En este 2022 volvemos a hacernos un gran viaje dos años después. Este año toca Islandia, pero antes toca un paseo por Barcelona.
Recuerda viajar siempre con seguro de viaje. Con IATI, especialistas en seguros de viajes, tienes un 5% de descuento por ser nuestro lector.
Iati seguros14 de Julio
Toca viaje largo. A las 8.55 de la mañana despegamos puntuales hacia el aeropuerto de Barcelona, donde haríamos una escala de 8 horas.
Con esta escala tan larga decidimos ir a dar un pequeño paseo por Montjuïc. Para ello tomamos el Aerobus 1 y nos bajamos en la Plaza de España. El billete de ida cuesta 5.90€ y el de ida/vuelta 10.20€.
La Plaza de España (Plaça d’Espanya) fue construida en 1929 para la Exposición Internacional. Fue según los planos de los arquitectos Josep Puig i Cadafalch y Guillem Busquets.
En la plaza podemos ver varios elementos reseñables como la fuente monumental diseñada por Josep Maria Jujol y con la decoración monumental confeccionada por Miguel Blay y los hermanos Miquel y Llucià Oslé.
También encontramos la Plaza de Toros Las Arenas. Construída en el año 1900 en estilo neomudéjar por el arquitecto Augusto Font Carreras. El 19 de junio de 1977 se celebró la última corrida de toros y, a partir de ahí estuvo prácticamente en deshuso hasta el año 2011 en el que se reconvirtió en centro comercial.
En la entrada de la avinguda de la Reina María Cristina encontramos las Torres Venecianas, construidas en 1929 por el arquitecto Ramon Reventós como puerta de acceso a la Exposición Internacional de ese año. Su nombre se debe a su parecido con el campanile de San Marcos en Venecia.
Subiendo por la avinguda de la Reina María Cristina encontramos la Feria Internacional de Barcelona y el Palacio de Congresos de Barcelona.
Al final de la avenida llegamos a la Font Màgica de Montjuïc (Fuente Mágica de Montjuic) construida con motivo de la Exposición Internacional de 1929 por Carles Buïgas en el lugar donde estaban situadas las Cuatro Columnas de Josep Puig i Cadafalch.
La música se incorporó durante los años 80 y fue completamente restaurada antes de los juegos olímpicos de 1992. La fuente es un conjunto de juegos de luz y agua que se desarrolla en todo el eje desde el Palacio Nacional hasta la plaza de España, que incluye cascadas y estanques.
Al final de las escaleras (la mayor parte mecánicas pero no todas) llegamos al impresionante Palacio Nacional de Montjuic, construido entre 1926 y 1929 para la Exposición Internacional de 1929 de Barcelona y que desde 1934 aloja el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Fue obra de los arquitectos Eugenio Cendoya y Enric Catà, bajo la supervisión de Pere Domènech i RouraFue y se trataba del edificio principal de la Esposición Internacional.
Desde aquí tenemos unas vistas espectaculares de la ciudad de Barcelona.
Tras el palacio se encuentra L’Anella Olímpica de Montjuïc, el Anillo Olímpico, las instalaciones deportivas del los juegos de 1992. En él encontramos el mítico Estadio Olímpico Lluís Companys.
El estadio fue inaugurado el 20 de mayo de 1929 por el rey Alfonso XIII. Entre 1985 y 1989 fue reconstruido casi en su totalidad para prepararlo para los Juegos Olímpicos.
Aquí también se encuentra el Palau Sant Jordi, construido para los Juegos Olímpicos por arquitecto japonés Arata Isozaki. Por desgracia todo el recinto se encontraba cerrado por obras y tuvimos que verlo de lejos.
También encontramos el Castell de Montjuïc (Castillo de Montjuic), una antigua fortaleza militar que inicialmente fue una pequeña atalaya para vigilar el tránsito marítimo que fue evolucionando a lo lardo fr los siglos hasta llegar al aspecto que observamos hoy día.
Ya a la bajada nos encontramos con los jardines Joan Maragall, rodeando el Palacete Albéniz residencia de la familia real española durante sus visitas a la ciudad condal.
También se encuentra aquí el Poble Espanyol (Pueblo Español) un museo arquitectónico al aire libre. Se inauguró en 1929 para la Exposición Internacional tras la idea del arquitecto catalán Josep Puig i Cadafalch y se concibió como un pueblo en el que se pretendían reunir las principales características de los pueblos de España.
Como ya se hacía la hora de comer, buscamos algún sitio recomendable. Elegimos El Mesonet, un sencillo restaurante de gastronomía catalana. Comimos de maravilla (el arroz montañés fue delicioso) y bastante barato.
De camino a la parada del bus pasamos por la Plaza de Toros Las Arenas. Desde la terraza podemos obtener unas vistas espectaculares.
Ahora si, toca volver al aeropuerto para poner rumbo a nuestro destino real: Islandia.
Si dispones de más tiempo, siempre puedes disfrutar de alguna de las múltiples actividades que te propone Civitatis en Barcelona: