La alcazaba es el recinto situado en la parte más occidental del cerro de Sabika y constituía la zona militar, centro de la defensa y vigilancia del recinto, siendo la zona más antigua de la Alhambra, junto con las Torres Bermejas.
Las evidencias halladas indican que fue construida en siglo IX por Sawwar ben Hamdun durante la guerra entre árabes y muladíes; aunque la Alcazaba actual se construyó en tiempos de Mohamed I, el primer rey nazarí, que construyó la muralla que protegía al anterior castillo levantando las torres de la Vela, del Homenaje y la Quebrada. Esto convertía a la Alcazaba en una fortaleza casi inexpugnable, siendo la residencia real de Mohamed I y su hijo, Mohamed II hasta la construcción de los palacios.
Con la llegada de los cristianos, se convierte en prisión del estado. Para lo mismo que los franceses la usaron durante la ocupación a principios del siglo XIX.
Alcazaba.
Podemos observar que se trata de una construcción defensiva debido a la estrechez de sus pasillos y portones con recodos para evitar el uso de arietes.
Desde la plaza de los Aljibes podemos ver tres de las principales torres, que forman el flanco oriental de la Alcazaba.
- A la izquierda la Torre del Adarguero es conocida como la Torre Hueca ya que sólo se conserva el lugar en el que se ubicaba.
- En el centro la Torre Quebrada, llamada así por la enorme grieta que la recorre de arriba a abajo como si fuera una herida.
- A la izquierda la Torre del Homenaje, con 6 planta y 26 metros de altura, es una de las torres más altas. Fue utilizada como vivienda y se cree que aquí residió el fundador de la Alhambra Muhammad ibn Nasr (Ibn al-Aḥmar-الأحمر).
El recorrido empieza en la entrada, a los pies de la Torre Quebrada y giramos a la derecha. Recorremos el largo pasillo hasta llegar a la Torre del Cubo, a la que podemos subir para admirar las vistas.
Torre del Cubo.
La Torre del Cubo, conocida como el Cubo de la Alhambra, se encuentra en el extremo noreste de la Alcazaba, junto a la Torre del Homenaje. Se construyó durante el reinado de los Reyes católicos sobre una antigua torre nazarí en la que se encontraba el acceso a los Palacios Nazaríes desde la Puerta de Armas: la Puerta de la Tahona. Sus restos fueron descubiertos en 1951 tras remover una gran cantidad de escombros que se encontraban aquí.
Desde la terraza de la torre podemos observar unas bonitas vistas del Albayzín y de la carrera del Darro; así como de los Patios de la Madraza de los Príncipes y Machuca, antesala de los espectaculares Palacios Nazaríes.
Bajamos de la torre por las mismas escaleras y seguimos el camino a mano derecha. Bordeamos la Torre del Homenaje y cruzamos una pequeña puerta, con sus recovecos defensivos, y salimos a los restos del Barrio Castrense.
En el barrio castrense podemos observar las ruinas de las viviendas de los militares que protegían la Alhambra. Se ve claramente la disposición de las habitaciones y los baños públicos. Desde aquí podemos acceder a la terraza de la Puerta de las Armas.
Puerta de las Armas (Bib Silah).
Construida en el siglo XIII, es una de las cuatro grandes puertas exteriores de la Alhambra y una de las puertas más transitadas ya que era la única puerta que conectaba directamente con la Alcazaba, hasta bien entrado el siglo XIV.
Desde su terraza podemos admirar una espectaculares vistas de la ciudad baja, el Albaicín, el Sacromonte y el valle del Río Darro.
Volviendo al barrio castrense nos encontramos con el acceso a la Torre de la Vela.
Torre de la Vela.
Se trata de uno de los símbolos de la ciudad que, de hecho, forma parte del escudo de la capital granadina desde que en 1843 Isabel II concediera el derecho a incorporarla al emblema de la ciudad. La más destacable de entre las más de 30 torres de la muralla.
Fue construida en el siglo XII por orden de Muhammad I (Ibn al-Aḥmar), el primer rey nazarí, siendo una de las primeras construcciones de la Alhambra nazarí, entonces llamada Torre Mayor (al-Bury al-Azam).
En su construcción, los espacios interiores se van ampliando en las plantas superiores, con el fin de aligerar peso al edificio y asegurar su estabilidad frente a los frecuentes terremotos de la zona, que aún así han provocado la caída de algunas almenas de su parte superior.
Fue aquí donde, el 2 de enero de 1492, los Reyes Católicos enarbolaron sus estandartes para celebrar la ansiada conquista del último reino nazarí. Desde entonces viene la tradición de visitar la Torre de la Vela cada 2 de enero para conmemorar la toma tocando la campana que fue instalada, en un principio en la esquina noroeste de la torre, aunque en 1840 se trasladó a su emplazamiento actual. Esta campana ha sido sustituida en varias ocasiones y la que hoy vemos, data de 1773.
Antiguamente la campana de la torre sonaba a diario aunque actualmente solo suena en varios momentos excepcionales a lo largo del año: el 2 de enero por el Día de la Toma; el 7 de octubre por la festividad de la Virgen del Rosario y durante la procesión de Santa María de la Alhambra en Semana Santa.
Con las medidas sanitarias por Covid-19, para acceder a la torre han colocado un pequeño semáforo para saber cuando subir. La verdad es que está bastante bien incluso fuera de tiempo de pandemia ya que el tránsito de las escaleras suele ser terrible.
Que decir de las vistas desde lo alto de la torre… espectaculares no… lo siguiente.
Divisamos el Albayzín, el Sacromonte, prácticamente toda la ciudad y una gran parte de la Vega de Granada. Ya solo por las vistas, merece la pena pagar la entrada.
Tras admirar las increíbles vistas, esperamos nuestro semáforo y bajamos de la torre. Salimos a la torre de la Pólvora, que es un pequeño torreón de la época nazarí, situado en un extremo de la muralla, con una ubicación ligeramente adelantada lo que le confería una situación estratégica para controlar a los atacantes que accedían por la vaguada situada a sus pies, donde hoy se encuentra la cuesta de Gomérez.
Jardín de los Adarves.
Tras pasar una pequeña puerta, nos encontramos en el Jardín de los Adarves. Un jardín creado en el siglo XVII por orden de Íñigo López de Mendoza y Mendoza, VII Conde de Tendilla y V Marqués de Mondéjar, tras ser nombrado alcaide de la Alhambra en 1624. Con su edificación se seguía la moda en la época de transformar antiguas murallas en jardines.
Con el Jardín de los Adarves finaliza la visita a la Alcazaba. Volvemos a salir a la plaza de los Aljibes por la misma puerta que entramos. Cruzamos la Puerta del Vino y llegamos a la plaza del Palacio de Carlos V en donde se encuentra dicho palacio.
Palacio de Carlos V.
Tras su boda con Isabel de Portugal en 1526, la feliz pareja reside en la Alhambra durante unos meses. Carlos V quedó tan, pero tan prendado de la belleza de los palacios Nazaríes, que decide reventar uno de ellos (el palacio de invierno) para construir un mamotreto cuadrado de estilo renacentista.
En 1527 comienzan las obras según diseño de Pedro Machuca. Desde 1572, con la rebelión morisca de las Alpujarras, se ralentizaron las obras que quedaron interrumpidas definitivamente en 1637, con los muros y bóvedas concluidos, a falta de cubrir aguas.
Durante la ocupación francesa, éstos convirtieron el palacio en un almacén de artillería, cosa que siguió siendo tras la guerra de independencia. Veinte años después, el escritor inglés Samuel Edward Cook escribiría hacia 1828:
“El Palacio de Carlos V, aún se usa como polvorín; se encuentra sin pararrayos y la sola chispa de un rayo podría destruir los restos de este interesante edificio y probablemente toda la Alhambra”.
Pero vaya, es algo muy típico de este país… las chapuzas y el sudártela todo enormemente.
Esto fue así hasta 1832, año en el que se evacúa el palacio, quedando el palacio en un estado de conservación lamentable.
En 1930 se finaliza la construcción del palacio, casi 400 años después de empezar su construcción… algo muy típico también de este país, aunque hay que reconocer que aquí se les fue un poco de las manos.
Desde 1958, el palacio es sede del Museo de Bellas Artes de Granada. Y desde 1994 también es sede del Museo de la Alhambra.
La verdad es que si no se hubiera construido de la manera que fue y en la ubicación en la que está, el palacio sería bastante bonito.
Desde la esquina del Palacio de Carlos V accedemos a los Palacios Nazaríes. Aquí es donde nos controlan otra vez que tengamos entrada para visitar los palacios.
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