Hemos cambiado nuestro campamento base en Corea a la ciudad de Busán, al sur del país.
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17 de agosto
Nos levantamos tempranito, desayunamos y nos ponemos en marcha dirección al Templo Beomeosa. Se ecuentra en las afueras al norte de la ciudad.
Tomamos la línea 1 de metro hasta la parada Beomeosa y allí nos subimos al bus nº 90. Este bus va directo al templo.
Beomeosa fue construido por el gran maestro Uisang en 678 durante el reinado del rey Munmu de Silla. Es uno de los diez templos Hwaeom en Corea. Es un templo Seon basado en la meditación, un lugar donde las personas pueden meditar y aclarar sus mentes.
Contiene 3 tesoros nacionales: la Puerta de un Pilar (No. 1461), la Pagoda de Piedra de tres pisos (No. 250) y el Salón Principal del Buda (No. 434).
Lo primero que nos encontramos es la puerta Iljumun o puerta de un pilar. Construida en 1614 por el maestro Myo Jeon.
Tras esta se encuentra la Puerta Wangcheon. Una vez la cruzamos, la Puerta Burimun o Puerta de la Liberación y el Pabellón Bojeru, ambos construidos en 2012.
Tras cruzar por Bojeru damos a la explanada donde se encuentra Dae Woong Jeon o el pabellón de Buda. Fue construido en 1614 y está consagrado al Buda Sakyamuni.
El nombre de Dae Woong se originó en el Sutra del loto (Beop Hwa Gyeong). Es el nombre virtuoso de Buda que significa gran héroe que renunció a todos los deseos mundanos y alcanzó la iluminación.
Aproveché y compré un pequeño Buda de la suerte para mi negocio en la tienda del templo.
Después de visitar el templo nos volvimos al metro. Vamos a visitar el templo Seokbulsa. Nos bajamos en la estación Mandeok y luego hay que andar unos 2 km por un sendero precioso. El sendero es cuesta arriba y el último kilómetro la pendiente es brutal. Se hace realmente eterna y nos llevó más de una hora recorrerlo.
El Templo Seokbulsa es bastante moderno y su construcción data de 1930. No destaca precisamente por sus edificios ya que es bastante pequeño pero si por sus espectaculares figuras talladas en la piedra.
Además, debido a la dificultad para llegar, no es muy visitado. Nosotros estuvimos solos salvo por una pareja que estaba haciendo trail running que llegaron y se fueron sobre la marcha.
Las veintinueve imágenes budistas grabadas en una roca natural que rodea el templo fueron realizadas artísticamente como símbolos de devoción al budismo, lo que convierte a Seokbulsa en un templo coreano único que cuenta con el mayor número de imágenes de este tipo en el país.
Después de pasar un largo rato contemplando esta maravilla, bajamos a un pequeño parque con aparatos para hacer gimnasia a descansar en unos bancos. Estando allí sentados mi pregunta fue: ¿Realmente alguien sube hasta aquí a usarlos? solamente con lo que cuesta llegar… Está a unos 400 metros del templo.
Tras el muy merecido descanso bajamos a la ciudad pensando en buscar un sitio para comer. En los alrededores de la estación no había nada así que nos subimos al metro hasta la playa Haeundae.
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Como ya era muy tarde, más de las 4 de la tarde, decidimos comer en un Burger King. Una hamburguesa que picaba como un demonio. Como todos los sitios de la cadena, comida mala y barata, pero abren todo el día. Nos costó 20.400₩ (14.40€).
Haeundae es una de las playas más famosas del país. Mide 1.5 km de longitud y entre 30 y 50 metros de ancho.
Pero Haeundae destaca sobre todo por la variada cantidad de eventos cuturales que se celebran durante todo el año.
Muy cerca se encuentra el Mercado Tradicional Haeundae. Allí vimos mucha gastronomía local y bastantes cosas… raras de comer. Aunque no probamos nada en ese momento.
Como aún era temprano, decidimos ir al Templo Haedong Yonggungsa, aunque estaba algo alejado. Para llegar tomamos el bus 100 que tardó unos 45 minutos.
El Templo Haedong Yonggungsa expone que fue fundado por primera vez en 1376 por Meowonghwasang Hyegeun. Pero realmente es un templo muy reciente que data de los años 70 del siglo XX.
Rinde homenaje a Haesu Gwaneum Daebul (해수관음 대불), la Diosa del Mar Buda de la Misericordia, que es un aspecto de Guanyin.
Entrando al recinto del templo, atravesamos el Haedong Yonggungsa Zodiac park, donde encontramos esculturas de todos los signos del horóscopo coreano.
Un poco más adelante se encuentra una pagoda para rezar por la seguridad en el tráfico…
Bajamos un tramo de escaleras y llegamos a una pequeña explanada junto al mar. Desde aquí tenemos la imagen más espectacular del templo.
En lo alto del templo se encuentra una enorme escultura de la Diosa Guanyin de la Misericordia. La verdad es que el templo es una bonita visita y algo imprescindible que hacer en Busán.
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La entrada es gratuita y los domingos dan de comer noodles a los visitantes gratis.
Tras la visita, de camino a la parada de bus, decidimos visitar un centro comercial de oulets de marcas caras. Esperando que nos dejaran entrar con nuestras pintas y pudiéramos tomar algo fresquito. Además empezaba a llover.
Es el Lotte Premium Outlets. Allí no había ni chus. Dimos un pequeño paseo y no vimos ningún sitio donde tomar algo, así que nos fuimos.
Tomamos el bus y nos volvimos a Haeundae para buscar algo para cenar. Lo hicimos en un sitio llamada BBQ Chiken. Pollo frito coreano. Se supone que lo hacen con aceite de oliva. La verdad es que estaba buenísimo y con una ración para una persona comimos los dos hasta reventar. Son unos brutos.
La cena nos costó 20.000₩ (14€).
Con la barriga bien llena nos fuimos al hotel a descansar. Mañana toca viaje.
18 de agosto
Hoy madrugamos mucho. Toca un largo viaje. Vamos a visitar el Templo Haeinsa y la Tripitaka Coreana.
Para llegar tomamos el KTX (tren bala) de las 7.23 (17.100₩ – 12€) hasta la estación Dongdaegu. Nos bajamos a las 8.14 y tomamos la línea 1 de metro hasta la estación Seobu. Allí se encuentra la pequeña (y cutre) estación de buses de Seobu.
El precio del bus es de 8.100₩ (5.66€) por trayecto y tarda unos 90 minutos. Es obligatorio el pago en efectivo.
Tras el largo viaje, nos bajamos en la parada y caminamos hasta la entrada del templo. Son algo más de 1km. De camino pasamos por el museo Haeinsa pero no lo visitamos.
El templo Haeinsa fue fundado en el año 802. Cuenta la leyenda que dos monjes coreanos regresaron de China, Suneung e Ijeong, y sanaron a la esposa del Rey Aejang de su enfermedad. En agradecimiento a la misericordia del Buda, el rey ordenó la construcción del templo.
Otra leyenda narrada por Choe Chi-Won en 900 establece que Suneung y su discípulo Ijeong, ganaron el apoyo de una reina viuda que se convirtió al budismo y luego ayudó a financiar la construcción del templo.
Como en todos los templos que visitamos, lo primero que nos encontramos es la Puerta Iljimun. Simboliza la primera puerta de entrada en el camino de todos los seres vivos hacia el mundo de la Budeidad.
Ésta se encuentra aquí desde la construcción del templo pero ha sido restaurada, al menos, cinco veces.
Una vez cruzada, recorremos el bonito camino que nos separa de la Puerta Bonghwangmun o Puerta del Fénix. En ella encontramos los cuatro reyes guardianes de la puerta, como en el resto de templos coreanos.
Los Cuatro Reyes Celestiales eran originalmente dioses buenos que permanecían en los Cuatro Cielos Celestiales entre los seis cielos del mundo del deseo y protegían a muchas personas buenas que entraban a los cielos.
Tras esta se encuentra una nueva puerta, Haetalmun o Puerta de la Liberación. Hay 33 escalones desde la puerta Iljumun hasta la puerta Haetalmun, que simboliza el Dorichen, o palacio de los 33 cielos.
Justo antes de empezar a subir las escaleras encontramos el Guksadan o Salón del Espíritu de la Montaña. Alberga el altar de Gulsa-daesin, el dios responsable de proteger el sitio de Haesim.
La cruzamos y llegamos a una explanada en donde encontramos varios elementos reseñables.
De frente observamos Gugwanglu. Antiguamente sólo a los monjes mayores, incluido el monje Nojeon, se les permitía entrar al templo. Este pabellón fue construido como un lugar para que el público en general que no podía entrar al templo se reuniera para adorar y escuchar sermones.
Actualmente en la planta inferior encontramos una cafetería y una tienda de recuerdos.
En el suelo en la parte oeste de la explanada hay marcado un recorrido. Este recorrido debemos hacerlo mientras leemos una plegaria de gracias a Buda. Por supuesto que lo hicimos. La plegaria podemos leerla en un papel que nos facilitan antes de entrar.
También se encuentra aquí Jonggak, el pabellón de la campana.
Subimos unas escaleras y nos encontramos en otra explanada, en la que estaban colocando sillas como si fuera a haber algún tipo de evento.
Aquí se encuentra una pagoda de piedra de tres pisos llamada Birotap. Esta pagoda alberga estatuas de Buda.
Subiendo una pila de escalones se encuentra Daejeok Gwangjeon, el salón principal. El edificio actual fue reconstruido en 1818 en el lugar del edificio construido en 802 por los fundadores, el monje Su-Sun y el monje Lee Jeong.
Hay siete Budas dentro del salón. El principal Buda Vairocana fue creado en 1769.
En la parte más alta del templo encontramos la joya del templo: la Tripitaka Coreana.
El Tripitaka Koreana es la versión intacta más antigua y completa del canon budista en escritura china, sin errores ni erratas conocidos.
Está tallado en 81.350 bloques de madera, con 52.389.400 caracteres organizados en 1.514 títulos y 6.791 volúmenes. Está alojado en cuatro edificios llamados Janggyeong Panjeon, el depósito del Tripitaka Coreano, que están dispuestos en una disposición rectangular.
Por cierto, no se puede acceder ala Tripitaka propiamente dicha. Tiene unas fuertes medidas de seguridad pero las paredes de los pabellones son enrejados y se pueden ver las tablas desde fuera.
Aquí damos por terminada la visita a este pedacito de historia de la humanidad y del precioso templo Haeinsa. Que, por cierto, está enclavado en un entorno natural espectacular.
A la bajada, nos fuimos a visitar el cercano templo Wondang-Am. Fue construido como lugar de descanso del rey Aejang de Silla (788 – 809) para descansar tras la larga enfermedad de su esposa. Desde aquí controló la construcción de templo Haeinsa.
La verdad es que el templo es precioso. La tranquilidad que había allí era increíble. Éramos los únicos que habían en el recinto.
Mientras paseábamos por los pabellones, apareció un monje que nos preguntó por nuestra nacionalidad. Se sorprendió mucho cuando le dijimos que éramos españoles. Tiene pinta de que no pasan muchos turistas por aquí.
Después de disfrutar de este remanso de paz nos volvimos hacia la parada de bus. Para comprar el billete, un poco antes de que llegue el bus se pasa un muchacho en coche que los vende. Le pagamos y como dos minutos después aparece.
Otros 90 minutos hasta Daegu. Empezaba a hacerse tarde y queríamos comer antes de volver a Busán. Junto a la estación de bus se encuentra el mercado Gwanmun. Allí fuimos sobreseguro y comimos una ración de pollo frito coreano. No recuerdo el nombre del puesto pero si que nos costó 12.000₩ (8.40€).
Después de la comida dimos un pequeño paseo por el mercado y nos fuimos hasta la estación de tren, donde tomamos el tren de vuelta a Busán. Que, por cierto, llevaba 20 minutos de retraso.
Pasamos a darnos una ducha por el hotel y nos fuimos a dar otra vuelta. En esta ocasión nos fuimos a BIFF Square. Esta área es la meca cinematográfica de Corea del Sur desde que se organiza el Festival Internacional de Cine de Busan (BIFF), uno de los festivales de cine más importantes de Asia.
Durante el festival, que se celebra desde 1996, se llevan a cabo eventos como la impresión de manos de celebridades famosas del cine y Nunggot Jeomdeung (iluminación de flores de nieve).
Desde entonces, el área se ha reconvertido en un lugar de ocio no sólo con cines, sino tambien con tiendas y otras instalaciones de ocio.
Aquí también encontramos numerosos puestos de comida callejeros. Era todo un festival de olores, que abrían el apetito para merendar algo, pero ligero. Pronto sería la hora de cenar.
Nos dirigimos al sur donde se encuentra cerca el mercado de pescado Jagalchi. Este es el mercado de pescado más grande de Corea del Sur.
La mayoría de las personas que venden pescado son mujeres, por lo que las vendedoras aquí se llaman Jagalchi Ajumma. “Ajumma” significa mujer casada o de mediana edad en coreano.
Aquí podemos comprar pescados que nos cocinarán en puestecitos que hay por todo el mercado o llevárnoslo a casa.
Ya se iba haciendo algo tarde y habían ya algunos puestos cerrados. Aunque realmente cierra a las 10 de la noche.
Como estábamos bastante cansados, decidimos volver al hotel. Queríamos aprovechar para hacer la colada ya que contaba con lavadoras de monedas. Mientras se lavaba la ropa cenamos algo del combini.
Temprano a la cama que el día siguiente iba a ser largo.
19 de agosto
Nuevo madrugón. Volvemos a irnos de excursión. Esta vez a la ciudad de Gyeongju.
Gyeongju fue la capital del antiguo reino de Silla (57 a. C. – 935 d. C.), que gobernó alrededor de dos terceras partes de la península coreana entre los siglos VII y IX.
Por esta razón allí se encuentran numerosos sitios arqueológicos y bienes culturales. Es conocida como “museo sin paredes”.
Para llegar tomamos el KTX de las 7.23. Tarda en llegar a la estación Singyeongju 33 minutos y nos costó 11.000₩ (7.70€). Esta estación se encuentra a unos 11 km del centro de la ciudad.
En la puerta de la estación nos subimos al bus 700 hacia el Templo Bulguksa. Tarda unos 30 minutos y cuesta 1.650₩ (1.15€).
Bulguksa fue construido en 528, un año después de que la dinastía Silla aceptara oficialmente el budismo durante el reinado del rey Beopheung. Fue mandado a construir por el rey para cumplir los deseos de su madre, Lady Yeongje y su esposa, la reina Gi Yun
El templo quedó prácticamente destruido durante la invasión japonesa del siglo XVI pero fue recosntruido entre 1612 y 1700.
De 1963 a 1973, se reconstruyeron Mooseoljeon, Gwaneumjeon, Birojeon y las pasarelas y corredores y se restauraron Daeungjeon, Beomyeongru, Jahamun y las plataformas de piedra a su apariencia actual.
En 1995, Bulguksa fue designada patrimonio cultural mundial por la UNESCO junto con Seokguram.
Lo primero que nos encontramos, como no, es la puerta Iljimun.
Tras esta encontramos un bonito paseo hasta la puerta Cheonwangmun, donde se encuentran los cuatro guardianes celestiales, que protegen el templo y el Buda-dharma.
Una vez cruzada, dejamos a la derecha el Museo Bulguksa y, un poco más adelante, nos topamos con la espectacular Puerta Jahamun. La puerta que conduce a Daeungjeon, donde se encuentra el Buda.
Jahamun significa la puerta del Atardecer Violeta, en referencia al halo de sabiduría que emana del cuerpo de Buda.
Fue destruida durante la invasión japonesa de 1592. La actual data de 1781, aunque sufrió una importante renovación entre 1969 y 1973.
Tras la puerta se encuentra Daeungjeon, el salón principal. Aquí se encuentra el Buda Sakyamuni, rodeado de cuatro Bodhisattvas y discípulos.
Las estatuas originales del 681 fueron destruidas por los japoneses en 1592 al igual que el edificio. Las actuales se creen que pueden ser de 1659 pero no están seguros. El edificio actual data de 1765.
Detrás se encuentra Museoljeon o Salón Sin Palabras. Su nombre se debe a que, aunque se utiliza para dar conferencias sobre los sutras, la esencia de las enseñanzas del Buda está más allá del lenguaje. Por lo tanto, no se puede enseñar.
El día que lo visitamos se estaba realizando algún acto y no se podía visitar. Casi que no se veía ni de lejos.
En el patio contiguo, bajando algunos escalones se encuentra Geungnakjeon o Salón de la Dicha Suprema. El Buda Amitabha, el Buda de la Luz Cósmica que reside en la Tierra Pura, está consagrado en esta sala.
El edificio fue construido en 750, pero se quemó en 1593, se reconstruyó en 1750. Al pasar de Daeungjeon a Geungnakjeon, se suben 16 escalones que se han construido en tres conjuntos. Estos 48 pasos representan los 48 votos del Buda Amitabha, quien siempre ora para ayudar a todos los seres.
Delante del templo se encuentra la figura de un pequeño marrano que estaba bien sobado. No se que significado tendrá. Yo, por si acaso, lo sobé.
Saliendo por la parte trasera y subiendo unos escalones, está Nahanjeon, el Salón de Arhat. Es el lugar donde están los discípulos de Buda. Como hay 16 discípulos, se llama 16 Nahanjeon o 16 Eungjinjeon.
En el patio contiguo encontramos Birojeon, el Salón del Buda Vairocana. El Buda Vairocana, consagrado en esta sala, es la encarnación de la Verdad, la Sabiduría y el Poder Cósmico.
Por último, subiendo unos empinadísimos y altos escalones, nos topamos con Gwaneumjeon, el Santuario de Avalokitesvara.
Esta sala consagra a Gwanseeum Bosal, el Bodhisattva de la Perfecta Compasión. También conocido como el Oyente de los Gritos, el Bodhisattva de Avalokitesvara está dedicado al bienestar de todos los seres vivos y está siempre dispuesto a ayudar a aquellos que claman en su sufrimiento.
Tras recorrer a fondo el recinto nos volvemos a la parada de bus. Allí nos subimos al nº12 para ir a la Gruta Seokguram. El trayecto dura apenas 10 minutos y cuesta 1.200₩ (0.84€).
Su nombre original era Templo Seokbulsa (Templo del Buda de Piedra). Se construyó entre el 772 y 774 por orden del Primer Ministro Kim Daeseong, que murió antes de su finalización. La razón de su construcción fue para apaciguar a los padres de Kim de su vida anterior.
Dentro de la gruta hay una estatua de piedra de 3,5 metros de altura de Seokgamoni-bul (El Buda histórico) y se dice que es la más hermosa de Corea.
La estatua, con una sonrisa serena, mira hacia el Mar del Este. Está respaldada por una estatua de Gwanseeum-bosal (El Bodhisattva de la Compasión). También está rodeada por todos lados por los Nahan (Los discípulos históricos de Buda), budas y bodhisattvas.
Nos bajamos del bus ante la Campana de la Unificación.
Junta a ella se encuentra la Puerta Iljimun. Desde aquí empieza un cómo y bonito sendero por el bosque hasta el templo. La niebla era muy espesa y le daba cierto aire de misticismo al camino. La verdad es que era una pasada.
Tras unos cinco minutos andando llegamos al templo. Hay varios edificios en los que hay una tienda de recuerdos y un puesto de helados. Nos vamos directamente a la gruta. Hay una pequeña fila, ya que se pasa de uno en uno.
El interior es impresionante pero están totalmente prohibidas las fotografías. Ni de estrangis ya que tenías al de seguridad encima y hay mil cámaras allí dentro. Así que sólo queda la imagen de mi cabeza.
Siendo aún temprano, nos volvimos a la ciudad. Siguiente parada: Anapji.
Se trata de un gran estanque que se encontraba dentro del desaparecido complejo del Palacio Donggung y estanque Wolji.
El Palacio Donggung (Palacio del Príncipe Heredero) fue uno de los principales palacios del Reino Unido de Silla.
Samguk sagi (Historia de los Tres Reinos) afirma: “En el año 14 del reinado del rey Munmu (674) se excavó un gran estanque, se plantaron flores y se criaron aves raras y animales extraños”.
Wolji quedó abandonado durante el período Joseon. Se lo conoció como Anapji porque los gansos y patos salvajes solían reunirse allí (Anapi” significa “estanque de patos y gansos salvajes”). Fue descubierto durante los trabajos de excavación y dragado realizados en 1975.
El precio de la entrada es de 3.000₩ (2.10€).
Los edificios que se conservan actualmente son recosntrucciones recientes, de los años 80 del siglo XX. La verdad es que es una visita que nos encantó. Fue uno de los lugares que más nos gustaron de Corea.
Ya al final de la visita empezaba a llover. Por suerte fue solo un espejismo.
Salimos de Anapji y fuimos dando un paseo por el foso Welseong. Este foso artificial protegía el lado norte del palacio, mientras que el arroyo Namcheon servía como foso natural a lo largo del lado sur del palacio.
Su nombre significa “Fortaleza de la Luna” y fue construido en el año 101 por el rey Pasa. Fue descubierto en 1984 a través de unas excavaciones arqueológicas.
Dimos un bonito paseo junto a algunos locales (e instagramers) hasta llegar al observatorio Cheomsongdae. Se cree que esta estructura de piedra fue construida durante el gobierno de la reina Seondeok (632-647).
Su nombre Cheomseongdae significa “Plataforma para contemplar las estrellas” y es ampliamente reconocido que es el observatorio astronómico más antiguo de Asia.
Justo detrás se encuentra Munhosa, un pequeño templo que fue la academia confuciana de Guanlan Lee Seung-jeung.
Como ya se iba haciendo bastante tarde, empezamos a buscar algún sitio para comer. Por la zona solo había heladerías y tiendas de dulces. Así que decidimos comprar algo en un combini y comerlo allí al frescor del aire acondicionado. Así no perdemos tiempo.
Tras una ligera comida y refrescados, segumos nuestra visita por Gyeongju. Dimos un bonito paso por el parque hasta el impresionante puente Woljeong. Fue construido durante el período Unificado de Silla (676-935 d.C.), pero fue incendiado durante la dinastía Joseon.
El puente fue reconstruido en abril de 2018 para convertirse en el puente de madera más grande de Corea. Si subimos las empinadísimas escaleras de su interior, nos encontraremos en una sola con una pequeña exposición sobre la ciudad original.
Cruzamos el puente y nos encaminamos a otro puente consistente en rocas de piedra cruzando el río. Obviamente cruzamos con cuidado. Desde este puente tenemos una vistas impresionantes del puente Woljeong.
Cruzamos el río y entramos en la villa tradicional Gyeongju Gyochon. Está bonita pero está totalmente adaptada al turismo. Aún así merece la pena pasear por ella.
Necesitados de un poco de descanso decidimos buscar algún sitio para tomar algo fresco. Nos topamos con un sitio muy instagramer llamado Bagel Bageler. Como su nombre indica, está especializado en bagels. Estaban increibles, aunque no fue barato. La merienda nos costó 23.500₩ (16.40€).
Con la tripa bastante llena nos ponemos en camino a nuestro último punto de interés: el Complejo de Tumbas Daereungwon. Se trata de un parque histórico que alberga 23 tumbas antiguas grandes y pequeñas. Cada montículo que se encuentra en el parque es una tumba.
Dentro del complejo de la tumba de Daereungwon se encuentra la tumba de Cheonmachong, que fue excavada en 1973. Además, la tumba de Hwangnamdaechong fue excavada entre 1973 y 1975, y es un conjunto de tumbas gemelas que pertenecen a una presunta pareja casada.
Aquí dejamos un mapa con los puntos visitados en la ciudad:
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La verdad es que es un bonito y tranquilo paseo. Ya terminado nos volvimos a la estación de tren. Cuando llegamos resultó que el KTX llevaba muchísimo retraso y nos recomendaban tomar un STR. Le hicimos caso. A las 17:36 nos subimos y en 30 minutos ya estábamos en Busán. El billete nos costó10.100₩ (7€).
Ya en Busán, nos dimos una ducha en el hotel y volvimos a dar un paseo. Nos fuimos hasta Lotte Department Store Centum City. Es un centro comercial de la cadena Lotte, pero no íbamos de tiendas. El objetivo era ver una gigantesca réplica de la Fontana Di Trevi que se encontraba junto a la salida del metro.
Nos volvieron a engañar. Es una fuente nada espectacular que parece de corchopán. Es algo curios pero nada que ver con la Fontana.
Para cenar volvimos a la playa Haeundae. Allí, después de mucho buscar, acabamos entrando en un sitio llamado Woodduk. Es especialista en costillas pero nosotros nos comimos un hot pot.
No estaba malo ni fue caro pero es un sitio turístico, así que tampoco era nada del otro mundo.
Terminamos de cenar bastante tarde y tuvimos que correr para tomar uno de los últimos metros hacia el hotel.
Directos a la cama para aprovechar el día siguiente.
Aquí dejamos un mapa con los lugares visitados en Busán:
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