Cous Cous de verduras

Ingredientes:

  • 250 gramos de cuscús.
  • 1 calabacín.
  • 1 cebolla grande.
  • 1 zanahoria grande.
  • 1 pimiento verde.
  • 1 pimiento rojo.
  • 1 diente de ajo.
  • Aceite de olivia virgen extra.
  • Cúrcuma.
  • Curry en polvo.
  • Comino en Polvo.
  • Nuez moscada.
  • Caldo de verduras o Agua si no tenemos caldo.

Para hacer el cuscús, ponemos en una olla la misma cantidad de caldo o agua que luego pondremos de cuscús y una cucharada de aceite de oliva virgen extra. Una vez que hierva retiramos del fuego, añadimos el cuscús y tapamos y lo reservamos. No hace falta remover.

Picamos la verdura pequeñita y ponemos a pochar la cebolla en una sartén con una cucharada de aceite de oliva virgen extra. Cuando esté casi lista añadimos el resto de las verduras y salpimentamos al gusto. A mi me gusta que queden crujientes así que no las paso durante mucho tiempo para que queden al dente.

Cuando estén cocinadas al gusto, añadimos las verduras a la olla donde tenemos el cuscús y removemos. Entonces añadimos las especias en cantidad según el gusto, removemos, y listo para comer.

Para darle un toque dulce podemos añadirles un puñadito de uvas pasas.

Si queremos completarlo un poco, podemos añadirle un poco de pollo cocido hecho hebras. Incluso podemos añadirle un puñadito de garbanzos cocidos o repollo también cocido. La verdad es que admite muchas cosas.

Receta sana, fácil y rápida. ¡Buen provecho!

Pan de hamburguesa

Ingredientes para 4 panes:

  • 250 gramos de harina de fuerza.
  • 7.5 gramos de levadura seca o 22.5 gramos de levadura fresca.
  • 125 gramos de leche.
  • 10 gramos de aceite de oliva virgen extra.
  • 1 huevo.
  • 7.5 gramos de azúcar.
  • 5 gramos de sal.

Con esta receta se te queda un panecillo de hamburguesa de escándalo.

Yo me fui a los sencillo y limpio, y lo amasé con una amasadora con lo cual sólo tuve que echar los ingredientes y programarlo. Yo usé levadura fresca.

Pero si lo quieres hacer a mano, mezcla en un bol grande la harina con la levadura con las manos. Añade la leche, el aceite, el huevo y, por último, el azúcar y la sal. Es muy importante respetar las cantidades exactas.

Amasa la mezcla hasta que obtengas una masa, suave y un poco pegajosa. Haz una bola y déjala reposar tapada con un paño húmedo en un sitio cálido durante al menos una hora. Verás que pasada esa hora habrá doblado su tamaño.

En una superficie plana tamiza un poquito de harina y vuelca la masa encima. Sepárala en 4 partes iguales e intenta darle forma redondeada y ponla en una bandeja de horno sobre papel para hornear aplanándolos ligeramente. Tapa la bandeja con un paño y déjala reposar otra hora.

Pasada esa hora, pinta los panecillos con huevo y una cucharada de leche, y si quieres añade unas semillas de sésamo. Precalienta el horno a 200ºc. Una vez caliente, baja la temperatura hasta 180ºc e introduce la bandeja (sin el paño, lógicamente) y hornea durante 12 minutos.

Pasado ese tiempo estará listo. si lo vas a dejar enfriar, que sea sobre una rejilla para que no sude y se ponga gomoso por debajo.

Ya solo queda abrirlos, rellenarlos con una buena hamburguesa, y pa´dentro. ¡Buen provecho!

Mochis de fresa y chocolate

Ingredientes para el relleno:

  • Una tableta de chocolate negro.
  • Fresas naturales.

En un cazo derretimos el chocolate hasta que quede líquido. Sumergimos las fresas una a una en el chocolate y las dejamos enfriar mientras hacemos la masa.

Ingredientes para la masa:

  • 125 gramos de harina de arroz glutinoso.
  • 50 gramos de azúcar.
  • 150 ml. de agua.
  • Maizena.

La harina de arroz glutinoso es imprescindible y no se puede sustituir por ninguna otra. Se puede encontrar fácilmente en tiendas de alimentación orientales.

Tamizamos la harina en una fuente grande y le mezclamos el azúcar. Una vez mezclado vamos añadiendo el agua poco a poco mientras lo mezclamos con la ayuda de unas varillas hasta que quede una mezcla líquida espesa.

Tapamos el bol con film transparente resistente al microondas y lo metemos durante 2 minutos a máxima potencia en el micro. Lo sacamos y volvemos a revolverlo intentando que no queden grumos.

Una vez mezclado lo volvemos a meter tapado otros dos minutos a máxima potencia en el microondas.

Cuando lo saquemos la masa tiene que brillar para saber que está cocinada y lista para trabajarla.

Con la ayuda de un mortero lo machacamos bien y lo vertemos en una superficie lisa y limpia en la que habremos tamizado un poco de maizena. Con doble cuidado porque quema como un demonio y además es pegajosa como la cola, le vamos dando forma cilíndrica.

Cuando tenga esta forma (más o menos), cortamos en rodajitas y las aplanamos con la ayuda de un rodillo hasta que quede más o menos fina.

Cogemos las fresas una a una y las vamos envolviendo en la pasta.

La primera vez te quedará de forma un poco chapucera (como se ve en la siguiente foto) pero ya le irás cogiendo el truquillo.

También quedan espectaculares con plátano CANARIO en vez de fresas.

¡Buen provecho! ITADAKIMASU!!!

Katsudon

Ingredientes para el Tonkatsu:

  • Una rodaja gorda de lomo de cerdo (como de un dedo de grosor).
  • Harina.
  • Un huevo.
  • Panko (pan rallado típico de Japón y Corea).
  • Aceite de girasol.

Vamos a empezar por el tonkatsu, que es lomo de cerdo empanado japonés. Para ello batimos un huevo, vertemos harina en un plato y el panko en otro plato.

Pasamos el filete de lomo por la harina, luego por el huevo y por último por el panko y lo reservamos.

Calentamos el aceite de girasol en una sartén y freímos el lomo. Una vez frito lo ponemos en un papel absorbente y lo reservamos.

Ingredientes para la salsa Tentsuyu:

  • Una taza de salsa de soja.
  • Una taza de mirin.
  • Media taza de sake.
  • Una cucharada sopera de azúcar.
  • Una cucharada de caldo dashi en polvo.

En un cazo vertemos todos los ingredientes, lo llevamos a ebullición y lo mantenemos un rato para que reduzca un poco.

Ingredientes para montar el plato:

  • Media cebolla cortada en tiras.
  • Un huevo.
  • Arroz cocido.
  • 2 tazas de agua.

En una sartén honda vertemos la salsa Tentsuyu y el agua. Lo llevamos a ebullición y entonces vertemos la cebolla, bajamos un poco el fuego y esperamos que la cebolla se cocine.

Ponemos encima sin retirar del fuego la rodaja de lomo cortada en tiras (para comer con los palillos directamente) y encima vertemos el huevo, con la yema rota pero sin batir y tapamos. Una vez que el huevo haya cuajado ponemos lo ponemos todo en un cuenco sobre arroz cocido.

Listo para comer. ITADAKIMASU!!!!

Francia 2015: visitando París

Este año toca visitar París. Ya que estamos, visitaremos parte del norte de Francia enfocándonos en lugares importantes durante ambas Guerras Mundiales.

19 de julio

A las 14.20 despegamos del aeropuerto de Málaga rumbo a París, la capital de Francia. Aterrizamos sobre las 16.45 en el aeropuerto de Orly. Tomamos el tren ligero Orlyval hasta la estación de RER Antony. Allí nos subimos a la línea B del RER hasta la estación Châtelet – Les Halles.

El billete combinado nos costó 12€ por persona. Desde allí tomamos el metro hasta la estación Malesherbes, que estaba a unos 5 minutos del hotel.

Si no quieres complicarte la vida, siempre puedes contratar un servicio de traslado.

Traslados en Paris

El hotel elegido es el Romance Malasherbes, un pequeño hotel de 3 estrellas muy sencillito y relativamente barato: 89€. La pega es que estaba algo alejado del centro.

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Hoteles en París

Dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a tener una primera toma de contacto con la ciudad. Nos fuimos hasta Trocadero. Para ello tuvimos que tomar la línea 3 de metro hasta la estación Havre – Caumartin. Allí hicimos transbordo a la línea 9 hasta Trocadero. En total unos 25 minutos de trayecto.

En la plaza de Trocadero se encuentra el Palais de Chaillot. Se construyó para la Exposición Universal de 1937 por los arquitectos Léon Azéma, Jacques Carlu y Louis-Hippolyte Boileau. Fue en lugar de la plaza del antiguo Palacio del Trocadero. Pero lo mejor del palacio es la impresionante vista que hay desde su explanada de la Torre Eiffel.

Torre Eiffel
París
Francia

Bajando las escaleras se encuentran los jardines Trocadero y la espectacular Fontaine du Trocadéro, construida también en 1937. Aquí verás a mucha gente tirada en el césped alrededor de la fuente descansando y hasta de pícnic.

Iati seguros
Torre Eiffel
París

Cruzamos el Pont d’Iéna para llegar hasta la base de la torre. Dimos una vuelta por los alrededores y por los Campos de Marte. Con sus 24,5 hectáreas, el Champ-de-Mars es uno de los espacios verdes más grandes de París.

En el siglo XVI, el paisaje de esta vasta explanada consistía principalmente en viñas y huertos. Desde 1790 se utiliza para todas las grandes conmemoraciones.

Desde aquí nos fuimos dando un paseo camino del Arco del Triunfo contemplando la Torre Eiffel desde diferentes perspectivas.

Torre Eiffel desde la Pasarela Debilly
París
Torre Eiffel desde la Pasarela Debilly.

Si quieres disfrutar de la Torre Eiffel al máximo, te recomendamos hacer un free tour con guía en español.

Free tour en París

Andando andando llegamos hasta el Palais de Tokyo. Construido con motivo de la Exposición Internacional de 1937, el edificio toma su nombre de “quai de Tokio” (actual avenida de Nueva York). Es un museo de arte moderno.

Palais de Tokyo
París

Un poco más adelante, junto al extremo norte del Pont de l’Alma, se encuentra la Flamme de la Liberté.

Fue erigida en 1987 para celebrar el centenario de la fundación del diario International Herald Tribune.

En 1989 fue donada por éste durante el bicentenario estadounidense, para simbolizar la amistad entre los pueblos francés y estadounidense. En ella verás fotos y recuerdos a Diana de Gales ya que sus admiradores la han transformado en estela conmemorativa. Aquí empieza el túnel de l’Alma que fue donde tuvo lugar el accidente de tráfico en el que falleció.

Flamme de la Liberté
París

Ya desde aquí nos fuimos directos hasta el Arc de Triomphe.

Deseado por Napoleón I en 1806, el Arco de Triunfo fue inaugurado en 1836 por el rey francés Louis-Philippe. Éste lo dedicó a los ejércitos de la Revolución y el Imperio. 

El Soldado Desconocido fue enterrado en la mediana en 1921. La llama de la memoria se reaviva todos los días a las 18.30.

Se puede subir a admirar las vistas desde la terraza panorámica por 13€.

Arc de Triomphe
París

Desde aquí bajamos por la avenida des Champs-Élysées donde cenamos en una hamburguesería llamada Quick. Una cadena de comida rápida en la que la hamburguesa tenía un aspecto nauseabundo aunque no estaba mala de sabor. Pero vamos, que no íbamos a repetir.

Ya después de cenar nos metimos en el metro para ir a descansar al hotel.

¿Quieres evitar las largas colas para subir al Arco del Triunfo? Encuentra aquí tu entrada:

Entradas arco del triunfo paris

20 de julio

Nos levantamos temprano y nos dirigimos a la Sainte Chapelle. Se trata de un templo gótico en la Ile de la Cité.

La Ile de la Cité es una isla situada en el Sena, en el corazón de París. Se considera la antigua cuna de la ciudad de París.

La Sainte Chapelle se construyó entre 1241 y 1248 a pedido del Rey Luis IX. Fue para albergar la Santa Corona de Espinas, una pieza de la Vera Cruz, así como varias otras reliquias de la Pasión que había adquirido desde 1239.

Diseñada como un santuario casi totalmente acristalado, destaca por sus impresionantes y famosas vidrieras.

Sainte Chapelle
París

Junto con la Conciergerie, la Sainte-Chapelle es uno de los restos del Palacio de la Ciudad, que abarca el sitio que cubre el palacio de justicia actual.

¿Quieres evitarte las largas colas para entrar a la Sainte-Chapelle? Compra aquí tu entrada sin colas:

Entradas a la Sainte Chapelle

Desde aquí nos acercamos a la Cathédrale Notre-Dame de Paris. Se empezó a construir en el año 1163 tras la colocación de la primera piedra por el obispo Maurice de Sully, sufrió numerosas modificaciones y resconstrucciones hasta su finalización casi dos siglos después en el año 1345. Es uno de los monumentos más emblemáticos de París y un lugar de culto católico, sede de la Archidiócesis de París, dedicado a la Virgen María.

Cathédrale Notre-Dame

La cola era descomunal así que decidimos no entrar de momento, ya la visitaríamos más adelante.

Estuvimos paseando por la zona, como la plaza Jean XXIII, en la que se encuentra la Fontaine de la Vierge. La fuente fue creada por Alphonse Vigoureux en 1845, para equipar la plaza Jean-XXIII, creada el año anterior.

Cathédrale Notre-Dame

Junto a la plaza se encuentra el Pont de l’Archevêché, donde habían como cientos de miles de candados del “amor”… destrozando el puente y contaminando aún más el río con las dichosas llaves arrojadas. La verdad es que me parece una costumbre absurda, pero vaya, es mi humilde opinión.

Pont de l'Archevêché

Desde aquí nos fuimos dando un paseo hasta la Plaza de la Bastille, un lugar simbólico de la Revolución Francesa, donde la antigua fortaleza de la Bastilla fue destruida entre el 14 de julio de 1789 y el 14 de julio de 1790.

En la plaza se encuentra también la Ópera de La Bastilla que fue diseñado por Carlos Ott e inaugurado en 1989 durante las celebraciones del bicentenario de la Revolución como parte de las principales obras de París. Es con la Opera Garnier una de las dos salas que constituyen la Ópera de París.

Plaza de la Bastille

Desde la plaza nos fuimos andando hacia el Centro Pompidou. Pero antes pasamos por el Hôtel de Ville, el ayuntamiento de París. El Hôtel de Ville fue reconstruido en estilo neorenacentista para sustituir al antiguo edificio de 1357 que fue devorado por un incendio durante la Commune de Paris en 1871.

Hôtel de Ville de París

Muy cerca está el mencionado Centro Nacional de Arte y Cultura Georges-Pompidou. Inaugurado en el año 1977 es un edificio con un arquitectura… digamos que peculiar. La verdad es que es para verlo. Si estás por París, acércate a verlo.

Aquí descansamos un rato y luego nos fuimos camino del Louvre. Pasamos por el Jardín Nelson Mandela, en pleno centro del nuevo barrio des Halles. En él podemos encontrar el edificio Bourse de Commerce — Pinault Collection. La Bolsa de Comercio es la nueva sede de la presentación de la Colección Pinault. Este edificio histórico ha sido completamente restaurado y transformado en museo por el gran arquitecto japonés Tadao Ando.

Bourse de Commerce — Pinault Collection
Bourse de Commerce — Pinault Collection

Junto a los jardines se encuentra la Eglise Saint-Eustache (iglesia de San Eustquio), construida entre 1532 y 1633 en estilo gótico aunque con unos toques renacentistas.

Después de parar a comer algo ligero, llegamos al Musée du Louvre. Construido en principio como castillo por el rey Philippe Auguste en 1190, en el año 1546, el rey François I comienza la transformación de la fortaleza en residencia. En el año 1793, durante la revolución francesa, pasa de ser residencia real a museo.

Alberga obras de arte desde el milenio 7 a.C. hasta 1850.

El precio de entrada es de 13.60€ (2015) y se dice que te puedes tirar dentro una semana y no verlo entero.

Como nosotros no teníamos mucho tiempo nos dedicamos a recorrerlo por fuera y a sacarnos la foto de rigor haciendo el tonto en la pirámide y demás. Ya tenemos excusa para volver a París.

Musée du Louvre
Musée du Louvre

Si quieres ir más allá, puedes contratar una fabulosa visita guiada por el Museo del Louvre para tener una experiencia de lo más completa:

Visita Musée du Louvre
Musée du Louvre

Enfrente se encuentra el Arc de Triomphe du Carrousel que fue construido en estilo corintio entre 1806 y 1808 para conmemorar las victorias militares de Napoleón del año anterior.

Arc de Triomphe du Carrousel

Pasado el arco llegamos al Jardin des Tuileries. El Jardín de las Tullerías toma su nombre de las fábricas de azulejos que se encontraban en el lugar donde la Reina Catalina de Medici construyó el desaparecido Palacio de las Tullerías en 1564. El famoso jardinero del rey, André Le Nôtre, le dio desde 1664 su aspecto actual de un jardín francés.

 Jardin des Tuileries

Al final de los jardines llegamos a la Place de la Concorde. Se encuentra a los pies de la Avenue des Champs-Élysées y en el se encuentra el Obelisco de Luxor (3.300 años de antigüedad). También se encuentran dos fuentes monumentales: la fuente de los mares y la fuente de los ríos.

Creada en 1772, la Place de la Concorde fue uno de los lugares de ejecución durante la Revolución Francesa. Luis XVI y María Antonieta (entre otros) fueron guillotinados allí. Entre 1836 y 1846, el arquitecto Jacques-Ignace Hittorf dio a la plaza el aspecto que vemos hoy.

Obelisco de Luxor
Obelisco de Luxor
Fontaine des Mers
Fontaine des Mers.

Desde aquí nos fuimos a descansar un rato hasta la cena. Teníamos hora para las 23.00 para visitar la Torre Eiffel. Leyendo blogs y webs, recomendaban sacar entrada para la torre al menos 6 meses antes de la visita, pero mejor si era un año antes. Nosotros la compramos el 27 de mayo (casi dos meses antes) y solo había entrada para la última hora durante todos los días que íbamos a estar en París.

Torre Eiffel

La entrada nos costó 9€ por persona y era hasta el segundo piso. Si queríamos subir a lo alto teníamos que pasar por taquilla en el 2º piso pero a la hora que teníamos nosotros nos dijeron que iba a ser complicado. Era muy tarde.

Sacando la entrada online entras por otra puerta diferente al resto, sin cola y, visto lo visto, mejor. Las vistas desde arriba, aunque fuera de noche, eran impresionantes. Habían como dos mil millones de personas. No tuvimos suerte y no pudimos subir hasta arriba, pero aún así, merece la pena.

París desde la torre Eiffel
París desde la Torre Eiffel
París desde la Torre Eiffel

Una vez terminada la visita a la torre. Vuelta corriendo al hotel antes de que se acabara el metro y a dormir.

21 de julio

Nos levantamos temprano y nos vamos a las catacumbas, que era uno de los motivos del viaje a París. Este osario que cubre un área de 11,000 m² bajo tierra, se llama “catacumbas”, en referencia a las catacumbas de Roma y contiene más de 6 millones de huesos de diferentes cementerios parisinos.

Salimos de la estación justo enfrente de la entrada. Me pareció muy raro que habían dos colas… será una para taquilla y otra para entrar. Pues no, la cola daba la vuelta y media a la manzana. Podían haber allí una mil personas. Teniendo en cuenta que los turnos son de 200 personas cada 45 minutos… huelga decir que no esperamos. Quedamos en que volveríamos a la hora de comer a ver como iba la cola.

Mientras tanto nos fuimos al mirador de la Torre Montparnasse. Construida entre 1969 y 1973 en el sitio de la antigua estación de Montparnasse y con 210 metros de altura. Fue durante casi 40 años el edificio más alto de Francia hasta la inauguración en 2011 de la torre First.

Durante su construcción y después, la torre fue fuertemente criticada. Sus detractores lo encontraron (y aún lo encuentran) inquietante debido a su altura desproporcionada en comparación con el resto de la ciudad de París. La verdad es que es un mamotreto horriblemente feo que si es verdad que no pega ni con cola con el resto de la ciudad.

Torre Montparnasse
Torre Montparnasse desde Montmartre

A pesar de su fealdad, no tiene rival en cuanto a vistas. En la planta 56, después de subir en el que dicen que es el ascensor más rápido de Europa (Sube sólo en 38 segundos) te encuentras con unas vistas alucinantes. La entrada nos costó 13€ (2015).

París
Paris

Compra cómodamente tu entrada para la Torre Montparnasse aquí:

entrada a la torre Montparnasse

Después de tan alucinantes vistas nos subimos al metro y nos fuimos a visitar en Panteón. En la estación Gare Montparnasse tomamos la línea 13 de metro hasta la estación Duroc donde hicimos transbordo a la línea 10 hasta la estación Cardinal Lemoine.

El Panteón es un monumento de estilo neoclásico situado en el corazón del Barrio Latino. Construido entre 1757 y 1790, estaba pensado para ser una iglesia que albergaría el relicario de santa Genoveva pero, tras la revolución francesa, se dedicó a honrar a los grandes personajes históricos de Francia, excepto los militares, para los que se reserva el panteón militar de Los Inválidos.

Panteón de parís

Como no, alguna obra tenía que tocarnos y fue la cúpula, que estaba cubierta por andamios. En el interior, podemos admirar la impresionante arquitectura del edificio además de sus obras de arte. Además, podemos visitar la cripta en la que se encuentran enterrados personajes ilustres como Marie Curie, Voltaire o Alejandro Dumas.

Al salir, como ya había dado la hora temprana de comer en Europa, nos fuimos corriendo otra vez a las catacumbas. Cuando llegamos… ¡HABÍA LA MISMA COLA! Madre mía. Decidimos volver por la mañana temprano antes de la hora de abrir.

Así que nos fuimos de nuevo a la Catedral de Notre Dame esta vez para entrar. Había menos cola que la vez anterior así que nos quedamos. La verdad es que iba bastante rápido.

Catedral de Notre Dame

La Catedral de Notre Dame, como casi todas las catedrales que hemos visitado es bastante espectacular, aunque tengo que decir que no es, ni mucho menos, la más bonita en la que hemos estado.

Después de visitar la catedral nos fuimos a Montmartre. Para llegar hasta la Basílica del Sacré Cœur, tomamos la línea 4 desde la estación Saint Michel Notre Dame hasta la estación Barbès Rochechouart. Allí dimos un pequeño paseo hasta la parada del funicular de Montmartre. El trayecto de subida tarda unos 5 minutos y es muy cómodo para las viajeros ya agotados después de todo el día andando. Te deja prácticamente en la base de la basílica.

La Basílica del Sacré Cœur, consagrada en 1919, es uno de los monumentos más emblemáticos de París. Situada en la cumbre de Montmartre, ofrece con sus 130 metros de altitud, una de las vistas panorámicas más increíbles de la capital. En el interior del edificio, el techo está decorado con el mosaico más grande de toda Francia. También se puede subir al Domo para admirar las vistas de París en 360º. Aunque desde la explanada de la entrada también se observan unas vistas espectaculares.

Basílica del Sacré Cœur
París desde la Basílica del Sacré Cœur

Tras admirar las vistas nos decidimos a dar un paseo por el barrio a buscar algo para cenar. Cenamos en una crepería llamada Le Tire-Bouchon, un sitio bastante pintoresco y barato. Comimos un menú que consistía en un crepe salado y otro dulce. En total nos costó 24.40€. Tras la cena volvimos paseando hasta la basílica y volvimos a bajar en el funicular.

Tras llegar abajo, por último antes de irnos a descansar, nos acercamos al Moulin Rouge, que quedaba a unos diez minutos andando a sacarnos la foto de rigor delante de la fachada.

22 de julio

Hoy madrugamos. Nos vamos a Versalles para ver el famoso palacio. Para ello nos tomamos el metro hasta la estación Invalides, en donde hicimos transbordo a la línea RER C. Unos 30 minutos después llegamos a la estación Gare de Versailles Chateau Rive Gauche. Desde allí sólo nos separan unos 5 minutos de la plaza de Armas, delante del palacio. Nada más doblar la esquina ya se puede observar la grandeza del palacio.

Versalles

El Château de Versailles (Palacio de Versalles) es un castillo francés y monumento histórico ubicado en la ciudad de Versalles, en los Yvelines. Empezado a construir en 1623, fue la residencia de los reyes de Francia Louis XIV , Louis XV y Louis XVI.

El rey y la corte residieron allí permanentemente desde el 6 de mayo de 1682 hasta el 6 de octubre de 1789, con la excepción de los años de la Regencia de 1715 a 1723. A partir de 1789 se convirtió en el Museo de Historia de Francia.

Versalles

La visita cuesta 15€ (2015). Incluye audioguía y se pueden visitar tanto los lugares más célebres del Palacio: Galería de los Espejos, Grandes Apartamentos del Rey y le Reina, dormitorio del Rey, etc… como las exposiciones temporales.

Versalles

Guiados por varias personas que ya habían estado, nos dijeron que el interior del palacio era muy incómodo de ver. Es debido a la cantidad de gente que metían y que, si habíamos visitado el palacio Schönbrunn en Viena, que era muy similar, que no perdiéramos el tiempo.

Así lo hicimos así que compramos por la web la entrada de los jardines solamente. Mira tú por donde, después de hacer la interminable cola de acceso, resultó que los jardines son gratuitos (2015) y lo que habíamos comprado era la entrada de los Dominios de María Antonieta. Pues ya que la teníamos, entramos.

Temple de l'Amour Versalles
Temple de l’Amour.

Los dominios de Maria Antonieta están formados por el Petit Trianón, los jardines de la Reina y la Aldea. Fue abierto al público en 2006 para retratar la vida de María Antonieta, esposa de Luis XVI, a la que le gustaba disfrutar en estos lugares llevando una vida sencilla y campestre a su aire, lejos de los lujos de Versalles. Los dominios fueron regalo de su esposo Luis XVI en 1774 para que tuviera intimidad y pudiera huir de la corte. De hecho era una zona estricta a la que nadie podía acceder sin ser invitado.

Versalles
Tour de Marlborough.

Los jardines son inmensos. Resulta imposible verlos enteros a pie. La mayoría de las fuentes estaban cerradas al público y había que verlas desde lejos. Después de haber empleado toda la mañana, la verdad es que nos sentíamos como si hubiéramos perdido la mañana. Son muy chulos pero pensaba que iban a ser mucho más espectaculares. Igual llevábamos las expectativas demasiado altas.

Versalles

Si prefieres más comodidad, siempre puedes contratar una fabulosa excursión con todo lo que necesitas para conocer Versalles:

Tour al palacio de versalles

A la vuelta de Versalles ya por la tarde, nos dedicamos a pasear un poco por la ciudad, que ya era demasiado tarde. Estuvimos de nuevo viendo el Arco del Triunfo con tranquilidad y observando los detalles.

Más tarde volvimos a recorrer los Campos Elíseos hasta llegar al Grand Palais. Éste es uno de los monumentos más emblemáticos de Paris. Se construyó para la exposición universal de 1900 y su característica más llamativa es la cúpula acristalada que corona el pabellón francés.

El Grand Palais se divide en 3 espacios diferentes: La Nef, las Galeries Nationales y el Palais de la Découverte. La Nef (nave) se usa para grandes eventos de diferentes tipos, como de equitación, parques de atracciones, etc…

Las Galeries Nationales se usa para grandes exposiciones sobre artistas que han marcado la historia del arte como Picasso, Renoir, etc…

Y Palais de la Découverte es un museo y centro cultural dedicado a las ciencias con exposiciones permanentes y temporales. Desde luego el edificio es una preciosidad.

Monumento a Charles De Gaulle delante del Grand Palais
Monumento a Charles De Gaulle delante del Grand Palais.
Grand Palais
Grand Palais.

Justo enfrente se encuentra el Petit Palais. Como el Grand Palais se construyó para la exposición universal de 1900 y alberga el museo de Bellas-Artes de la Ville de Paris. El edificio, aunque más pequeño que su hermano, es igual de espectacular.

Petit Palais
Petit Palais.

Desde aquí se puede observar a lo lejos el edificio Hôtel des Invalides, que visitaremos mañana. Pero aún así nos acercamos al Pont Alexandre III, que también fue inaugurado para la exposición universal de 1900.

Sus extremos están decorados con 4 pilones monumentales de 17 metros de altura, adornados con 4 caballos alados de bronce dorado que simbolizan el éxito de las artes, las ciencias, el comercio y la industria.

Pont Alexandre III

23 de julio

Último día de la primera etapa de París. Hoy madrugamos mucho para visitar el Hôtel des Invalides. Queríamos estar en la puerta para la hora de abrir antes de que se petara y tuviéramos que pasarnos la mañana haciendo cola.

El Hôtel des Invalides fue construido por orden del rey Luis XIV entre 1670 y 1679 para albergar a los soldados retirados de sus ejércitos.

Hoy en día sigue siendo un hospital-hospicio además de albergar el ministerio de defensa francés y la Iglesia Saint-Louis des Invalides en donde se encuentra la tumba de Napoleón I.

También alberga varios museos como musée de l’Armée (Armada), alberga el musée des Plans-Reliefs (Planos- Relieves) y el musée de l’Ordre de la Libération (Orden de la Liberación).

Hôtel des Invalides, Los Inválidos

Llegamos un poco antes de la 10 de la mañana y nos extrañó que no hubiera nadie aún. Más nos extrañó que se nos sumarían un grupillo como de diez personas más. Teniendo en cuenta que es uno de los monumentos más visitados de París… Ya a la salida nos enteraríamos de que entramos por la puerta trasera en la que se junta mucha menos cola. Negocio redondo.

La entrada nos costó 9€ (2015) y nos daba derecho a visitar prácticamente todo el recinto. Entramos y compramos nuestra entrada. Lo primero que nos encontramos fue el museo de la armada, creado en 1905 como fusión el museo de l’Artillerie (1796) y del museo histórico de la Armada, creado cien años más tarde. Contiene muchos cuadros y muchos objetos bélicos usados a lo largo de la historia.

Después de un largo recorrido por el interminable museo llegamos a la Iglesia Saint-Louis des Invalides que incluye l’Eglise des Soldats y l’Eglise du Dôme. Construida en 1676 a petición del ministro de guerra alberga el panteón de los gobernadores en el cual reposan varios gobernadores de los Invalides, mariscales de Francia y grandes jefes militares incluida la de Napoleón primero.

Tumba de Napoleón II

A la salida, pasamos por un supermercado y nos compramos unos sandwiches para comer. No había tiempo que perder.

Uno de los sitios que tenía que visitar por fuerza el día que visitara París era el cementerio de Père-Lachaise, donde se encuentra enterrado Jim Morrison, cantante de The Doors, uno de mis grupos favoritos. Así que después de los inválidos nos dimos un salto.

El cementerio de Père Lachaise se llama así en recuerdo del confesor del rey Louis XIV, el padre François d’Aix de La Chaise. Se trata de la necrópolis más prestigiosa y más visitada de París. Es realmente descomunal y contiene más de 70.000 tumbas. Aquí están enterrados multitud de personajes ilustres como el propio Jim Morrison, Honoré de Balzac, Frédéric Chopin, Edith Piaf y otra de las que quería vistar, la de Oscar Wilde.

Tumba de Jim Morrison

Al entrar, tienes un plano del gigantesco cementerio con las tumbas de esos personajes históricos marcadas para que intentes no perderte.

cementerio del Père Lachaise

Si prefieres explayarte, puedes contratar un tour por el cementerio que te cuente toda las historia y los personajes ilustres allí enterrados:

Tour por Pere Lachaise

Tras el cementerio comimos algo ya muy tarde y nos fuimos hacia el centro. Nos bajamos del metro en la estación Opéra. Justo a la salida nos encontramos con el edificio de la Ópera Garnier.

Construida por orden de Napoleón III, con motivo de las grandes obras de renovación de la capital que el Baron Haussmann realizó bajo sus órdenes, por Charles Garnier e inaugurado en 1875, es la decimotercera sala de ópera de París, tras la fundación de esta institución por Luis XIV en 1669.

Ópera Garnier

Nos fuimos paseando hasta las Galeries Lafayette Haussmann, unos famosos grandes almacenes abiertas en el año 1894 por los primos Théophile Bader y Alphonse Kahn. Con diferentes departamentos con muchos puestos de marcas de lujo (baratitas), tiene com o un patio central con una espectacular cúpula en estilo Art Nouveau construida en 1912.

Galeries Lafayette Haussmann
Galeries Lafayette Haussmann

Buscando unos aseos, en la planta de la juguetería hay un ventanal en una esquina desde las que se observan una vistas espectaculares de la basílica del Sacré Cœur. No se si descubrimos un trucazo pero lo cierto es que allí no había absolutamente nadie.

Sacré Cœur
Sacré Cœur desde Galerías Lafayette.

Ya se iba haciendo la hora de cenar, así que nos fuimos al Barrio Latino en busca de algún sitio bueno y no demasiado caro. Nos comimos un menú en un sitio llamado Saveurs de Savoie. Comimos realmente bien por 18€ por persona.

Desde aquí nos fuimos dando un fabuloso paseo por el centro de París hasta llegar al Musée du Louvre que, como era bastante tarde, ya quedaba poca gente en los alrededores. Seguimos paseando hasta llegar a la catedral para contemplarla de noche.

Catedral de Notre Dame

Y de aquí nos acercamos a los Champ de Mars, en donde había mucha gente haciendo “botellon” para ver el espectáculo nocturno de luces de la Tour Eiffel.

Torre Eiffel

Y de aquí a cenar algo ligero y a dormir que al día siguiente dejábamos París.

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Que hacer en Paris

ENTRADA SIGUIENTE

Japón 2018 (III): visitamos Kumano Kodo – Gifu – Nagoya – Nakasendo – Tokio

Continuamos nuestro segundo viaje por Japón.

24 de Julio

Madrugón y a las 8 de la mañana ya estábamos en el bus de camino a Daimonzaka.

Delante de la estación de tren se toma el bus 31 que va hacia el Gran Santuario Kumano Nachi Taisa (熊野那智大社). El billete de ida y vuelta cuesta 1.000 yenes (7.50€).

Como media hora después llegamos a la parada de la cuesta Daimonzaka. Ahí empezamos el sendero de ascensión hacia los templos.

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La cuesta Daimonzaka (大門坂), es un sendero precioso de algo menos de 1km de largo y 267 escalones que va entre gigantescos cedros.

cuesta Daimonzaka (大門坂)
Japón
Cuesta Daimonzaka (大門坂).

Después de la ascensión con el calor húmedo de la zona, llegamos al Gran Santuario Kumano Nachi Taisa (熊野那智大社). Es el principal santuario de los más de 4.000 del Kumano Kodo.

Por desgracia, pillamos el templo en obras y estaba totalmente cubierto, pero si que se podía acceder a el.

Salón del Tesoro (熊野那智大社 宝物殿)
Gran Santuario Kumano Nachi Taisa (熊野那智大社)
Salón del Tesoro (熊野那智大社 宝物殿)

Aquí nos encontramos con un mirador donde podremos observar unas espectaculares vistas de todo el valle.

Gran Santuario Kumano Nachi Taisa (熊野那智大社)
Gran Santuario Kumano Nachi Taisa (熊野那智大社)

Justo al lado se encuentra el templo Seiganto-ji (青岸渡寺), un templo budista de la escuela Tendai que data del siglo V. Es el edificio más antiguo del Kumano Kodo.

Nada más salir, nos encontramos con la imagen más conocida del Kumano Kodo y una de las más conocidas de Japón: la cascada de Nachi tras una pagoda roja de tres pisos.

Gran Santuario Kumano Nachi Taisa (熊野那智大社)
Gran Santuario Kumano Nachi Taisa (熊野那智大社).

La pagoda del templo Seiganto-ji (青岸渡寺) es una construcción muy reciente que data de 1972. Se puede subir pagando pero nosotros no lo hicimos.

Gran Santuario Kumano Nachi Taisa (熊野那智大社)

A la salida del templo, nos encontramos con unas escaleras que, entre enormes cedros y árboles de alcanfor, bajan hasta el santuario Hirō (飛瀧神社). Está a los pies de la impresionante cascada de Nachi de 133 metros de altura.

En conjunto, la vista es realmente impresionante.

santuario Hirō (飛瀧神社) y cascada Nachi
santuario Hirō (飛瀧神社)

Lo único malo es que luego hay que volver a subir las escaleras.

Nada más terminar las escaleras está la parada de bus. Allí tomamos el bus de vuelta a Kii-Katsuura, después de tomar un helado para mitigar el calor.

De vuelta en la ciudad, comimos en un pequeño restaurante que nos recomendó la dueña del hotel llamado めはり寿司二代目 (Mehari zushi nidaime). Lo lleva un señor muy serio, que sólo habla japonés, pero que tiene carta en inglés.

Por 1.400 yenes (10€) nos puso un menú variado con un sashimi de atún de la zona que estaba para llorar.

めはり寿司二代目 (Mehari zushi nidaime)

Nada más terminar de comer, salimos corriendo a la estación de tren.

Allí tomamos el Limited Express Kuroshio de las 16.15. A las 16.38 nos bajamos en Shingu para visitar el Gran Santuario de Kumano Hayatama Taisha (熊野速玉大社).

Por desgracia cerraba a las 17.00 y lo pillamos cerrando. Aún así pudimos pasear por el recinto y la verdad es que mereció la pena la carrera que nos dimos.

Gran Santuario de Kumano Hayatama Taisha (熊野速玉大社).
Gran santuario de Kumano Hayatama Taisha (熊野速玉大社).

Aprovechando que habíamos ido hasta Shingu, dimos un paseo por la ciudad hasta las ruinas del castillo. Desde allí se divisan unas vistas preciosas de la ciudad a un lado y del río Kumano al otro.

Puente Shinkumanoo desde las ruinas del castillo
Puente Shinkumanoo desde las ruinas del castillo.

Bajando del castillo nos acercamos hasta el pequeño templo de Asuka. Es uno de los templos auxiliares del gran santuario de Kumano Hayatama Taisha (熊野速玉大社).

Templo Asuka
Gran Santuario de Kumano Hayatama Taisha (熊野速玉大社).
Asuka Jinja.
Kumano Kodo

Ya agotados nos fuimos camino de la estación para regresar a Kii-Katsuura.

Pero por el camino nos encontramos con una edificación que parecía de estilo chino que resultó ser el parque Jofuku.

Se trata de un pequeño parque dedicado a Jofuku, un personaje enviado a Shingu hace más de 2.000 años en busca del elixir de la vida.

parque Jofuku
Parque Jofuku.

A las 19.02 nos subimos en el tren de vuelta. En el hotel la dueña nos ofreció la sopa dulce que nos había comentado a la llegada el día anterior. Era una sopa de judías muy, muy dulce pero estaba buenísima y sentó muy bien para merendar.

Después de la exquisita merienda nos fuimos a relajarnos un poco a un onsen cercano.

Charmand hotel

Elegimos el de un hotel de lujo llamado Katsuura Gyoen. Es un hotel de playa pero pagando 2.000 Yenes (16€) por persona puedes usar el onsen.

Este es una pasada, tiene una piscina de agua caliente enorme de interior y en el exterior con una decoración como si estuvieras en el el campo, tiene una piscina grande caliente y otra más pequeña de agua templada. Dan ganas de quedarse allí a vivir.

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Que hacer en Japón

Con las montañas de fondo se hizo la noche y, para añadir más magia, hubo un momento de la noche que tiraron fuegos artificiales. Fue espectacular.

Ya muy relajados después de un duro día nos volvimos al hotel, previo paso por el familymart a pillar cena y a dormir que al día siguiente había que supermadrugar.

25 de Julio

Hoy, sobre las 6.30 nos levantamos. Íbamos a ver la subasta de atún del cercano mercado de pescado de KII-Katsuura. A las 7 estábamos ya en la nave, desde donde pudimos admirar todo el trajín de la subasta.

A la salida de la subasta, nos sentamos un rato en uno de los muchos onsen para pies que hay repartidos por el pueblo, que, además, son gratuitos.

Allí relajamos un ratito los pies antes de coger el tren en dirección Nagoya.

A las 8.55 tomamos el tren directo a Nagoya a donde llegamos a las 12.41 del mediodía.

Dejamos las cosas en el hotel (el mismo que una semana antes) y salimos corriendo a la cercana ciudad de Gifu.

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Hoteles en Nagoya

En Gifu, nada más salir de la estación tenemos una estatua dorada del famoso daimyō Oda Nobunaga (織田 信長). Vivió durante 9 años en Gifu que fue la base donde empezó a unificar el país.

Este personaje histórico está presente por toda la ciudad.

Oda Nobunaga (織田 信長)
Gifu
Oda Nobunaga.

Allí mismo nos subimos en el bus nº80 para visitar el Monte Kinka (金華山), que es donde se encuentra el Castillo de Gifu (岐阜城). Pero antes de subir, pasamos por el templo Shōbō en la base del monte.

En este templo se encuentra el Gran Buda de Gifu (岐阜大仏). Una imagen sentada de Shaka Nyorai. La imagen, que mide más de 13 metros fue completada en 1832.

Gran Buda de Gifu (岐阜大仏)
Gran Buda de Gifu (岐阜大仏).

Después de visitar el pequeño templo pasamos por un familymart a hidratarnos un poco y refrescarnos al aire acondicionado y seguimos adelante.

Dimos un paseo por el parque Gifu mientras íbamos en busca del teleférico del castillo. El teleférico cuesta 620 yenes ida (5€) y 1.080 ida y vuelta(8.70€).

Castillo de Gifu (岐阜城)

En esta ocasión compramos ida y vuelta ya que después de tantos días empezábamos a estar cansados y hacía muchísimo calor.

El viaje dura unos 5 minutos y una muchacha te va explicando en japonés supongo que cosas de las vistas y del castillo. Éramos los únicos occidentales que había por allí.

Las vistas desde lo alto son realmente espectaculares. Por 200 yenes (1.60€) se puede acceder al castillo y mirar las vistas pero nosotros no lo hicimos.

Las vistas eran ya bastante espectaculares desde la base de la torre. Nos conformamos con verlas desde allí.

Gifu desde el Castillo de Gifu (岐阜城)
Gifu desde el castillo.

Volvimos a bajar en teleférico ya que estábamos bastante cansados. Dimos otro pequeño paseo por el parque Gifu y volvimos a Nagoya para cenar.

Cuando íbamos a salir del hotel, cayó uno de los chaparrones más gordos que nos han caído nunca. En nada de tiempo se formaron ríos en las calles.

Cenamos en el restaurante Sekai no Yamachan Ikeshita-ten, una cadena especializada en alitas típicas de Nagoya. La verdad es que era una oda a la fritanga.

Estaba bueno pero era excesivamente caro para ser fritanga. Nos costó por 3.369 yenes (27€).

Sekai no Yamachan Ikeshita-ten
Oda a la fritanga.

Después de la cena nos dimos un pequeño paseo por la zona de Sakae subiendo a la terraza del edificio Oasis 21. Es una estación de bus y centro comercial, desde donde se divisa la torre de Nagoya en todo su esplendor.

Torre de Nagoya desde Osasis 21
Torre de Nagoya.

26 de julio

Volvemos a supermadrugar. Hoy toca una nueva ruta de senderismo: La ruta Nakasendo.

Se trata de una antigua ruta que unía Kioto con Edo (la actual Tokio). Nosotros hicimos la ruta más famosa que es la que une los pueblos de Magome y Tsumago.

A las 8 de la mañana tomamos la línea de tren Limited Express Shinano hasta Nakatsugawa, a donde llegamos a las 8.49.

Mientras esperábamos el bus, dimos una vuelta por la oficina de turismo. A la vez es una enorme tienda de souvenirs que está junto a la estación de tren y bus.

Allí me compré un pastelito con forma de pescado que era como una especie de dorayaki relleno de pasta de sandía. Estaba muy rico por cierto.

Ruta Nakasendo

A las 9.10 salió el bus dirección Magome. El billete cuesta 560 yenes (4.60€) y tarda, en principio, unos 25 minutos. Digo en principio porque antes de salir de Nakatsugawa tuvimos un accidente contra un turismo que nos tuvo unos diez minutos parados hasta que mandaron otro autobús para recogernos.

Sobre las 9.45 llegamos a Magome, la estación de descanso número 43 de la antigua ruta Nakasendo.

Magome
Vista desde la parada del bus.

En el pueblo hay varios museos pero nosotros nos pusimos directamente en marcha. La cosa empieza bien ya que el pueblo es cuesta arriba.

Nada más empezar cogemos fuerzas comprando en un puesto una especie de dorayaki relleno de una castaña asada. Exquisito.

Magome

A mitad del pueblo nos encontramos con la oficina de turismo. Allí te ofrecen varios servicios. Puedes tomar un mapa. Puedes comprar o alquilar campanillas para espantar a los osos. Y también tienen servicio de consigna (de pago) para dejar las maletas. Además te dan todo tipo de información sobre la ruta.

El pueblo está muy cuidado y es precioso. Aunque da la sensación que solamente es porque está orientado al turismo como si fuera un parque temático.

Magome
Magome.
Magome

Seguimos subiendo hasta el final del pueblo donde hay un mirador en el que hacemos un descanso para admirar las impresionantes vistas del valle. Las vistas en invierno tienen que ser espectaculares con el valle nevado.

Magome
Magome

Seguimos el camino, desde aquí, 7.6 km nos separan de Tsumago.

Por todo el camino nos vamos encontrando con campanas para tocarlas y espantar a los osos. La verdad es que no se si realmente funcionan porque no vimos ni uno en toda la ruta.

Nakasendo

A unos dos kilómetros nos encontramos con el santuario Kumano-jinja (熊野神社), un buen sitio para hacer un pequeño descanso a la sombra.

santuario Kumano-jinja (熊野神社)
santuario Kumano-jinja (熊野神社)
Santuario Kumano-jinja (熊野神社).

Seguimos adelante en el espectacular entorno boscoso espantando osos. La verdad es que la ruta es realmente impresionante.

A unos 3 km nos encontramos con una casa de té en medio del bosque. Allí nos ofrecen descanso al fresco y un té a cambio de la voluntad.

Nakasendo

Un poco más adelante nos sentamos a la sombra a comernos unos bocatas que habíamos llevado para almorzar.

La tranquilidad del entorno te contagia y te lo tomas con mucha calma. Una tranquilidad que solo se rompe cuando pasa algún turista haciendo la ruta. Sobre todo si lleva una campanilla espantaosos.

Después de coger fuerzas seguimos el camino. Varios kilómetros más adelante salimos del bosque y el camino prosigue por una zona de huertos hasta llegar a Tsumago, la estación de descanso número 42 de la antigua ruta Nakasendo.

Arrozal llegando a Tsumago
Arrozal llegando a Tsumago.
Nakasendo

Tsumago da la sensación de ser menos artificial que Magome, pero aún así se nota que está muy cuidado gracias al turismo.

Tiene varios puntos de interés como el templo Kotokuji o el museo Nagiso, pasando por tiendas de artesanía.

Tiene también una oficina de información turística donde te dan todo tipo de información y en la que hay wifi y se puede descansar al fresquito.

Tsumago
Tsumago.

Dimos un pequeño paseo por el pueblo y nos subimosl bus hacia el cercano pueblo de Nagiso. Allí tomamos el tren de vuelta a Nagoya a las 16.55.

A las 18.05 ya estábamos en Nagoya. Nos fuimos directos al hotel a darnos una ducha y enseguida nos fuimos a la calle a dar una vuelta por Nagoya.

Estuvimos dando una vuelta por la zona comercial de Sakae. En el centro comercial sunshine había un pequeño concierto de una especie de grupo idol de chavales y era todo bastante gracioso.

Desde lo ordenadas que estaban las grupis hasta los bailes que hacían.

Nagoya

Nos acercamos a frikear un rato al pokemon center. Está ubicado dentro del lujoso centro comercial Matsuzakaya (no se como nos dejaron entrar con las pintas que llevábamos).

Como ese día no habíamos caminado suficiente, nos fuimos en busca del castillo de Nagoya.

A esa hora ya estaba cerrado pero le dimos una vuelta al foso esperando poder verlo pero solo conseguimos ver la parte más alta y varias torres de defensa.

Castillo de Nagoya
Castillo de Nagoya

Después de la enorme vuelta que dimos, nos volvimos a la zona de Sakae a apretarnos un delicioso tonkotsu ramen en uno de los locales de la cadena Ichirán. Y con la tripa calentita al hotel a descansar los 28 kilómetros que habíamos andado ese día.

27 de julio

Esto se empieza a acabar, toca volver a Tokio. Tomamos temprano el shinkansen para poder aprovechar el día.

Sobre las 10 de la mañana ya estábamos en Tokio. Dejamos la cosas en el hotel, que era el mismo de los primeros días y nos fuimos hacia Asakusa.

Por circunstancias personales, en 2017 prometí volver al Templo Senso-ji algún día a hacer una ofrenda. Lo prometido es deuda.

Puerta de los Truenos o Kaminarimon (雷門)
Puerta de los Truenos o Kaminarimon (雷門).

Había tantísima gente que en vez de ir por la calle Nakamise, fuimos por una de las paralelas. Maravillosa idea ya que allí descubrimos un sitio que te ponen melonpan relleno de helado, ¡qué barbaridad!

Nakamise

Antes de entrar al templo nos purificamos con incienso. Hacemos nuestra cola, y hacemos la ofrenda prometida.

Luego sacamos un omikuji a través del sistema del palito con el número en japonés (menos mal que siempre hay alguien que te ayuda).

Como esta vez el omikuji me predijo “la mejor” de las suertes, en vez de dejarlo en el templo, me lo traje a casa.

Templo Senso-ji

Había tantísima gente que se hacía incómodo pasear por el recinto del templo. Salimos por la puerta trasera en busca de una heladería especializada en helados de té matcha. Tienen diferentes intensidades de sabor, que había visto en un blog .

Se llama Suzukien Asakusa (壽々喜園). Hicimos nuestra cola y me pedí con intensidad 5. Estaba buenísimo. Ya de paso me compré un bote de té matcha para traérmelo a casa.

De allí nos fuimos a Shinbashi a comer karaage (pollo frito japonés) en un sitio que conocimos en 2016 y nos encantó se llama Karayama Shinbashi (からやま 新橋店).

Ese día estaba cortado el tráfico de la zona y en la plaza de la estación había una especie de festival en el que habían puestos de comida y un escenario donde se estaba representando espectáculos de baile tradicional.

De allí nos fuimos a pasear por Shinjuku. Visitamos algunos centros comerciales y coincidimos con la tienda oficial de los juegos olímpicos de 2020 que había abierto dos días antes.

Tokio 2020

Ya cerca de la puesta de sol, subimos al mirador del edificio del gobierno metropolitano.

El mirador tiene unas vistas impresionantes en 360º y se dice que en días claros se ve el Monte Fuji. Tres intentos en dos años y seguimos sin verlo.

Las vistas mientras va anocheciendo y se va encendiendo la ciudad son una pasada. Además hay aire acondicionado, máquinas de vending, tienda de regalos, wifi y un restaurante. ¡Ah! y la entrada es gratuita.

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Que hacer en Tokio

A la vuelta del mirador, ya de noche, nos fuimos a dar un paseo por Kabukicho. Es la zona de entretenimiento para adultos por excelencia en Tokio.

En el hay numerosos karaokes gigantescos, bares, clubs nocturno y love hotels. Tanto para hombres como para mujeres. Aunque la mayoría están dirigidos por la yakuza o mafia japonesa.

He leído en algunos blogs que los relaciones públicas son muy agresivos. No se si por ir con mi pareja pero pasaban de nosotros.

Kabukicho
Kabukicho.

La verdad es que es un paseo muy curioso con los edificios plagados de neones y los locales frikis como el restaurante robot o el godzilla gigante en unos multicines.

De aquí nos volvimos a Kamata, el barrio donde tenemos el hotel. Allí junto a la estación de JR hay un restaurante de sushi de cinta que descubrimos en 2016 que está buenísimo y relativamente barato. El Sushi Matsu Kamata 2 gōten (すし松 蒲田2号店). Nos comimos en total 12 platillos y nos costó 2.980 yenes (22€).

Esa noche nos vamos con incertidumbre a la cama ya que al día siguiente se espera el paso de un tifón por Tokio.

28 de julio

Amanece lloviendo en Tokio. Parece que el tifón que se esperaba se desvía y solamente nos va a pillar de refilón así que nos echamos a la calle.

Hoy toca una nueva excursión. Nos vamos hasta Kamakura para recorrer la zona el el Enoden electric railway.

Para ello tomamos la línea Keihin-Tōhoku hasta Yokohama y allí cambiamos a la línea Yokosuka hasta la estación de Kamakura, en donde la lluvia parecía dar una pequeña tregua.

Enoden electric railway
Enoden electric railway.

Allí compramos el billete Noriorikun por 600 yenes (4.84€), que te permite subir y bajar del Enoden cuantas veces quieras a lo largo del día.

En la estación ponemos el característico sello que encontramos en muchas estaciones de tren. En las del Enoden podemos encontrarlos en todas las estaciones.

El recorrido discurre entre población, costa y bosque y es bastante tranquilo.

La primera parada en la que nos bajamos es Hase, con un estilo muy retro y hecha de madera.

Puedes visitar Kamakura con la preciosa excursión de Civitatis:

Tour a Kamakura

Allí estampamos en nuestra libretilla de sellos el correspondiente de la estación y nos encaminamos al templo budista Kōtoku-in (高徳院). Aquí se encuentra el gran Buda de Kamakura.

En 2016 también lo visitamos y compramos un amuleto de la suerte, que no se si es por su culpa o es casualidad, pero a partir de aquí tuve un par de años muy buenos y con muy, muy buena suerte, así que tocaba hacer una nueva ofrenda de agradecimiento, por si acaso. Le estoy tremendamente agradecido.

Kōtoku-in (高徳院)
Gran Buda de Kamakura.

Volvemos al Enoden en busca del siguiente y principal destino del día: la isla de Enoshima .

Nos bajamos en la estación de Enoshima. Ponemos el correspondiente sello y nos vamos dando un paseo hasta cruzar el puente de 600 metros que une Honshu con Enoshima y llegar a la la isla.

Enoshima Island
Enoshima desde el puente.

Según terminamos de cruzar el puente, llegamos a la calle Benten-Nakamise. La calle está llena de pequeñas tiendecillas de recuerdos y restaurantes turísticos.

Benten-Nakamise

En esta misma calle cruzamos un gran Torii de bronce que indica que entramos en una calle que lleva a un templo budista.

Originalmente el torii era de madera pero fue reconstruida en bronce en 1821.

Al final de la calle nos encontramos con un gran Torii rojo que indica la entrada al santuario de Enoshima. Seguidamente, unos escalones después la puerta Zuishinmon .

Zuishinmon
Enoshima Island

Justo antes de la puerta, a mano izquierda podemos sacar un ticket por unos 400 yenes (3.22€) para subir por unas escaleras mecánicas, pero nosotros decidimos subir andando que tenía más encanto. Por cierto, las escaleras mecánicas son solamente de subida. Para bajar, hay que hacerlo andando.

Seguimos subiendo y llegamos al complejo del Santuario de Enoshima.

Santuario de Enoshima
Santuario de Enoshima.

Se trata de un complejo de tres pabellones: el santuario Hetsunomiya, fundado en 1206 y dedicado a la deidad de las tres hermanas.

El salón Hoanden donde se encuentran las estatuas de Happi Benzaiten del año 1182 y la de Hadaka Benzaiten, del periodo Edo.

Está consagrado a las tres diosas de Munakata. Hasta el período Edo, estaba consagrado a Benzaiten y se llamaba Eshima Benten o Eshima Myojin.

La actual deidad consagrada se cambió cuando el sintoísmo y el budismo se separaron en el período Meiji.

Desde aquí tenemos unas bonitas vistas de la calle Benten-Nakamise y de la ciudad y sus playas.

Enoshima Island

Seguimos subiendo y llegamos a otro impresionante mirador con vistas aún mejores que el otro.

Allí había un poste con una pequeña plataforma que resultó ser para poder apoyar la cámara el el móvil para sacar un selfie. Más adelante veríamos más de estos postes muy bien situados.

Enoshima Island

Un poco más adelante del mirador, sin seguir subiendo más… llegamos al segundo santuario de Enoshima: el santuario Nakatsunomiya.

Construido en el año 853 y reconstruído en el año 1689 por orden del Shogún Tokugawa Tsunayoshi. Está consagrado a Ichikishima Hime no Mikoto.

santuario Nakatsunomiya
Enoshima Island

Un poco más arriba nos encontramos los jardines Samuel Cocking. Es un extenso jardín de plantas tropicales creado en 1880 por el comerciante británico Samuel Cocking.

Como no disponíamos de mucho tiempo y había que pagar entrada, pasamos de entrar y seguimos el camino.

Enoshima

Dimos un paseo por la parte alta de la isla y nos fuimos en camino del moderno templo budista Enoshima Daishi.

Construído en 1993 y conocido por su enorme estatua de 6 metros de Fudomyo. Dentro estaban llevando a cabo alguna ceremonia con cánticos delante del fuego muy curiosa a la que se podía acceder sin problemas.

Enoshima Daishi

Continuamos el paseo dejando atrás pequeñas tiendecillas de recuerdos y restaurantes. Uno de los locales que habían nos llamó especialmente la atención, ya que en la puerta indicaba que solamente admitían locales, es decir, japoneses.

Habíamos leído en alguna web y algún blog que esto pasaba en Japón pero es el primer y único sitio en el que lo hemos visto. Aunque no lo justifico, imagino que habrán tenido alguna mala experiencia con extranjeros, eso si, la bandera de E.E.U.U. bien puesta en la puerta ¿?¿?¿?

Después de pasar estas callecitas, llegamos al último y más antiguo de los tres santuarios de Enoshima: el Santuario Okutsunomiya.

Fue destruido por un incendio en 1841 y fue reconstruido al año siguiente.

Uno de los pabellones que me llamó la atención del santuario fue el Santuario Ejima Ryugu. Es un pequeño santuario construido en 1993 en una cueva con un dragón en lo alto de la entrada.

La pena es que ese día se encontraba cerrado y no pudimos entrar a verlo. Justo enfrente encontramos otro de los postes para poder sacar selfies.

Santuario Ejima Ryugu
Santuario Ejima Ryugu.

Muy cerquita encontramos la campana de los amantes, que las parejas tocan juntas y donde dejan candados con sus nombres en una de las vallas cerca de la campana. También tiene su correspondiente poste para selfies y este da un muy buen servicio, damos fe.

Desde aquí llega lo bueno, empezamos a bajar escaleras… y a bajar… y a bajar… que luego hay que subir… que subir… que subir… hasta llegar al nivel del mar.

Allí después de un paseo corto por la rocosa orilla llegamos a las cuevas Enoshima Iwaya, que son unas cuevas que fueron creadas por la erosión de las mareas.

Volvimos a subir las escaleras y nos fuimos cruzando toda la isla camino del Enoden de nuevo.

Nos subimos en el tren y nos paramos en la estación Gokurakuji, que es básicamente un apeadero. En ese momento empezaba a llover en tromba pero aún así, salimos para ver el Templo Shinsho Gokuraku-ji (極楽寺 ). Es un templo templo de la secta Shingon Risshu construído en el año 1.259.

Templo Shinsho Gokuraku-ji (極楽寺 )
Jardines del Templo Shinsho Gokuraku-ji (極楽寺 ).

Entre la lluvia intensa y la hora que era, no tardamos mucho en visitarlo. En un rato estábamos de vuelta en la estación del Enoden para tomar el siguiente tren.

Poco después nos bajamos de nuevo en la estación final Kamakura para buscar algún sitio para comer bajo la lluvia del tifón.

La lluvia parece que daba un poco de tregua y callejeando, encontramos un sitio de ramen regentado por una señora bastante mayor. Habían solo 3 ó 4 mesas.

Nos pedimos un arroz frito que estaba delicioso y un ramen que estaba para chupar el cuenco. De los mejores que hemos tomado.

Lo malo es que el nombre estaba en japonés y no viene en el street view. Una pena para poder recomendarlo.

Ramen

Estando en el restaurante empezó otra vez el diluvio universal. Encima, de camino a la estación se me rompió el paraguas.

Ya de vuelta en Tokio, nos dimos un saltito al centro comercial Sunshine city en Ikebukuro, en busca de unos comics manga que buscaba en un book off.

Lo encontré y como era la hora de cerrar, se fue mi pareja a pagar mientras yo iba al baño. Ahí le pasó algo curioso. La cajera venga solo a hablarle en japonés, y ella pensando en que si no estaba viendo que era occidental y que no entendía ni papa. Hasta que cayó en la cuenta que claro, supondría que hablaba japonés cuando se estaba llevando 4 cómics en su idioma… En fin… guiris.

Después de la experiencia y aprovechando nuestra última noche en Japón y que había dejado de llover, nos fuimos hasta Akihabara a cenar y a dar un último paseo por el frikísimo barrio electrónico.

Akihabara

Y luego, a la cama.

29 de julio

Último día en Japón y hay que aprovecharlo. Hoy toca frikismo del bueno.

Nos desplazamos al barrio de Katsushika a ver las estatuas de la serie de anime campeones (Oliver y Benji / Capitán Tsubasa). La pena que me queda es que meses después renovaron la estación y la dejaron más temática aún.

Para llega allí tomamos la línea privada Keikyū Main Line, por 580¥ (4.40€), desde la estación de Shinagawa hasta la estación pequeña estación de Yotsugi.

Nada más salir de la estación nos encontramos de frente con el plano de donde están las estatuas. Empezamos por la de Bruce Harper junto a la entrada a la estación y de ahí, un paseo por el barrio hasta encontrar las 7 estatuas relacionadas con la serie.

Allí se encuentran estas estatuas ya que el creador era de este barrio y las colocaron a modo de homenaje y, ya de paso, para atraer un poco al turismo al barrio.

El barrio entero está dedicado al fútbol en cada rincón. Fuimos buscando todas y cada una de las estatuas hasta llegar a la estación Keisei Tateishi donde tomamos el tren de vuelta al sur de Tokio.

Nos bajamos en la parada del teatro Kabuki. Íbamos en busca del restaurante Totobe. Un sencillo restaurante de sushi cerca de Tsukiji que descubrimos en 2016 y en el que sólo habían comiendo trabajadores japoneses. Sin turistas así que era buenísimo y barato. Pero tuvimos muy mala suerte y resultó que no abren los domingos. Cachis la mar. Tocaba buscar sitio para comer.

Decidimos tomar el metro hacia la estación de Tokio para comernos un exquisito ramen en la Tokyo ramen street en un sitio que también descubrimos en 2016. Se trata del restaurante Rokurinsha. Para entrar hay que hacer bastante rato de cola pero merece la pena la espera.

Rokurinsha
Tokyo ramen street

Para terminar la visita en el país, nos fuimos a Harajuku a dar un último paseo por la calle más friki: Takeshita Dori. Compramos algunos regalos en el Daiso y paseamos por la lujosa calle Omotesando.

Takeshita Dori

Ya reventados recogimos las maletas del hotel y nos fuimos al aeropuerto. El vuelo salía de Haneda a las 21.55.

Nada más llegar avisaban que había retraso. Nos acercamos a los mostradores a preguntar, y nos dijeron que no funcionaban las cintas de los equipajes. En una hora volverían a dar noticias por megafonía. Nos dieron un bono de 1.500 yenes (12€) por cabeza para cenar en el aeropuerto.

Dejamos las maletas allí y nos fuimos en busca de un sitio para cenar.

El aeropuerto de Haneda está inspirado en el periodo Edo y la verdad es que está muy chulo. Decidimos cenar en un sitio de sushi de cinta que estaba exquisito.

Comer en Haneda

Por fin, dos horas después de lo previsto, despegábamos rumbo a París y con esto nos despedíamos de tierras niponas hasta la próxima. Volveremos (esperemos que en 2021 2022 2024).

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Que hacer en Japón

ENTRADA SIGUIENTE

Japón 2018 (II): visitamos Kioto – Miyajima – Okayama – Osaka

Seguimos con nuestro segundo viaje por Japón.

19 de Julio

Madrugón y a la estación de trenes.

Tomamos el shinkansen de vuelta a Kioto de las 9.08 de la mañana.

A las 9.45 llegamos y nos vamos directamente al hotel a ver si podíamos dejar las cosas. El elegido fue el Orient Gojozaka, en el que nos alojamos una semana en 2016.

Está muy bien de precio y es un pequeño apartamento con cocina, pc de sobremesa en la habitación con conexión a internet. Lo más importante es que tiene lavadora y secadora.

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Al llegar al alojamiento, en recepción nos dijeron que ya había una habitación preparada que si queríamos hacer ya el check-in. ¡Maravilloso!

Nos instalamos y nos fuimos al Templo Kodai-ji (高台寺).

El Templo Kodai-ji (高台寺) está situado en Higashiyama junto al templo Ryozen Kannon. Es uno de los templos imprescindibles de Kioto.

Fue fundado en 1605 por Kita-no-Mandokoro como recuerdo de su marido, Toyotomi Hideyoshi.

Templo Kodai-ji (高台寺)
Templo Kodai-ji (高台寺)

A pesar del calor, se hace un paseo muy agradable por sus jardines visitando los numerosos pabellones del templo y su pequeño bosque de bambú.

Nada más salir del templo nos encontramos con el museo Kodai-ji Sho (高台寺掌美術館), un pequeño museo con artículos y pinturas antiguas.

Es muy curioso y con aire acondicionado.

A la salida nos fuimos dando un paseo por el barrio hasta llegar a una parada de bus donde tomamos uno hasta el Santuario Heian (平安神宮).

Este santuario es otro de los imprescindibles de Kioto, sobre todo por el conocidísimo y gigantesco Torii de entrada.

Gran Torii del Santuario Heian (平安神宮)
Gran Torii del Santuario Heian (平安神宮).

El santuario sintoísta se construyó en el año 1895 para conmemorar el 1.100 aniversario de la ciudad de Heiankyō. Para honrar al emperador Kammu como kami o dios de la ciudad.

Había una parte en obras pero se podía contemplar la mayor parte (de sombra en sombra).

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Tour guiado por Kioto

Después del caluroso paseo nos fuimos directos a comer al restaurante Ramen Miyako, que, como su nombre indica, es un restaurante de ramen.

Lo descubrimos en 2016 por casualidad y es posiblemente el mejor ramen que he probado, así que no dudamos en volver.

Es posible que haya que hacer cola pero merece la pena.

Ramen Miyako

A la salida cayeron un par de kakigori, helados de hielo tradicionales en la heladería Cha-Cha muy cerca del hotel.

Después del refrescante descanso, nos subimos a la línea JR San-in desde la estación de Kioto hasta la estación Sagano-Arashiyama.

Queríamos ver el parque de monos de Arashiyama que en 2016 tuvimos que descartarlo por falta de tiempo.

La mala suerte se ceba con nosotros y cierra a las 16.30 y faltaba apenas media hora, así que lo tenemos que dejar para un futuro viaje.

Nos dedicamos a pasear por la zona contemplando el puente Togetsu-Kyo (渡月橋). Construido en el periodo Jowa (834-848) es el puente más famoso de Arashiyama, que cruza el río Katsura.

Desde él se puede contemplar perfectamente el cambio de estaciones durante el año, desde el momiji hasta los cerezos en flor.

Puente Togetsu-Kyo (渡月橋)
Puente Togetsu-Kyo (渡月橋)

Continuamos el agradable paseo por la zona hasta acabar en el Templo Tenryu-ji (天龍寺), uno de los imprescindibles de Kioto.

Construido en 1339 es uno de los 5 Rinzai más importantes de Kioto.

Está junto al bosque de bambú de Arashiyama y es perfecto para combinar ambas visitas.

Nosotros llegamos fuera de hora y los pabellones estaban cerrados pero el acceso al recinto del templo estaba abierto.

El recinto es una maravilla y tiene unas vistas de las montañas espectaculares.

Templo Tenryu-ji (天龍寺)
Templo Tenryu-ji (天龍寺).

Después de la visita tomamos el tren de vuelta. Subimos a la azotea de la estación de Kioto que tiene unas vistas realmente espectaculares.

Torre de Kioto
Torre de Kioto

Ya empezaba a ser hora de cenar así que tomamos un bus hacia Pontocho.

Allí comimos unos fideos en un sitio que descubrimos en 2016. Un sitio que, a pesar de estar en pleno meollo turístico, es muy barato y bastante cutrillo. Lo descubrimos porque sólo habían trabajadores comiendo dentro.

No sabría decir el nombre ya que el cartel está en japonés y no está en google maps.

En maps lo pueden localizar porque está junto a un bar llamado “moon walk Shijo Kiyamachi”.

Aquí dejo una foto de la entrada del restaurante.

El sitio es muy pequeñito, apenas caben 7 u 8 personas pero merece la pena esperar un poco porque están exquisitos.

Después de llenar el estómago dimos un paseillo por Pontocho y Gion y aprovechamos para ver el Santuario Yasaka por la noche que es espectacular.

De allí al alojamiento dando un paseo para acostarse temprano que al día siguiente había que madrugar y nos esperaba un día duro.

Santuario Yasaka
Santuario Yasaka.

Por el camino descubrimos un supermercado grande llamado Fresco. Era muy barato y abre 24 horas.

Como era muy tarde tenía ya muchos productos con descuento.

Aprovechamos para comprar el desayuno para día siguiente, varios dulces que estaban muy rebajados porque caducaban al día siguiente.

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Que hacer en Kioto

20 de Julio

Hoy toca senderismo. Hacemos la ruta que une los pueblos de Kibune con Kurama, en las montañas del norte de Kioto.

Nos levantamos bien temprano y nos fuimos hasta la estación Kiyomizu-Gojō, que es la que más cerca nos quedaba del alojamiento.

Allí tomamos la línea privada Keihan Main Line hasta la estación Demachiyanagi. Allí hicimos transbordo a la línea Eizan Main Line (también privada) hasta la estación Kibuneguchi.

En total unos 45 min de trayecto y 700 yenes (5.63€).

Como buenos guiris, nos equivocamos de precio. Nada más bajarnos en la estación, un empleado de la compañía nos pidió el billete y nos mandó a otro señor a pagar la diferencia.

Como era básicamente un apeadero, no había máquina de ajuste de precio como en otras estaciones.

Desde la estación fuimos dando un paseo (se puede llegar en bus) hasta el Santuario de Kifune-jinja (貴船神社).

Son unos 2 km pero el paseo por el bosque es muy agradable. A esa hora no hacía (aún) demasiado calor. Aunque no daba demasiado buen rollo ver por el camino carteles de cuidado con los osos.

osos en Kioto
Kibune

El Santuario de Kifune-jinja (貴船神社), fundado en el año 1.055 y está consagrado a Takaokami no Kami, dios del agua.

En verano, en los alrededores del templo a lo largo del río se instalan numerosos restaurantes en su orilla. Nosotros no pudimos aprovecharlos porque era demasiado temprano para comer.

El templo está enclavado en un entrono boscoso realmente espectacular y es recomendable 100% visitarlo. La entrada es gratuita.

Allí compramos unos omikuji o papeles de la fortuna que se hacían visibles con el agua.

Había que poner el papel sobre el agua del arroyo que pasaba por el templo y aparecía el mensaje en japonés. Pero, muy modernos ellos, tenía un código QR en el que te ponía la traducción en inglés.

Santuario de Kifune-jinja (貴船神社)
Santuario de Kifune-jinja (貴船神社)
Santuario de Kifune-jinja (貴船神社).

Después de visitar el santuario, nos pusimos de camino hacia Kurama.

Para hacer la ruta tenemos que ir hasta el puente rojo y al cruzarlo nos encontramos con la puerta de entrada Nishi no mon (西の門). Allí donde hay que pagar 300 yenes (2.41€) para poder entrar en la ruta.

Desde allí comienza una buena tanda de escaleras por medio del frondoso bosque. Se hace dura con el calor y la humedad pero es espectacular.

De camino a Kurama

Después de un buen rato subiendo escaleras, llegamos a un rellano donde se encuentra el templo Oku-no-in Mao-den (奥の院魔王殿).

Allí hay unos bancos donde nos sentamos a descansar un poco.

Estando sentados saqué un pequeño ventilador que se conecta al móvil. En el banco de al lado habían dos señores (bastante mayores) que se empezaron a reír de mí.

Sólo se me ocurre decirles en castellano: “ustedes lo que tienen es envidia”. Yo creo que imaginaron lo que les dije porque empezamos los cuatro a reírnos a carcajada limpia.

 Templo Oku-no-in Mao-den (奥の院魔王殿)
Templo Oku-no-in Mao-den (奥の院魔王殿).

Seguimos subiendo un poco más y llegamos al pequeño templo Sōjō-ga-dani Fudō-dō (僧正ガ谷不動堂). Está dedicado a Fudo, uno de los dioses budistas de la luz.

Allí descansamos otro poquito para seguir subiendo un poco más.

Pasamos por el famoso paseo de las raíces de cedros Kinone-michi (木の根道) y empezamos la bajada.

Pasamos por el templo Jizo-do (地蔵堂), con unas preciosas vistas, y la fuente de agua natural Ushiwakamaru no chikaramizu (牛若丸の力水) que estaba fresquísima.

¡Ah! Y dejando atrás algunas advertencias de cuidado con los oso, serpientes y avispones gigantes.

Bajando un poco más, llegamos al templo Templo de Kurama-dera (鞍馬寺), la principal visita de la ruta.

El templo lo fundó uno de los discípulos del monje chino Ganjin. Durante el periodo Heian fue un templo muy popular.

Perteneció al budismo Tendai durante mucho tiempo, pero en 1949 se estableció como templo independiente de la escuela budista Kurama.

La visita hay que tomársela con tiempo porque el templo es precioso y tiene unas vistas espectaculares de las montañas de alrededor. Desde su mirador puedes observar el mar boscoso que rodea el templo.

Allí hicimos un buen alto en el camino. Compramos unas galletas y unos refrescos y descansamos aprovechando el remanso de paz que era el complejo (por lo menos ese día).

Templo de Kurama-dera (鞍馬寺)
Templo de Kurama-dera (鞍馬寺).
Templo de Kurama-dera (鞍馬寺)
Vistas desde el templo.

Seguimos bajando tranquilamente hacia Kurama aunque ya un poco más ligero. Ya eran casi las 4 de la tarde y empezaba a quejarse el estómago.

Llegamos a Kurama y nos encontramos un gran problema. Los pocos sitios para comer estaban cerrados y ni combinis ni nada.

¿Y ahora qué?. Pues a aguantarse hasta llegar a Kioto, porque antes tocaba un baño en el onsen al aire libre de Kurama.

Kurama Tengu
Kurama Tengu

Para llegar al onsen se puede ir andando unos 15 minutos. O también tomar un shuttle bus gratuito desde el parking de la estación de tren. Este pasa cada 10 minutos.

Elegimos la segunda opción ya que con el calor y el estómago vacío se complicaba la cosa.

En el Onsen se pude usar el baño entero por 2.500 yenes (20.11€) o solo el baño exterior (rotenburo) por 1.000 yenes (8€).

Si te alojas en el ryokan, la entrada es gratuita. Nosotros elegimos el rotenburo.

Antes de entrar hay una cabina en la que pagas los 1.000 yenes (8€).

Allí mismo puedes tomar unas toallas así que no hace falta cargarlas desde casa. Las toallas pequeñas de cara son 300 yenes (2.41€) y te las puedes quedar. Las grandes son 400 yenes (3.20€) y esas son alquiladas. Tienes que devolverlas.

Los baños son espectaculares. Con unas vistas impresionantes del bosque que lo rodea.

En invierno con la nieve tiene que ser una auténtica pasada.

La única “pega” es que es muy turístico y habían demasiados turistas occidentales (como nosotros jejeje).

Kurama Onsen
Entrada al rotenburo.

Como hora y media después decidimos bajar de nuevo a Kioto para cenar temprano. Aún estábamos sin comer.

Una duchita y un paseo por la calle Shijo-dori y por sus shotengai. La cena a base de anguila asada en un Sukiya.

Prontito a la cama que había que volver a madrugar.

21 de Julio

Hoy tocaba un destino que ya visitamos en 2016 pero que nos faltaron cosas por ver. Es tan impresionante que había que volver: Miyajima.

Se trata de una isla que está al sur de Hiroshima en el mar interior de Seto. Conocida por su impresionante Torii flotante del santuario de Itsukushima.

Si tienes poco tiempo para visitar la isla y no quieres dormir allí, siempre puedes contratar una excursión guiada desde Hiroshima:

Tour a Miyajima

Madrugamos mucho y tomamos en shinkansen de las 8 de la mañana.

A las 9.56 llegamos a Hiroshima e hicimos transbordo a la línea Sanyo (por Iwakuni) que salía a las 10.15. Llegaba a la estación de Miyajimaguchi a las 10.43.

Pasamos por un combini de camino al ferry y nos subimos en el ferry de JR (incluído en el JR Pass) de las 10.55.

A ciertas horas del día, el recorrido de ida del ferry lo alargan un poco y pasa junto al gran Torii para poder admirarlo y fotografiarlo.

Miyajima

Según nos bajamos del ferry nos fuimos directamente al ryokan en el que íbamos a dormir esa noche.

El elegido fue el hotel Sakuraya, muy cerquita de la estación de ferry. Muy cómodo y con un onsen muy sencillo pero que, como todos, es un gustazo.

Dejamos las cosas y salimos disparados hacia el templo Daishō-in (大聖院).

Uno de los templos más importantes de la secta budista Shingon.

El recinto del templo es muy grande y con muchas escaleras pero se pasea muy bien bajo la sombra de los árboles visitando los diferentes edificios.

Diría que es una visita imperdible en Miyajima.

templo Daishō-in (大聖院)
Templo Daishō-in (大聖院).
templo Daishō-in (大聖院)

Después de visitar el templo, tocaba la visita principal por la cual habíamos vuelto a Miyajima dos años después: subir al monte Misen.

Nos fuimos en camino del teleférico pero. En vez de hacerlo por el pueblo, nos fuimos por la parque Momijidani disfrutando del paisaje.

El precio del teleférico es de 1.000 yenes (8€) la ida y 1.800 yenes (14.40€) ida y vuelta.

Ya por el camino preveíamos que la excursión iba a ser sorprendente.

Nos subimos primero en un teleférico pequeñito de cuatro plazas en la que íbamos solo los dos. Las vistas desde este primer teleférico eran una auténtica maravilla, a través del frondoso bosque de la isla.

Mar de Seto
Vistas desde el telecabina.

A mitad de camino hicimos transbordo a un telecabina. Era más grande y en él íbamos al menos 10 personas. Se divisaba parte del mar interior de Seto y ye iban dando información en japonés por un altavoz. Una auténtica pasada.

El telecabina nos deja en un centro de información en el que hay máquinas de bebidas (como no) y un restaurante (nada caro) con unas vistas increíbles.

Miyajima

Fuera del centro, hay varios miradores para admirar las vistas del mar de Seto muy chulas.

A partir de aquí, comenzamos la subida a pie hacia la cima del monte Misen.

El camino es un sendero casi todo de escalones bastante irregulares pero relativamente sencillo y muy bonito.

En google dice que se tarda alrededor de 20 minutos pero, no se si por el calor, tardamos alrededor de una hora.

De camino pasamos por el salón Misen Hondo. En él se alojo Kobo Daishi, fundador de la secta budista Shingon, durante 100 días para meditar.

Salón Misen Hondo
Salón Misen Hondo.

Durante esos días, mediante una ceremonia asceta, encendió un fuego quemando «goma-gi». Esa llama sigue viva en estos días 1.200 años después en el salón Reikado. Con esa misma llama se prendió la llama de la paz de Hiroshima.

El salón también es conocido como el santuario de los enamorados por la llama eterna que simboliza el amor eterno.

Después de un pequeño descanso a la sombra y una botella de agua fría, seguimos subiendo hacia la cima pasando por el salón Sankido. Dedicado a tres ogros con la sabirudía, la fortuna y el exorcismo; pero también a la seguridad en el hogar y a la prosperidad de los negocios.

Miyajima

De camino pasamos por los salones Kannondo y Monjudo. El primero para favorecer el parto fácil y el segundo para tener éxito en los estudios.

Un poco más arriba pasamos por la roca Fudo-iwa. En ella hay una estatua de Fudo Myoo, protector de la secta budista Shingon. También por la roca Kuguri-iwa, que forma un arco por el que hay que pasar para seguir el camino.

Fudo-iwa y Kuguri-iwa

Un poco más arriba llegamos, por fin, a la cima del monte. Allí hay un mirador desde el cual hay unas vistas en 360º realmente espectaculares. Se contempla el mar interior de seto, la costa de Honsu e incluso la ciudad de Hiroshima. Además, en el mirador hay baños, wifi y un pequeño mostrador de información. Realmente mereció la pena subir.

Monte Misen
Monte Misen

Descansamos un rato en el mirador a la sombrita y nos dispusimos a bajar. Para ello decidimos hacer todo el recorrido andando. A pesar de ser bajada, se hace bastante duro, ya que son unos 3 kilómetros en los que casi todo el tiempo es bajando escaleras. Acabamos con las rodillas reventadas. Pero el sendero es una maravilla, te vas encontrando con algún templo y con algunos rinconcitos encantadores con algún banco para que descanses admirando las vistas.

Japón
Nioumon.

Durante todo el sendero, como en otras rutas senderistas que habíamos hecho en Japón, habían colgados carteles de advertencia de que habían serpientes venenosas, víboras Mamushi mortalmente venenosas. Fotito de rigor y a caminar. Todo son risas y alegrías hasta que te cruzas con una y te cagas y, en vez de quedarte quieto y esperar a que pase como te indican, das un salto y sales corriendo.

Con el susto en el cuerpo sigues bajando. Cuando empiezas a tranquilizarte un rato después ¡PAM! Otra. En esta ocasión, ya mentalizados, si nos quedamos quietos a esperar que se fuera. Así que como consejo, hacer caso e ir con cuidado.

Monte Misen

Aproximadamente después de una hora y media llegamos al pueblo. Eran ya casi las 4 de la tarde y aún no habíamos comido. Fue complicado encontrar un sitio abierto para comer a esa hora pero después de intentarlo en varios restaurantes, por fin conseguimos comernos un katsudon y un pollo tonkatsu.

Después de comer hicimos el checkin en el ryokan y nos dimos un primer baño relajante en el onsen. Muy tranquilo ya que a esa hora estaba vacío.

Después del baño nos fuimos a dar un paseillo y a ver el atardecer con el gran Torii. Esta vez coincidimos con marea alta, a diferencia de cuando estuvimos en 2016.

Es un atardecer realmente espectacular. Se dice que es uno de los más bonitos del mundo y, de momento, es el más bonito que he visto yo.

Gran Torii de Miyajima

Después de anochecer, tomamos el ferry para comprar algo de cena en un combini junto a la estación y sobre la marcha nos volvimos.

Cenamos tranquilamente y nos fuimos a dar un paseo nocturno. Por la noche se respira en el pueblo una tranquilidad absoluta. Sin coches y solo con algún turista que hacía noche en la isla como nosotros. Que pena que se acabara la noche porque fue un paseo mágico, pero había que madrugar. Después del paseo nocturno un último baño en el onsen del ryokan, y a descansar.

Gran Torii de Miyajima
Onsen
Onsen del ryokan.

Puedes encontrar algunas actividades que hacer en Miyajima en el siguiente enlace:

Que hacer en Miyajima

22 de Julio

Tocaba madrugar de nuevo. Tomamos el ferry de las 8.40 y a las 9.09 la linea JR Sanyo hacia Hiroshima. Allí hicimos transbordo al shinkansen de las 9.54. Iba a reventar y nos tuvimos que sentar separados en vagones diferentes, pero como el destino era Okayama a 40 minutos, tampoco había mucho problema.

A las 10.34 llegamos a Okayama. Dejamos las maletas en una consigna en la estación que nos costó 700 yenes (5.60€) y nos subimos al tranvía hacia el cuervo, el castillo negro de Okayama (岡山城). Luego descubrimos que podríamos habernos ahorrado unos yenes y haber ido andando ya que estaba muy cerca.

Nos bajamos del tranvía y fuimos dando un paseo agradable por la ribera del río Asahi hasta el complejo del castillo.

El castillo de Okayama, llamado el cuervo por el color negro del edificio, fue construido en 1597 por orden de Toyotomi Hideyoshi. Con el paso de los años se fue deteriorando y cayéndose algunas de sus 35 torres debido a la falta de mantenimiento.

Durante los bombardeos de la segunda guerra mundial ardió casi todo lo que quedaba en pie. Del edificio original solo quedan los cimientos, partes de la muralla y la torre de observación de la luna. La torre principal que hoy se visita se reconstruyó en 1966.

castillo negro de Okayama (岡山城)
Castillo negro de Okayama (岡山城).

Después de visitar el castillo, nos volvimos (esta vez andando) hasta la estación de tren. Nos subimos en el shinkansen de las 12.35. Llegamos a shin-Osaka 49 minutos después y nos fuimos directamente al hotel. Nos costó encontrarlo ya que en booking venía la dirección equivocada y sin datos en el movil… Después de como media hora dando vueltas dimos con el. Se trata del APA Hotel Higashi Umeda Minami Morimachi Ekimae. Recién inaugurado y, además, con desayuno incluido. Como casi todos los hoteles en que hemos dormido en Japón en los dos viajes, habitación pequeñita pero muy limpia y hasta elegante.

Dejamos las cosas y descansamos un poco mientras buscaba por internet un sitio para comer. El elegido fue un pequeño restaurante de okonomiyaki llamado Yukari tensan en un shotengai cercano al hotel. Nada más entrar, hay que descalzarse y dejar los zapatos en la entrada. El okonomiyaki estaba realmente espectacular, fue todo un descubrimiento. La comida nos costó 2.420 yenes (19.38€) dos okonomiyakis y un cervezote.

Después de comer nos fuimos paseando por el shotengai hacia el santuario Santuario de Osaka Tenman-gu (大阪天満宮). Un famoso (y turístico) santuario sintoísta dedicado a Sugawara Michizane construido en 1845. Coincidimos con el festival Tenjin, uno de los más famosos de Japón que se celebra desde finales de junio hasta el 25 de julio. De echo, pudimos ver una pequeña “procesión” femenina llevando un pequeño trono por el shotengai al día siguiente.

Santuario de Osaka Tenman-gu (大阪天満宮)
Santuario de Osaka Tenman-gu (大阪天満宮).

Dimos un pequeño paseo por el santuario y nos subimos al metro hasta la estación Ebisuchō para dar un paseo nocturno por el barrio de Shinsekai (新世界) . Barrio de ocio por excelencia de Osaka, con la torre Tsutenkaku (通天閣) por bandera, con sus 103 metros es uno de los símbolos de la ciudad.

La torre Tsutenkaku (通天閣), se levantó en 1912 como parte de un parque de atracciones. En 1943 un grave incendio la dejó muy dañada y fue desmantelada y reconstruida en 1956 por la empresa Hitachi.

torre Tsutenkaku (通天閣)
Torre Tsutenkaku (通天閣).

Después de la segunda guerra mundial Shinsekai se fue degradando hasta convertirse en la zona más peligrosa y pobre de todo Japón. Parece ser que aún sigue considerándose peligroso pero a nosotros no nos lo pareció, por lo menos la zona de la torre y de los restaurantes. Es muy curioso pasear por sus animadas calles llenas de restaurantes con las impresionantes fachadas ornamentadas para llamar la atención de los paseantes.

Shinsekai

Después de un agobiante paseo entre tantísima gente, decidimos irnos a la zona de Dotonbori a dar un paseo nocturno por la zona y cenar en un restaurante que teníamos fichado por internet.

Cenamos en un pequeño restaurante teppanyaki que sirve carne de Kobe. Se llama Wanomiya y no puedo decir precio ya que fue un regalo de cumpleaños que me hicieron. Cogimos dos menús y la carne estaba para llorar. Que cosa más deliciosa. El cocinero nos iba dando consejos de como comerla, estaba espectacular hasta la verdura. Habrá que volver.

Shinsekai

Después de la cena dimos otro pequeño paseo por Dotonbori y nos volvimos a dormir.

Encuentra las mejores actividades para hacer en Osaka y Japón con Civitatis:

Que hacer en Osaka

23 de Julio

Hoy toca excursión. Nos levantamos muy temprano y como teníamos el desayuno incluido en el hotel, dimos buena cuenta del buffet y salimos para la estación.

A las 8.25 nos subimos en el tren dirección Shin-Osaka y allí hicimos transbordo al shinkansen de las 8.39 hacia Himeji, donde llegamos a las 9.15 de la mañana. En la estación había una pequeña exposición sobre el Nada No Kenka Matsuri (que se celebra en octubre). En el se pueden observar alguna fotografías y uno de los tronos que sacan durante el festival.

Himeji

Salimos de la estación y recorrimos la avenida que lleva al Castillo de Himeji (姫路城). Es un pequeño paseo de 1 km. y se puede hacer tranquilamente andando.

Castillo de Himeji (姫路城)

El Castillo de Himeji (姫路城), fue el primer lugar de todo Japón en ser inscrito como patrimonio de la humanidad. Es uno de los 12 castillos originales que se conservan en Japón y es uno de los más espectaculares del país. Merece la pena dedicarle una mañana a recorrerlo.

Castillo de Himeji (姫路城)
Castillo de Himeji (姫路城).

Si lo prefieres, puedes contratar una visita guiada con Civitatis:

Tour guiado al castillo de Himeji

Después de echar la mañana visitando el castillo de Himeji nos volvimos a Osaka para tomar el tren a Kii-Katsuura.

Ese día el calor se nos hizo realmente insoportable, esperando el tren a Kii-Katsuura estabamos al borde del colapso, en el anden un calor infernal y el el hall de la estación no había aire acondicionado.

Más tarde, cuando enganchamos wifi nos empezaron a llegar whatsapp desde España que si estábamos bien, que habían visto que estábamos en Japón en plena ola de calor y que ese día en concreto, se habían registrado las temperaturas más altas de la historia de Japón, y fue en Osaka además.

De verdad que era un infierno. Para colmo, el tren que tenía que salir a las 17.23 llegaba con casi media hora de retraso.

Por fin llegaba el tren y, que cosas, ¡Era un oso panda!. El tren iba casi vacío y con aire acondicionado. Nada más subirnos y antes de sentarnos, a cambiarnos de ropa y a asearnos un poco para viajar lo más cómodo posible.

Teníamos 4 horas de descanso al fresquito hasta nuestro destino. Aunque algo nos preocupamos cuando vimos en el bolsillo del asiento las instrucciones de que hacer en caso de tsunami. Eso sí, explicado por un oso panda.

Sobre las 21.30 llegamos a Kii-Katsuura. Se trata de un pequeño pueblo costero, que es la meca del atún en Japón y, además, es una de las puertas de entrada a la ruta Kumano Kodo, la ruta más importante de peregrinación de Japón. Aunque realmente el Kumano Kodo es un entramado de caminos a través de Japón de unos 1.200 km.

Nada más salir de la pequeña estación nos dirigimos al hotel. Es el hotel Charmant, un pequeño hotel independiente regentado por una señora bastante mayor que era realmente encantadora.

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Hoteles en Japón

A pesar de sólo hablar japonés, consiguió explicarnos todo lo imprescindible sobre la ruta Kumano Kodo. Donde coger el bus y la línea, donde bajarnos, que visitar, donde coger el bus de vuelta… Además nos recomendó donde comer al día siguiente.

En la nevera te deja unos zumos y agua de forma gratuita y unos dulces. Además, por la tarde te invita a una sopa de judías dulce muy típica de la zona.

Dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos camino de un familymart cercano para comprar algo de cena, ya que en el pueblo a esa hora ya estaba todo cerrado. La verdad es que parecía un pueblo fantasma y no eran las 10 de la noche.

A la vuelta cena y a dormir que iba ser un día duro.

Puedes encontrar multitud de actividades y tours por Japón en el siguiente enlace:

Japón

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