientras estabas metido en la selva, la humedad era agobiante pero cuando salías a una explanada, el sol te torraba de una manera…
Durante la guerra de Vietnam, las ruinas fueron un cuartel general del viet cong. En 1969 los americanos bombardearon toda la zona reduciendo a ruinas muchos de los edificios restaurados. Miami Vice nos contaba que su padre estuvo allí como combatiente pero se salvó porque viéndolas venir, se piró montaña arriba.
Aún se pueden observar numerosos cráteres producidos por las bombas. También se recomienda no salirse de los caminos marcado ya que la zona sigue en parte minada y puedes saltar por los aires.
Fue una visita impresionante y yo creo que imprescindible en Vietnam. Mereció la pena el madrugón y el calor pasado.
A las 12.45 salía nuestro bus de vuelta. Como a mitad de camino, los que habíamos cogido la vuelta en barco, nos bajamos del bus y nos llevaron a un embarcadero. Allí cogimos una lancha que nos llevó río abajo hasta el casco antiguo de Hội An.
Durante el camino nos dieron un pequeño ágape basado en un plato de arroz con verduras que estaba bastante bueno.
Ya en la ciudad, compramos un pase que vale para entrar a 5 monumentos diferentes por 120.000VND (4.70€).
El primer sitio al que entramos fue al Puente Cubierto Japonés (Chùa Cầu). Fue construido en el año 1593 por la comunidad de comerciantes japoneses de Hội An para unir su barrio comercial con el barrio comercial chino.
En su interior se encuentra un pequeño templo budista donde se pueden comprar algunos recuerdos y postales. En mi opinión, no merece la pena entrar ya que lo impresionante del puente es su fachada exterior pero, repito, es mi humilde opinión.
De aquí nos acercamos al cercano Salón de la Asamblea Cantonesa (Hội Quán Quảng Đông). Construida en 1885 por la comunidad china para convertirlo en un lugar de culto y para realizar actividades comunitarias, de negocios y otras necesidades de la vida diaria.
Las fuentes con esculturas de dragones en los patios son espectaculares, sobre todo la del segundo patio, el más grande.
El recinto estaba lleno de gente pero, curiosamente, el segundo patio estaba vacío. Así que nos sentamos a descansar en sus jardines y se estaba muy tranquilo.
Aprovechamos que había baño y cayó un cambio de camiseta que la otra no aguantaba más “agua”.
El descanso fue corto que había que apurar el tiempo. Salimos y nos encaminamos al Salón de Asambleas de Fujian (Hội quán Phúc Kiến). Es famoso por su magnífica y majestuosa belleza en un gran espacio, su arquitectura china única y su carácter sagrado.
Construido en 1757 el Salón de Asambleas de Fujian es un lugar de culto Thien Hau Thanh Mau y los dioses de la protección del río, el dinero, los niños, los antepasados y un lugar de encuentro para los compatriotas y ayuda a unir a la gente de Fujian.
La decoración de la puerta es una auténtica maravilla. Al cruzarla damos a un patio con muchas plantas. Al otro lado se encuentra la entrada a los pabellones de la asamblea.
Nada más entrar, nos encontramos con la sala de reuniones. Del techo cuelga unos inciensos gigantescos en forma de conos que dejan los visitantes a modo de ofrendas, ya que este es un espacio sagrado.
En su interior cuelgan etiquetas de papel con los datos de las personas que realizan la ofrenda. Estos inciensos arden durante aproximadamente un mes. Pasado ese tiempo, los monjes quemaran el papel.
Al fondo se encuentra el altar dedicado a Bodhisattva Quan Am y la a Diosa del Mar “Thien Hau Thanh Mau”.
Como ya se había hecho tarde (todo cierra a las 17.00) nos fuimos dando un paseo a descansar al hotel. Una ducha y un ratito de relax en la piscina.
Ya por la noche, descansados, salimos a dar un paseo por las encantadoras calles de casco antiguo empapándonos del ambiente tan animado que había.
Una vez al mes se realiza el festival de las linternas, en el que sueltan miles de linternas de papel al río y que se llevan la corriente. Pero ya las puedes ver en menor medida todas las noches ya que los locales las venden a los turistas. La verdad es que crea un ambiente muy chulo.
A través de tripadvisor localizamos un restaurante con buena pinta. Se llama Nữ Eatery. Está bastante escondido pero la comida estaba buenísima. Además hacen una limonada exquisita y muy refrescante.
Después de cenar vuelta al hotel a descansar que había que madrugar para aprovechar la última mañana en Hội An.
21 de julio
Después de desayunar, nos vamos paseando camino del centro.
Llegamos paseando a la antigua casa de la familia Tan (Ky Nhà Cổ Tấn Ký). Construida hace más de 200 años como hogar de la familia de comerciantes Tan Ky. La casa antigua Tan Ky es una combinación de estilos arquitectónicos japoneses, chinos y vietnamitas.
Para mi gusto un pelín recargada pero la verdad es que es impresionante. Antes de salir nos pillaron por banda y nos convencieron para comprar unos amuletos de la suerte.
Nos acercamos a curiosear por el mercado local. Allí compramos una cafetera vietnamita para hacer café cagao que íbamos a comprar en Hanoi para traernos a España.
Luego fuimos a la oficina de correos para echar un par de postales más.
La oficina de correos es un edificio también realmente bonito y muy cuidado. Lo curioso es que los sellos aquí nos costaron más baratos que en Huế. Cosas de la vida las de Hội An llegaron antes.
Seguimos paseando por la espectacular y encantadora Hội An hasta que llegaba el momento de partir hacia el aeropuerto de Đà Nẵng.
Puedo afirmar que hasta hoy, es la ciudad más encantadora que he visitado.
Para llegar al aeropuerto contratamos un transfer. Tardó como unos 40 minutos en llegar al aeropuerto.
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El aeropuerto de Đà Nẵng es el principal del centro del país, así que es muy grande y con mucha gente. Nos fuimos a los mostradores y facturamos. Curiosamente nos volvió a tocar salidas de emergencia. Yo creo que nos vieron tan grandes en comparación con los vietnamitas y se enrollaron.
Antes de subir al avión comimos algo en un sitio de comida rápida y a las 13.40 despegábamos rumbo a Hanoi. La tremendamente bulliciosa capital del país.
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