Continuamos nuestro periplo por España. Seguimos tras los pasos del hidalgo Don Quijote de La Mancha.
19 de septiembre
Nos despertamos no muy temprano en nuestro castillo medieval. Desayunamos tranquilamente. Luego hacemos el check-out y nos ponemos en camino de nuevo a la ciudad de Salamanca.
Nos cuesta trabajo pero encontramos aparcamiento al sur del río Tormes. Aparcamos muy cerca del Puente Romano o Puente Mayor del Tormes. Fue construido en el siglo I y forma parte de la Vía de la Plata.
La Vía de la Plata era un conjunto de tres calzadas romanas que enlazaban Emérita Augusta (Mérida) con Cesar Augusta (Zaragoza) y con Astorga.
Al otro lado del puente se encuentra Verraco del Puente Romano. Se trata de un verraco (un cerdo reproductor) de piedra de la época de los vetones. Este fue pueblo celta que ocupó el área y cuya economía era esencialmente ganadera.
Es también conocido como el Toro de Salamanca o Toro del Puente. Es la escultura más antigua de la ciudad, siendo esculpido en la Edad de Piedra.
A la derecha se encuentra otra escultura. Esta está dedicada al Lazarillo de Tormes, otra de las obras cumbres de la literatura española. Cuyo protagonista es nativo de Salamanca.
Desde aquí emprendemos la subida hacia el casco antiguo. Siendo el primer edificio reseñable el Centro Documental de la Memoria Histórica. En el se muestra más de un centenar de documentos y objetos que reflejan algunos de los principales aspectos de la Guerra Civil Española. También se muestra una selección de objetos masónicos, así como la recreación de una logia masónica.
Seguimos subiendo por la calle Sánchez Freire y vamos a dar a la fachada sur de la Catedral Vieja de Salamanca
Justo enfrente se encuentra el Palacio Episcopal. Fue inaugurado en 1890 y sustituyó al antiguo palacio, que se encontraba en el mismo lugar. Este primitivo palacio fue derribado debido a su mal estado de conservación.
El Palacio Episcopal de Salamanca fue la residencia de los obispos de Salamanca hasta el año 1964, y en la actualidad alberga el Museo Diocesano de Arte Sacro de Salamanca.
Nos encaminamos a la entrada de la catedral. Alli pagamos la entrada, que nos costó 10€ por cabeza.
La Catedral de Salamanca realmente son dos catedrales unidas. La Catedral Nueva y la Vieja.
La Catedral Nueva o Catedral de la Asunción de la Virgen es la sede de la diócesis de Salamanca. Fue construida entre los siglos XVI y XVIII mezclando los estilos gótico tardío, renacentista y barroco.
Curiosidad: Es la catedral más alta de toda España, con 110 metros de altura.
La Catedral Vieja se empezó a construir en 1120 por iniciativa del obispo Jerónimo de Perigord. Se terminó a finales del siglo XIV gracias al impulso que dio a las obras el obispo Alfonso Barasaque.
Con la construcción de la nueva, se pensó en derribar ésta. Aunque se mantuvo abierta mientras duraban las obras del nuevo templo. Al terminar las obras de la nueva en el siglo XVIII, reconsideraron la idea de destruirla y por esa razón se conserva actualmente.
El muro sur de la Catedral Nueva se apoya sobre el muro norte de la vieja. Hubo de ser reforzado hacia el interior del antiguo templo, cuya nave lateral quedó parcialmente reducida con la nueva construcción.
La torre de la nueva catedral se construyó sobre la torre de las campanas de la Catedral Vieja.
Entramos a la catedral y escaneamos el QR con la audiguía para el móvil.
La verdad es que el interior de la catedral es sorprendente. La Capilla Mayor presenta planta rectangular. Está cubierta por bóveda estrellada con idéntico dibujo que el resto de las de la nave central. Pero con la peculiaridad de que está angrelada y policromada.
Carece de retablo, al desmontarse en 1743 el realizado por Alberto Churriguera, concluido solo 11 años antes. Se iba a sustituir por un tabernáculo de mármol pero no pudo llevarse a cabo por su elevado coste.
Destaca sobre todo lo demás el extraordinario Coro. Fue construido en estilo barroco entre 1710 y 1733 por Joaquín Benito de Churriguera y, tras su muerte, su hermano alberto.
El conjunto tallado en madera sin policromar se compone de dos niveles con 57 sillas en el superior y 41 en el inferior. Los respaldos de la sillería alta contienen representaciones de Cristo, los apóstoles y Santos de cuerpo entero e identificados por su nombre.
Los de la sillería baja ofrecen Bustos de santas con palmas en sus manos más la imagen de San Juan de Sahagún.
En lo alto, encontramos dos órganos, uno frente al otro. El órgano de la epístola data de 1568 y procede de la Catedral Vieja. Como curiosidad fue restaurado por intervención de sus Majestades los emperadores de Japón.
El órgano del Evangelio fue construido por el organelo del rey Pedro de Echeverría en 1745.
Alrededor de la Capilla Mayor y el Coro encontramos multitud de capillas, unas más espectaculares que otras. Como por ejemplo la capilla de la Virgen de la Verdad o la de Jesús Nazareno.
A través de una pequeña puerta situada al suroeste de la nave llegamos a la Catedral Vieja. Esta se ve mucho más sencilla que la nueva, pequeña y acogedora.
Los capiteles y repisas están decoradas con figuras de personajes bíblicos, animales, decoración vegetal y mascarones.
En la Capilla Mayor encontramos un precioso retablo de los hermanos Delli. En el se narran visualmente algunos de los principales episodios de la Historia de la Salvación. Desde el nacimiento de la Virgen hasta su coronación, cubierto todo por el Juicio final.
Desde aquí accedemos al conjunto del Claustro, capillas y antiguas salas capitulares. Aquí nacieron los primeros estudios, germen de lo que más tarde será la Universidad de Salamanca.
El claustro fue construido en el siglo XII bajo el pontificado del obispo Vidal. Quedó gravemente dañado en el terremoto de Lisboa de 1755, tras el que fue reconstruido por Jerónimo García de Quiñones en 1785.
También encontramos una serie de capillas que rodean el claustro por las crujías este y sur. Siendo la de San Salvador la más antigua del claustro.
También se encuentra la capilla de Santa Bárbara fundada por el obispo Juan Lucero a mediados del siglo XIV. Él mismo se encuentra enterrado en su propio sepulcro situado en la parte central. El retablo, del siglo XVI, está dedicado a la vida y martirio de la santa.
Curiosidad: Aquí se celebraron los grados de la Universidad de Salamanca hasta 1843.
Desde el claustro salimos directamente a la Casa de Lis. Se trata de un palacete construido sobre la antigua muralla. Fue ordenado por el empresario Miguel de Lis a finales del siglo XIX.
Actualmente el edificio es la sede del Museo Art Nouveau y Art Déco. En el se exhibe una parte de los fondos donados por D. Manuel Ramos Andrade, anticuario y coleccionista.
Desde aquí nos fuimos en busca de la famosa Rana de la Universidad de Salamanca. Es representación de una pequeña rana tallada ubicada encima de una calavera.
Se encuentra en la espectacular fachada de estilo palteresco de las Escuelas Mayores de la universidad. Con los años se ha convertido en un auténtico icono de la ciudad.
Y tu, ¿eres capaz de encontrarla?.
El edificio de las Escuelas Mayores se construyó entre 1411 y 1533, ordenado por el Papa Luna. Destaca por su espectacular fachada plateresca repleta de detalles ornamentales.
Desde aquí nos acercamos al Cielo de Salamanca, en las Escuelas Menores. El edificio se empezó a construir en 1428. Se conciebieron como espacio dedicado a la educación preparatoria de los estudiantes que querían realizar estudios superiores.
Lo más destacado del edificio es el Cielo de Salamanca. Esta es una obra pictórica datada en el siglo XV y realizada por Fernando Gallego.
Realmente la obra en origen se encontraba en la bóveda de de la biblioteca de la Universidad. Ésta se encuentra en el edificio de las Escuelas Mayores. Pero tras un incendio en el siglo XVIII se traslada a su emplazamiento actual, la Real Capilla de San Jerónimo.
Una vez terminada la visita, nos dispusimos a busca algún sitio para comer. Lo hicimos en un lugar llamado D4 Bar Restaurante. Para estar en pleno meollo turístico no estaba mal, aunque no era nada espectacular. Y bastante bien de precio. El menú del dia nos costó 20€ cada uno.
Tras la comida, seguimos nuestro paseo por la capital salmantina. Recorremos la preciosa calle de La Compañia donde podemos encontrar una serie de edificios llamativos.
Como el Convento de la Purísima – Las Agustinas. Fue construido entre 1636 y 1687 por orden del conde de Monterrey. Este se hizo para albergar a su hija Inés Francisca de la Visitación. A su vez, esta fue priora del mismo.
Justo enfrente se encuentra el Palacio de Monterrey, uno de los máximos exponentes del estilo artístico plateresco. Fue construido en 1539 por orden del III conde de Monterrey, Alonso de Zúñiga y Acevedo Fonseca. Desde entonces fue una de las obras más representativas del renacimiento español.
Curiosidad: el proyecto original nunca se terminó. Realmente el edificio iba a ser mayor de lo que es.
Actualmente el edificio es propiedad de la Casa de Alba y desde mayo de 2018 el edificio está abierto a las visitas turísticas.
Desde aquí nos dimos un pequeño paseo por la Plaza Mayor y nos ponemos en camino al coche. Nos disponemos a continuar a nuestro siguiente destino: El Barco de Ávila, a 93 km.
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El Barco de Ávila
Situado en el Valle del Tormes, con algo más de 2.000 habitantes, es un municipio perteneciente a la provincia de Ávila, en la Castilla y León.
Se cree que su nombre proviene de el uso de una barca que cruzaba el río Tormes.
Un poco de historia
Se sabe que ya habitaban la zona los vetones, un grupo de pobladores prerromanos de origen celta. Los árabes mejoraron el sistema de agricultura construyendo pozos.
El rey Alfonso VIII de Castilla (1158 – 1214) concedió un fuero a esta villa. Este documendo establecía la libertad de cultos y fijaba actos que fueran objeto de sanción. Junto con otras poblaciones perteneció a la Casa de los Álvarez de Toledo, Duques de Alba, desde el siglo XIV hasta el XIX.
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Visitando El Barco de Ávila
Llegamos al pueblo y aparcamos cerca del Puente Medieval. También llamado Puente Viejo mide 125 metros y tiene origen romano. Se desconoce exactamente la fecha de su construcción pero se cree que fue en el siglo XII o XIII.
En el centro del puente se encontraba una torre que servía de vigilancia y de pago del pontazgo. Este era un impuesto que se cobraba por el uso del puente.
Esta torre fue destruida durante los franceses durante la Guerra de Independencia dañando también parte del puente.
Al final del puente se encuentra el Vestigio de la Puerta del Puente. Estos son los restos de una de las cuatro puertas de la muralla, de estilo románico. De esta sólo se conserva su arranque, cuatro dovelas del siglo XV y parte del escudo de los señores de Valdecorneja, los Álvarez de Toledo.
Damos un pequeño paseo por la ribera del río Tormes hasta llegar al Castillo de Valdecorneja. Fue construido en el siglo XIV en estilo gótico y es propiedad de los señores de Valdecorneja, de la Casa de Alba.
La mayor parte del interior del castillo ha desaparecido por diversas guerras. También por ser el cementerio municipal desde 1850 hasta principios del siglo XX.
Actualmente se puede visitar y subir a hacer la ronda por lo alto de las murallas para disfrutar de la hermosas vistas de los alrededores. Eso si, castillo medieval pero se puede subir cómodamente en un práctico ascensor.
Tras visitar el castillo nos encaminamos a la oficina de turismo. Allí nos dieron algunas señas de que ver en el pueblo, eso si, sin mucho entusiasmo…
Prácticamente todo está a lo largo de la Calle Mayor, así que nos disponemos a recorrerla.
Primera parada: la Antigua Cárcel Nacional. En 1652 el asocio de Villa y Tierra compró a la Parroquia varias casas situadas en la Calle Mayor. En 1653 se edifica la cárcel y más tarde pasa a ser sede el Juzgado de 1ª Instancia.
Hoy en día alberga la Biblioteca Muncipal, el Aula Mentor, y tres Salas de Exposiciones.
Más adelante encontramos la Mezquita, del siglo XV, que marcaba la entrada al barrio árabe. Y a su lado se encuentra el Fielato, donde se cobraban los impuestos municipales sobre la entrada y salida de mercancías de la localidad.
Muy cerca llegamos a la Plaza Mayor, centro público y económico de la localidad desde el siglo XV. Desde el siglo XIX aquí se celebran corridas de toros, fiestas y festejos.
En la plaza se encuentran varios edificios reseñables. El más famoso es la Casa del Reloj, cuyo nombre proviene de un reloj instalado en el siglo XIX y del que aún se conserva la maquinaria original.
Desde el siglo XV la Casa del Reloj estaba ocupada por el ayuntamiento de la localidad. Actualmente es una sala de exposiciones y desde su balcón se realizan lo pregones de las fiestas populares.
En la plaza también encontramos el edificio del actual ayuntamiento, un palacete del siglo XVIII.
Aprovechamos que estábamos aquí para comprar algunas legumbres típicas de la zona, por la que es famosa a nivel nacional. Por cierto que están muy ricas.
Seguimos nuestro paseo por la Calle Mayor hasta llegar a la Iglesia – Casa Natal de San Pedro del Barco. Es un templo construido en 1663 en honor a San Pedro el Barco, donde nació en 1088.
Sobre este personaje pesa una leyenda que dice así:
En el año 1149 regresó a El Barco con su amigo San Pascual, natural de Tormellas. Como estaba muy viejo buscó a un mozalbete para que lo ayudara. La tradición y la leyenda dicen que pidió al Señor que le diera a conocer el momento de su muerte. Le anunció que sucedería cuando el agua de la fuente en que bebía se convirtiese en vino. En octubre de 1155, San Pedro tuvo sed y pidió al muchacho le trajeses un poco de agua, al probarla observó que era vino. A los 3 días murió.
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Junto a este templo se encuentra la Plaza de las Acacias, en la que se encuentra la Iglesia Mayor de la Asunción de Nuestra Señora. Este es un templo construido entre los siglos XIV y XVI en estilo gótico. Fue declarada monumento histórico-artístico nacional el 3 de junio de 1931.
Le damos la vuelta al ruedo y nos encaminamos a la Puerta del Ahorcado, la única puerta de la ciudad que se conserva. El nombre es debido a que según la tradición popular en esta puerta se ajustició por ahorcamiento a un alcalde de la localidad.
Con la Puerta del Ahorcado damos por terminada nuestra visita al pueblo. Volvemos al coche y nos encaminamos al hotel. El elegido fue el Hotel Izán Puerta de Gredos. Un hotel de 4 estrellas situado en las afueras del pueblo.
Como había sido un regalo de un familiar no se lo que cuesta pasar la noche, pero nos dieron una habitación superior que estaba muy bien. Estaba separada del edificio principal y tenía dos plantas con salón en la baja y dormitorio en la alta.
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Para cenar, como no teníamos ganas de volver al pueblo, preguntamos en el hotel. Nos dijeron que tenían un menú pequeño (supongo que por ser temporada baja) que había que encargar. La verdad es que los platos que ofrecían no nos motivó así que decidimos ir al pueblo.
Cenamos en un sitio llamado Café España, en la Plaza Mayor. Parece ser que una de las especialidades son los filetes rusos. Así pues, cayó un bocata que estaba de muerte. Fue bastante barato y contundente.
Después de la cena volvimos al hotel. Descansamos un poco y a dormir.
20 de Septiembre
Como casi todos los días en este viaje, nos levantamos con calma y nos vamos a desayunar. El desayuno lo teníamos incluido y, la verdad, era bastante regulero. El embutido era de baja calidad y la tortilla era de envase y bastante regulera también. Aún así, nos trancamos.
Tras el desayuno nos pusimos en camino al siguiente destino: Bonilla de la Sierra, a 35 km.
Bonilla de la Sierra
Bonilla de la Sierra es un pequeño pueblo de 163 habitantes situado en la provincia de Ávila. Desde 2019 está catalogado como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España. Fue el primer pueblo de la Provincia de Ávila en obtener dicha acreditación.
Se ha demostrado que ya la zona estaba habitada en la prehistoria. Fue gracias al descubrimiento de dos altares rupestres en un cerro cercano. Están datados entre los años 5.000 y 1.000 a. C.
Desde 1224 pertenece al obispado de Ávila. Entre 1312 y 1348 es fortificado por orden del obispo de Ávila Sancho Blázquez Dávila.
Visitando Bonilla de la Sierra
Dejamos el coche en un parking (gratuito) habilitado en las afueras del pueblo y nos encaminamos a este. Empezamos por la Puerta de la Piedrahita. Esta es la única puerta que se conserva de la muralla medieval.
Atravesamos la puerta y damos un bonito paseo por sus callejuelas hasta llegar a la Plaza Mayor. Esta plaza está porticada con viviendas típicas de la arquitectura popular castellana.
En el centro se encuentra la majestuosa Iglesia Colegiata de San Martín de Tours. Se empezó a construir en estilo gótico a principios del siglo XV aunque la torre es del XVI.
La verdad es que cuesta creer que este espectacular edificio esté en un pueblo tan pequeño. Lo malo es que se encontraba cerrada. Así que decidimos seguir nuestro paseo por el pueblo.
En el extremo este de la plaza encontramos el castillo, original del siglo XII. Aunque es a partir del XIV cuando se lleva a cabo una gran reforma, siendo residencia de verano de los obispos abulenses.
Importante dentro de la historia eclesiástica de Ávila, aloja a importantes huéspedes. Como el escritor Alonso de Madrigal El Tostado, donde fallece en 1455.
Tras la desamortización del siglo XIX, se desvincula de la iglesia y pasa a manos privadas.
Volvemos sobre nuestros pasos y seguimos paseando por el pueblo. En una de sus callejuelas, se nos acerca una señora mayor y nos saluda. Esta nos comenta que si queremos visitar el interior de la iglesia, que ella nos la abre pero tenemos que pagar un pequeño donativo de 1€.
Como es lógico aceptamos y hacia allí nos encaminamos. Por el camino nos encontramos con otra pareja que llegaba a visitar al pueblo y se nos unieron a la visita.
Pues el euro que nos costó la verdad es que me pareció muy poco, dada la magnitud de la obra de arte que es el interior de la iglesia. Es espectacular.
Después de la visita a la iglesia, la señora encargada de esta, nos recomendo visitar el Pozo de Santa Bárbara. Pero antes pasamos por la Casa de la Fonda.
Se trata de una antigua posada medieval que destaca por una pintura de un jinete montado a caballo. Esta pintura se encuentra sobre la puerta.
Ahora si, nos acercamos al Pozo de Santa Bárbara. Datado de entre los siglos XII y XIII y estaba destinado a abastecer de agua la población en caso de asedio.
Para entrar hay que abrir una pequeña verja que da a un sembrado. La verdad es que nos daba un poco de cosa, pero allí que entramos.
Con el pozo damos por terminada nuestra visita a Bonilla de la Sierra. La verdad es que es un pueblo bonito, con encanto, aunque realmente dista mucho de ser uno de los pueblos más bonitos de España. Aún así es digno de visitar si te encuentras de ruta por la zona.
Para que la entrada no se haga demasiado larga, seguiremos nuestro periplo por la España menos conocida en una próxima entrada.
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