Hoy vamos a hacer nem, los rollitos fritos típicos de Vietnam que comimos durante nuestro viaje, probablemente todos los días. Tando en desayunos, como almuerzos, como cenas.
Ingredientes:
Fideos de soja.
50 gr. de carne de cerdo picada.
1 cebolleta.
Ajo picado.
1 huevo.
Zanahoria rallada.
Brotes de soja.
1 cucharada de salsa de pescado.
Obleas de arroz.
1 cucharada de azúcar.
Aceite de girasol.
Lo primero que hacemos es poner en remojo los fideos unos 15 minutos en agua templada.
En una fuente ponemos la carne y el ajo picado. Cuando los fideos estén blandos, los cortamos en trozos de unos 3 cm y los añadimos a la fuente. Añadimos también los brotes de soja, la cebolleta bien picada (la parte blanca y la verde) y la zanahoria rallada.
Agregamos un poco de sal, el azúcar, pimienta negra, la salsa de pescado y el huevo.
Lo mezclamos todo muy bien y lo dejamos marinar durante 1 hora en la nevera.
Hidratamos el papel de arroz con un paño húmedo sobre una tabla de madera, sólo por uno de los lados.
Ponemos un poco de relleno en la oblea y enrollamos hasta la mitad. Entonces doblamos los dos lados hacia dentro, y terminamos de enrollar. Para que se queden bien cerrados, humedecemos el borde de la oblea antes de terminar de cerrarla.
En una sartén calentamos abundante aceite de girasol y freímos los rollitos a fuego medio. Para que queden más crujientes, los vamos a freir dos veces. El primero unos 5 minutos, los sacamos, los escurrimos y los volvemos a freir con el aceite un poco más alto pero que no sea fuerte hasta que estén dorados.
Los volvemos a escurrir y listos para comer. Increíble como entrante acompañado de salsa nuoc cham.
Hoy vamos a hacer una sopa fría de remolacha típica de Lituania. Es extremadamente sencilla y sabrosa. Viene perfecto para almorzar o cenar en los calurosos días de verano.
Ingredientes para 4 personas:
1/2 litro de kéfir.
125 ml. de leche.
50 gr. de yogur.
50 gr. de remolacha picada muy fina.
50 gr. de pepino picado muy fino.
Sal y pimienta.
1 cucharada sopera de azúcar.
Cebollino picado.
Eneldo (mejor fresco).
Es tan, tan sencillo hacer esta sopa que lo único que hay que hacer, es mezclar en una fuente los ingredientes y revolver bien.
Para que esté más rico, lo mejor es dejarla reposar en el frigorífico toda la tarde y así cogerá su característico color rosado intenso.
¿A alguien se le ocurre una receta más sencilla?
Combina perfectamente con los kepta duona, el pan frito lituano.
En verano de 2014 decidimos viajar a Viena y Budapest. Para llegar hasta allí desde Granada, lo más barato era volar desde Málaga hasta Bratislava, en Eslovaquia. Está a algo más de una hora en bus de Viena. Ya que íbamos hasta allí, decidimos pasa una noche en la ciudad, y no nos arrepentimos.
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A las 6.05 de la mañana despegábamos con Ryanair rumbo a Bratislava, donde aterrizábamos sobre las 9.30 de la mañana. Salimos de la terminal y, justo enfrente, se encuentra la parada del bus. Allí nos surgió un pequeño problema.
Había leído por los foros que los revisores de bus de la ciudad, eran auténticos mastines que te echan literalmente a patadas si no llevas el billete correcto.
El billete había que sacarlo de una máquina con un millón de opciones que estaban solo en eslovaco. Como no había nadie más, elegimos una opción por el precio que había visto que costaba, 1.15€ más 0.15€ de suplemento por cada maleta (como lo lees).
Al rato llegó una muchacha y decidimos preguntarle. La muchacha hablaba castellano además. Nos dijo que habíamos comprado un billete sencillo más un perro. Como era barato decidimos no arriesgar y ahora si que sacamos el billete correcto. Pues como a mitad de camino, se subió el revisor. Era una montaña de señor con una cara de pocos amigos que asustaba. Nos comprobó el billete y sin problemas. La verdad es que el muchacho acojonaba.
Como en media hora llegamos a la parada final que era Hlavná Stanica, la estación principal de tren. Allí hicimos transbordo al bus nº93 (con el mismo billete) hasta bajarnos cerca del hotel en el centro de la ciudad.
Elegimos el Park Inn Danube, un hotelito de 4 estrellas frente a la colina del castillo por 48€ la noche, más 3€ de tasas que había que pagar en el alojamiento.
Vistas desde la habitación.
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Dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a buscar un supermercado. Queríamos comprar agua y un cepillo de dientes que me lo había dejado en casa.
En el súper nos encontramos un segundo problema. En los países del este que habíamos visitado, estaba muy extendido el agua con gas (con MUCHO gas). El problema es que, en todas las marcas, estaba todo en eslovaco (lógicamente). Sin traductor en los móviles por no tener roaming… pues como media hora nos llevó decidirnos. Nos arriesgamos y acertamos.
Como con la tontería iba siendo la hora de comer, nos fuimos paseando hasta un sitio que había fichado por los foros: el 1.slovak pub. Comida tradicional eslovaca a muy buen precio. Además, en la carta venía historia de la ciudad y de personajes históricos.
La comida estaba exquisita. Para beber, veía como casi todo el mundo tenía una jarra de cerveza enorme de color negro, así que decidí pedir cerveza eslovaca. Me puso una cerveza rubia (más tarde descubriría el contenido de aquellas jarras). La comido nos costó 25€ los dos.
Comimos como marqueses y nos fuimos paseando hasta el cercano Grasalkovičov palác, el palacio presidencial.
Se construyó en estilo rococó en el año 1760 por orden del conde Anton Grasalkovič (que más tarde sería presidente de la Cámara Real húngara).
Debido a numerosos sucesos a lo largo del siglo XX, el palacio sufrió importantes daños así que tuvo que ser restaurado durante la década de 1990. El 30 de septiembre de 1996 el palacio se convirtió en la residencia del Presidente de Eslovaquia.
Sus jardines son en la actualidad un parque público con una estatua del compositor bratislavo Jan Nepomuk Hummel.
Grasalkovičov palác.
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Volvimos caminando hacia el barrio antiguo, entrando por la Michalská brána, la puerta de San Miguel. Se trata de la única puerta de la fortificación de la ciudad que se conserva. Fue construida en el año 1758 y desde lo alto hay un mirador para observar todo el casco antiguo de la ciudad.
Michalská brána.
Desde aquí bajamos dando un paseo hasta Hlavné námestie, la plaza principal de la ciudad antigua.
En la plaza se encuentran numerosos monumentos y edificios históricos.
El más importante es, quizás, el Stará radnica, el antiguo ayuntamiento. Es un complejo de edificios construido en el siglo XIV. Es el ayuntamiento más antiguo de toda Eslovaquia y uno de los edificios de piedra más antiguo de la ciudad(la torre data de 1370). El ayuntamiento fue creado en el siglo XV conectando tres casas y luego pasó por varias reconstrucciones en el transcurso de los siglos.
Alberga el museo más antiguo de Bratislava, el Museo de la Ciudad de Bratislava, fundado en 1868, que presenta una exhibición de la historia de la ciudad y una exhibición de dispositivos de tortura.
Stará radnica.
En la Hlavné námestie también se encuentra la Maximiliánova fontána, la fuente de Maximiliano. Mandada a construir por el rey de Hungría Maximiliano II en 1572 para abastecer de agua a la población de la ciudad.
Maximiliánova fontána.
En la plaza también se encuentran varias curiosas esculturas de bronce, que además de aquí, se encuentran algunas más repartidas por toda la cuidad vieja de Bratislava.
En un banco en plena plaza se encuentra apoyado en un banco Socha Napoleona, el soldado napoleónico. La leyenda cuenta que representa a un soldado del ejército de Napoleón herido que se enamoró de una enfermera durante una de las ocupaciones de la ciudad por los franceses, y se quedo a vivir en Bratislava.
En otra esquina de la plaza se encuentra también la escultura Strážna búdka, el puesto de guardia que, a su vez, es una fuente de agua potable sirve como recordatorio del puesto histórico de la guardia en la plaza principal que funcionó desde el siglo XVII hasta los años 60.
Y la última estatua de bronce de la plaza, se encuentra en la esquina con la calle Rybárska brána. Se trata de Schöne Náci, cuyo nombre real es Ignác Lamár.
Fue un reconocido personaje de la ciudad de mediados de siglo XX. Hijo de un zapatero y nieto de un famoso payaso, se inspiró en el ejemplo de este último para traer felicidad a las calles de la ciudad. Caminó por el casco antiguo y, en particular, el tramo desde la puerta de Michael hasta el río. Vestía sombrero de copa y colas, saludando a las mujeres con las palabras, “beso tu mano” en alemán, húngaro y eslovaco.
Schöne Náci.
Un poco más abajo, en el cruce entre la calle Rybárska brána, Panská y Laurinská, se encuentra la más famosa de la esculturas de bronce: Čumil. También conocido como Man at Work, la estatua de un obrero saliendo de una alcantarilla. Hace algunos años, el ayuntamiento tuvo que señalizar la escultura ya que fue atropellada en varias ocasiones perdiendo la cabeza.
Volvimos sobre nuestros pasos para visitar la manzana en la que se encuentra el antiguo ayuntamiento de la ciudad. En la parte trasera se encuentra el Primaciálny palác, el Palacio del primado.
Construido entre 1778 y 1781 en estilo clasicista, fue el monumento más importante de la ciudad en este estilo y fue la antigua sede del Arzobispo de Esztergom. Hoy en día, el palacio es la sede del alcalde de la ciudad. Algunas de sus partes sirven para la exposición de la Galería de la Ciudad de Bratislava.
En el patio interior del palacio se encuentra una cafetería y la Fontána sv. Juraja, que data del siglo XVII. Representa al santo patrón del arzobispo Juraj Lippay, San Jorge en un caballo con una lanza lucha con un dragón de tres cabezas.
La fuente de piedra se encuentra en un tanque octogonal. Originalmente, se encontraba en el jardín del Palacio Arzobispal de Verano, que también albergaba otras obras de arte. La trasladaron al patio en 1930.
Cuenta la leyenda que durante la noche de San Jorge, el jinete desmonta y golpea los cuatro lados del mundo con su lanza y luego vuelve a su caballo.
Seguimos paseando un poco por la zona de camino hacia el Bratislavský Hrad, el castillo de Bratislava.
Poco antes de llegar a la colina del castillo, nos encontramos con la Dóm sv. Martina, la Catedral de San Martín. Construida en estilo sacro gótico entre 1311 y 1510. Es la iglesia más grande y más importante de Bratislava y una de las más grandes de Eslovaquia. Desde el 14 de febrero de 2008 es la iglesia principal de la recién establecida Arquidiócesis de Bratislava.
Dóm sv. Martina desde el castillo.
Cruzando la autovía llegamos al recinto del castillo, al que entramos atravesando la Žigmundova brána, la puerta de Segismundo, desde la que se empiezan a divisar bonitas vistas de la ciudad.
Žigmundova brána.
El Bratislavský Hrad, se empezó a construir en el siglo X en lo alto de la colina en la que, desde tiempos inmemoriales existieron asentamientos celtas, romanos, alemanes, eslavos y húngaros.
Los inicios del castillo de hoy datan del siglo XIII. En el siglo XV, el castillo original se había quedado pequeño, así que fue demolido y reemplazado por el edificio que aún se conserva.
La última reconstrucción importante en el siglo XVIII convirtió el castillo en una lujosa residencia barroca con elegantes jardines franceses.
En 1811, todo el castillo fue completamente destruido por un gran incendio. Fue reconstruido en la segunda mitad del siglo XX.
Hoy en día el castillo alberga el Museo de Historia de Eslovaquia. En el patio del castillo se encuentra Jazdecká socha Svätopluka, una estatua ecuestre de bronce que representa a Svätopluk , el tercer gobernante de la Gran Moravia, y, justo debajo, la Leopoldova brána, la puerta de Leopoldo.
Desde aquí, las vistas de la ciudad y del Danubio son impresionantes. Sólo por eso ya merece la pena subir hasta aquí.
Después de recorrer el castillo nos fuimos dando un paseo hacia la ciudad vieja a cenar. Cenamos en un restaurante de comida eslovaca para turistas en el centro. Su nombre era Cafe Verne y no salió caro. Tras la cena nos fuimos a dormir. El día siguiente iba a ser largo y, sin saberlo aún, un poco infernal.
Nos levantamos temprano, hoy toca excursión por el Danubio hasta el Devínsky hrad, el castillo de Devín, a unos 12 km de Bratislava por carretera. Pero nosotros lo íbamos a hacer por un pequeño crucero por el Danubio.
Para ello nos fuimos a la terminal de la empresa LOD que por 8€ por persona te lleva de ida y vuelta hasta el Castillo de Devín. La ida tarda una hora y media y vas disfrutando del paisaje del Danubio y la vuelta la hace en tan solo 30 minutos.
A las 10 de la mañana salía el crucero rumbo al castillo. El trayecto era precioso salvo por una pega, el barco era cerrado y no tenía aire acondicionado. El calor era infernal pero tenía cantina.
Allí descubrí lo que era la bebida negra del día anterior en el pub donde comimos. Se trata de Kofola, la cocacola comunista. Un refresco carbonatado original de la época soviética de la extinta Checoslovaquia y que gana por goleada en consumo al resto de bebidas internacionales. A 0.50€ la jarra de medio litro fría… allí que me aventuré a probarla.
La verdad es que el sabor es bastante perrete pero con tanto calor entraba muy bien. Lo malo iba a ser las consecuencias que me iba a acarrear más tarde y que contaré en su momento.
Pues bien. Sobre las 11.30 salíamos del calor infernal del barco al fresquito del campo eslovaco. Desde el pequeño muelle hay un agradable paseo por la ribera del Danubio hasta llegar al castillo.
Devínsky hrad, son las ruinas de un castillo gótico construido en el siglo IX y tiene una de las historias más turbulentas y ricas de Eslovaquia.
La existencia del antiguo asentamiento fortificado se asocia con la presencia de grupos étnicos celtas y posteriormente romanos en Eslovaquia.
El castillo fue testigo de la gloria y la caída de Gran Moravia. Tras la caída del imperio, el castillo cayó en desuso y en 1809 fue destruido por las tropas napoleónicas.
Poco queda del castillo pero la verdad es que tanto las ruinas, como el entorno, como las vistas, son realmente impresionantes. Ademas de ser uno de los sitios con más historia del país.
Merece mucho la pena invertir una mañana en su visita. La entrada tan solo cuesta 4€.
A la bajada había una especie de feria medieval en las que habían juegos y actividades de la época.
A las 13.30 tomamos el barco de vuelta hacia la ciudad, donde llegamos media hora más tarde.
Como teníamos algo de prisa porque teníamos que coger el bus a Viena, así que decidimos comer en un McDonald junto al hotel. Rápido y barato. Pero como a mitad de la comida empecé a sentirme un poco regular del estómago.
Después de comer, tuve que salir corriendo al baño del hotel, que estaba más limpio que el del McDonald. Después de 2 visitas al baño y de sentirme realmente mal, me tomé unos fortasec (2 y como no hacía efecto, otros 2) y nos fuimos a la cercana Bratislava most snp flixbus busstop 2. Es la estación de bus desde la que salía nuestro bus a Viena. Achaco el malestar a efectos producido por la kofola ya que es lo único extraño que ingerí ese día.
A las 16.05 salió el bus hacia Viena (de la empresa Blaguss) que tardó alrededor de una hora en llegar a la Vienna International Busterminal. Durante el viaje empecé a sentirme mejor y, cuando llegamos a Viena ya estaba recuperado. El billete nos costó 7,20€ cada uno.
La verdad es que la desconocida Bratislava me pareció una ciudad preciosa con una gente encantadora (puede que de normal los revisores del bus también lo fueran). Diría que hubiéramos necesitado al menos dos días completos para visitarla completa con tranquilidad, pero no esperábamos que fuera a ser tan sorprendente. Habrá que volver.
Aquí les dejo un mapa con todos los puntos que visitamos en ese viaje:
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Hoy vamos a hacer el, posiblemente, plato más conocido de Polonia: Pierogi Ruskie. Una especie de empanadillas cocidas. Receta sencillita y rica.
Ingredientes para la masa:
100 gr. de harina.
20 gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
40 ml de agua caliente.
1 cucharadita de sal.
Ingredientes para el relleno:
100 gr. de papas.
100 gr. de requesón.
1 cebolla pequeña.
1 cucharada de mantequilla.
Sal y pimienta.
Primero vamos a hacer el relleno. Pelamos las papas, las cortamos pequeñas y las ponemos a cocer. Las sacamos cuando estén hechas pero no demasiado.
Machacamos las papas y le echamos el requesón y mezclamos. Mientras vamos pochando la cebolla picadita pequeña en una sartén con mantequilla.
Cuando empiece a estar morenita, echamos la mayor parte de la cebolla en el bol con las papas y el requesón y reservamos el resto para echarla por encima de los pierogi. Agregamos a la mezcla sal y pimienta al gusto.
Para hacer la masa, ponemos la harina en una fuente haciendo un volcán y en su interior echamos la mantequilla y la sal y luego el agua caliente. Mezclamos con un tenedor hasta que la masa empiece a ser pegajosa y se haya enfriado para seguir amasando a mano, volcándola sobre una superficie limpia con un poco de harina.
Cuando tengamos una masa homogénea la aplanamos con la ayuda de un rodillo hasta que tengamos una lámina como de 1 mm de grosor. Entonces cogemos un vaso de unos 10 cm de diámetro vamos recortando la masa.
Rellenamos las obleas con un poquito de relleno en el centro, pero que no llegue hasta los bordes para poder cerrarlas. Las cerramos aplastando los bordes con los dedos.
Cocemos los pierogis en una olla tapada con el fuego medio-fuerte con un chorrito de aceite en el agua durante 10 minutos. Si echamos los pierogis justo antes de que rompa a hervir el agua, evitaremos que se abran.
Una vez cocidos, los pasamos por la plancha vuelta y vuelta y, ya en el plato, le echamos la cebolla que habíamos reservado por encima.
!Y listos para comer! ¡Buen provecho!
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Nos vamos a pasar frío a Varsovia, la capital de Polonia. Un país en el que estuvimos ya en el año 2012 y, posiblemente, uno de mis países europeos preferidos.
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El vuelo sale desde el aeropuerto de Málaga a las 15.10 con la compañía Norwegian. Cuatro horas después llegábamos al aeropuerto de Varsovia-Chopin. Según llegamos, nos fuimos a un cajero a sacar dinero. La moneda de Polonia es el złoty (PLN). 1PLN son aproximadamente 0.22€.
Ya con dinero fresco, nos subimos en el bus 175. El viaje nos costó 4.40PLN (0.97€). Media hora después nos bajábamos en la parada Cemtrum 05, junto al espectacular Palacio de Cultura.
Pałac Kultury i Nauki.
Buena impresión de la ciudad nada más llegar.
Aunque si prefieres la comodidad, puedes contratar un servicio de traslado hasta la puerta del hotel.
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El hotel estaba junto a la parada de bus. Elegimos el Novotel Warszawa Centrum, un 4 estrellas de nueva construcción por 39€ la noche. Un precio increíble.
Nada más entrar al hall del hotel, nos encontramos que esa noche celebraban la noche andaluza. Tócate un pie.
Como ya era muy tarde, dejamos las cosas y nos fuimos a cenar.
Cenamos en un sitio cercano llamado Sphinx. Es una cadena de restaurantes que hay por toda la ciudad y que sirven comida polaca e internacional. Estaba bastante bueno y era barato.
Tras la cena, a dormir.
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27 de febrero
Nos levantamos bien temprano y nos fuimos a la calle.
Lo primero fue pasarnos por el cercano Pałac Kultury i Nauki, el Palacio de Cultura y Ciencias.
Construido entre 1952 y 1955 e inaugurado con el nombre de Palacio de Cultura y Ciencia Józef Stalin. Se llamó así hasta 1956 y es un claro ejemplo de arquitectura de realismo social.
Fue un regalo del pueblo soviético a la nación polaca. Fue diseñado por arquitecto soviético Lev Rudniwa. Este se inspiró en los rascacielos de Moscú (conocidos fuera de Rusia como las Siete Hermanas).
Junto con el soporte de antena, que es una parte integral de la aguja , tiene una altura de 237 metros.
Pałac Kultury i Nauki.
El palacio es la sede del Consejo de la Ciudad Capital de Varsovia, que se reúne en el Salón de Varsovia.
También es la sede de muchas empresas y servicios públicos. Incluye cuatro teatros, tres museos, cine, Collegium Civitas, autoridades de la Academia de Ciencias de Polonia y la Comisión Central de Grados y Títulos (casi nada).
La verdad es que el edificio es grotescamente gigantesco.
El Palacio de Cultura y Ciencia aún despierta emociones vívidas entre los habitantes de Varsovia. Aunque cuenta con numerosos partidarios, especialmente entre la generación más joven de Varsovia.
Los opositores a la presencia continua de este edificio en la capital lo consideran un símbolo del dominio soviético sobre Polonia. Esto indica que su construcción comenzó en los años del estalinismo más profundo, cuando Polonia estaba completamente subordinada a la URSS.
Junto al palacio se encuentra la Plac Defilad (Plaza del Desfile). Construida en los años 50, a la misma vez que el Palacio de Cultura para utilizarlo, principalmente, para realizar desfiles de propaganda comunista.
Tras la caída del bloque comunista, pasó a ser un mercado. Hoy en día, ya sin el mercado, aún se debate que hacer con ella. La verdad es que es un sitio feísimo…
Si prefieres enterarte bien de la historia con un buen guía, siempre puedes contratar un fabuloso Free Tour por Varsovia.
Desde aquí nos subimos a la línea 4 de tranvía para ir hasta Stare Miasto. El billete nos costó 4.40PLN (0.97€) que es el precio del billete sencillo.
El Stare Miasto w Warszawie es el casco antiguo medieval de Varsovia. Está rodeado por un anillo de murallas defensivas de los siglos XIV al XVI.
Nos bajamos del tranvía junto a la plac Zamkowy, la plaza en la que se encuentra el Castillo Real y la Columna Vasa Sigismund III.
Kolumna Zygmunta III Wazy es una estatua del Rey Vasa Segismundo III. Fue construida entre los años 1643 y 1644 por orden de Władysław IV Vasa. El diseño es de Augustyn Locci y Constantino Tencalli.
El monumento fue restaurado en los años 1885-1887 y 1929-1931.
Fue destruido por los alemanes en septiembre de 1944 y reconstruido en 1948-1949.
Kolumna Zygmunta III Wazy.
El Rey Vasa Segismundo III fue Rey de Polonia y Gran Duque de Lituania entre 1587 y 1632. También fue Rey de Suecia entre 1592 y 1599. Durante el reinado de Segismundo III, la Mancomunidad polaco-lituana alcanzó su extensión más grande.
En la misma plaza se encuentra el Zamek Królewski w Warszawie, el Palacio Real. Originalmente fue la residencia de los príncipes mazovianos. Desde el siglo XVI es la sede de las autoridades de la Primera República de Polonia.
En su larga historia, el Castillo Real fue saqueado y devastado en repetidas ocasiones. Por los ejércitos suecos, de Brandeburgo, alemanes y rusos.
En 1944, al igual que la mayor parte de Varsovia, quedó destruido prácticamente por completo.
No fue hasta 1971 cuando se empezó su reconstrucción. En 1980 el Castillo Real, junto con el casco antiguo, fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Zamek Królewski w Warszawie (Palacio Real).
Zamek Królewski w Warszawie (Palacio Real).
Desde el castillo nos acercamos a la cercana Rynek Starego Miasta Warszawa, la plaza del mercado del centro histórico. Rodeada de edificios muy singulares, con numerosos detalles muy curiosos y llamativos.
En el centro se encuentra una fuente con la escultura de la Sirenita de Varsovia. Es uno de los símbolos de la ciudad y que, además, se encuentra en su escudo.
Rynek Starego Miasta Warszawa (Plaza del mercado)
Sirenita de Varsovia.
Ese fin de semana habían montados algunos puestecillos que tenían toda la pinta de ser navideños, aunque estábamos a finales de febrero ya.
También había instalada alrededor de la Sirenita una pequeña pista de patinaje sobre hielo… no veas el frío que hacía…
Desde luego merece mucho la pena dedicar tiempo a admirar los detalles de cada edificio. Espectacular.
Tras un minucioso paseo, volvimos en dirección al Palacio Real. Entre ambas plazas se encuentra la calle Świętojańska. En ella se encuentran varios edificios singulares.
El primero es el Sanktuarium Matki Bożej Łaskawej, la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia. La iglesia se construyó entre los años 1609 y 1626. Se desconoce el arquitecto aunque se cree que pudo ser Jan Frankiewicz. Este fue el constructor y creador de la iglesia Vilniaus Šv. Kazimiero bažnyčia en Vilnius (Lituania).
Es un edificio que combina elementos de la arquitectura italiana con elementos de la arquitectura del norte de Europa. En la construcción de la iglesia, también puedes ver elementos característicos de Polonia, incluyendo Bóveda de Lublin.
Sanktuarium Matki Bożej Łaskawej, (Iglesia de Nuestra Señora de Gracia)
A su lado se encuentra la Bazylika Archikatedralna w Warszawie p.w. Męczeństwa św. Jana Chrzciciela (no veas el nombrecito). La Basílica archicatedral de San Juan Bautista Mártir.
Se trata de un templo católico del siglo XIV; sede de ceremonias nupciales, coronaciones y sepelios reales.
En la basílica se encuentra el sepulcro del Primado Stefan Wyszyński. En sus criptas las tumbas de los príncipes de Mazovia, de arzobispos de Varsovia, del último rey polaco, Estanislao II Augusto Poniatowski, del presidente de Polonia Gabriel Narutowicz y del escritor, laureado con el Nobel de literatura, Henryk Sienkiewicz.
La iglesia hasta el siglo XIX fue un edificio de estilo gótico. Entre 1836 y 1840, el templo fue reconstruido según el diseño de Adam Idźkowski al estilo del gótico inglés.
El templo fue destruido casi por completo por los alemanes en 1944. El fragmento mejor conservado del templo en ruinas fue la capilla Baryczków.
Fue reconstruida entre 1948 y 1956 siguiendo el modelo de los planos de la iglesia original del siglo XIV.
Archikatedralna w Warszawie p.w. Męczeństwa św. Jana Chrzciciela (Basílica archicatedral de San Juan Bautista Mártir)
Desde la plaza Zamkowy sale la calle Krakowskie Przedmieście en la que se encuentran varios edificios importantes.
Lo primero con lo que nos encontramos, fue curiosamente un banco musical. Resulta que en algunos sitios claves ha colocado estos bancos interactivos en los que suenan melodías de Chopin. Incluso hay una ruta a seguir. La puedes encontrar en la web: http://es.chopin.warsawtour.pl/
Si tienes tiempo, puedes hacer un bonito tour de Chopin en Varsovia.
Enfrente del banco musical nos encontramos con Kościół Akademicki św. Anny, la iglesia de Santa Ana. Fue construida en el siglo XV junto a un monasterio bernardino fundado por la princesa Anna Fiodorówna. Es considerada una de las iglesias más bonitas de toda Polonia.
En el campanario de la iglesia se encuentra un mirador con vistas al casco antiguo de la ciudad y a la parte de Varsovia situada en la margen derecha del Vístula. El precio de la entrada es de 6PLN (1.32€).
Kościół Akademicki św. Anny (Iglesia de Santa Ana).
En el pequeño patio que se encuentra entre el campanario y la nave de la iglesia había instalado un pequeño mercadillo de artesanía.
Seguimos paseando por la calle Krakowskie Przedmieście. Vamos admirando los preciosos edificios que hay a ambos lados de las calles hasta llegar al monumento a Adama Mickiewicza. Junto con Juliusz Słowacki y Zygmunt Krasiński (conocidos como los Tres Wieszczów), fue considerado el mejor poeta del romanticismo polaco y de la literatura polaca.
Monumento a Adama Mickiewicza.
Se le conoce sobre todo por ser el autor de la epopeya nacional Pan Tadeusz. Es considerada la última gran epopeya de la nobleza polaco-lituana.
Desde aquí subimos por la calle Trębacka hasta llegar a la Plac Józefa Piłsudskiego (plaza Piłsudski). Es una gigantesca plaza en la que se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido.
Tumba del Soldado Desconocido.
La plaza surgió en 1791 como patio del palacio de los Sajones dispuesto al uso público.
Fue destruida durante la II guerra mundial. Tan solo se conserva el fragmento en el que se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido.
En la actualidad en ella tienen lugar importantes celebraciones estatales relacionadas con la historia de Polonia. Durante la celebración del Día de la Independencia, el 11 de noviembre, se reúnen en la plaza multitudes de varsovianos para participar en los festejos, que terminan con un desfile de las fuerzas armadas en dirección al Museo del Ejército Polaco.
Como ya hemos comentado, en la plaza se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido. Es el sepulcro simbólico destinado a honrar a los héroes sin nombre que cayeron en la lucha por la libertad de Polonia. Junto a la tumba arde una llama eterna que es custodiada por una guardia de honor.
Tumba del Soldado Desconocido.
Aquí también se alza una cruz que recuerda la visita del Papa Juan Pablo II a Varsovia.
Junto a la plaza Piłsudski se encuentra el parque Ogród Saski. Originalmente fuecun jardín geométrico francés fundado entre 1724 y 1748 para el rey Augusto II el Fuerte como jardín del palacio de los Sajones.
Fue devastado durante el Levantamiento de Kościuszko (1794) y reconstruido entre 1816 y 1827 como un jardín de estilo inglés. Fue diseñado por James Savage.
A partir de primavera tiene que ser impresionante. En invierno, con todos los árboles pelados, tiene un aspecto muy desangelado.
Estando por allí, sobre las 12 del mediodía se produjo el cambio de guardia. La verdad es que no era un espectáculo como el de Londres. Se bajaban de un vehículo tres soldados. Supongo que uno de mayor rango que es el que supervisó la operación. Cambiaron dos por otros dos, y se volvieron los anteriores con el que suponemos que es de mayor rango.
Después de cambio de guardia nos fuimos por la calle Ossolińskich Śródmieście. Esta conecta directamente con el Pałac Prezydencki, el palacio presidencial.
Se construyó a mediados del siglo XVII por orden del rey Władysław IV en estilo barroco. Después de ser reconstruido varias veces, su aspecto actual data del año 1818. Sufrió un grave incendio en el año 1852 que destruyó la nave central. Se reconstruyó y fue inaugurado en el año 1856. Durante el levantamiento de Varsovia no sufrió daños.
Pałac Prezydencki (Palacio Presidencial).
A su lado, volviendo hacia el Palacio Real, se encuentra la Kościół pw. Wniebowzięcia NMP i Świętego Józefa, la Iglesia de la Asunción de la Virgen María y de su esposo San José, construida en el siglo XVII para los mojes de la orden de los Carmelitas Descalzos.
En la parte trasera de la iglesia se levanta el antiguo monasterio, en el que en la actualidad tiene su sede el Seminario Metropolitano Superior.
Kościół pw. Wniebowzięcia NMP i Świętego Józefa.
Kościół pw. Wniebowzięcia NMP i Świętego Józefa.
Al otro lado del Palacio Presidencial, se encuentra el Hotel Bristol. Construido a principios del siglo XX, es uno de los hoteles más antiguos y lujosos de Polonia. En él se celebraban elegantes bailes y recepciones y era lugar de encuentro de de la flor y nata de la sociedad, la cultura y la política.
Hotel Bristol.
Muy cerca del hotel se encuentra la Kościół Świętego Krzyża, la Iglesia de la Santa Cruz, construida en el siglo XVII. Fue aquí donde, en el año 1683, el rey Juan III Sobieski encomendó la patria a Dios antes de partir en la expedición que salvó a Viena de los turcos. El rey ganó la guerra, gracias a lo cual salvó a Europa de la invasión turca.
Kościół Świętego Krzyża (Iglesia de la Santa Cruz).
En los pilares del templo fue empotrada una urna que contiene los corazones del compositor Fryderyk Chopin y del escritor, laureado con el Nobel de literatura, Władysław Reymont.
Delante de la fachada, en la escalera principal, se halla una figura de Jesucristo cargando una cruz con la inscripción “Sursum Corda” (Arriba los Corazones) en su pedestal.
Al final de la calle, donde empieza la calle Nowy Świat, nos encontramos el Pałac Staszica, el Palacio Staszic. Fue construido a principios del siglo XIX, gracias al esfuerzo del sacerdote y distinguido activista del siglo luces Stanisław Staszic, en el lugar en que antes se encontraban las ruinas de un monasterio dominico y mucho antes una capilla ortodoxa.
Durante la época de las anexiones el palacio fue remodelado y decorado al estilo bizantino ruso.
Se encontraba aquí el liceo conocido como ruso y una iglesia ortodoxa, que pretendía remitir a las tradiciones ortodoxas del lugar.
A principios del siglo XX el palacio recobró su aspecto clásico. En la actualidad es sede de la Academia Polaca de Ciencias y de la Sociedad Científica de Varsovia.
Justo delante se encuentra Pomnik Mikołaja Kopernika, el monumento dedicado al matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, diplomático y economista (casi nada) Nicolás Copérnico.
Pałac Staszica y Pomnik Mikołaja Kopernika.
Como ya era la hora de comer, nos fuimos en busca de un sitio que había fichado trasteando por los foros llamado Bar mleczny familijny en la calle Nowy Świat. Lo encontramos facilmente y allí que entramos.
Se trata de un tipo de restaurante llamados Bares de leche (traducción literal de Bar mleczny). Fundados a finales del siglo XIX, su expansión por todo el país llegó en tiempos de la República Popular de Polonia, cuando las autoridades socialistas abrieron restaurantes de este tipo para los obreros sin cantina en sus puestos de trabajo.
Debe su nombre al hecho de que se utilizan productos lácteos y verduras en el menú, si bien hoy se sirven platos de la cocina polaca tradicional.
Como en los que habíamos estado en Cracovia en 2012, la carta estaba en la pared y era únicamente en Polaco. Como eso del roaming no se estilaba, elegimos a dedo.
Hicimos cola para pedir en una especie de taquilla, donde había una señora tras un ventanuco a la que pagábamos directamente. Luego otra cola hacia otra ventana que daba directamente a la cocina en la que nos sirvieron la comida.
Recogimos nuestros platos y nos sentamos en una mesa. Unos minutos después, oíamos a la señora de la cocina gritar y gritar. En esto, la señora (bastante mayor) de la mesa de al lado, se volvió y nos dijo en un casi perfecto castellano, que lo que gritaba era un plato para nosotros.
La comida estaba bastante rica, salvo el último plato que era un plato de arroz con algo que me recordaba un poco a la morcilla de arroz. Eso estaba bastante malo.
Y por supuesto, como todos los bares de leche, exagerado de barato. Comimos en total por unos 10€ los dos, dos entrantes y dos platos.
Después de comer nos volvimos sobre nuestros pasos hasta el Muzeum Fryderyka Chopina, el museo de Chopín ubicado en el Castillo Ostrogski. Se trata de un museo biográfico dedicado a Fryderyk Chopin creado en 1955 por la Sociedad de Fryderyk Chopin. El museo expone unos 7.000 objetos incluyendo manuscritos, cartas y otros recuerdos del compositor.
El museo se encuentra en el Castillo Ostrogski, construido a finales del siglo XVII en estilo barroco.
En 1858, el palacio se convirtió en la sede del Instituto de Música de Varsovia.
En el año 1944 los alemanes incendiaron el castillo reduciéndolo a cenizas. Después de la guerra, las ruinas fueron entregadas a la Sociedad Fryderyk Chopin.
Su reconstrucción se inició en 1949 siguiendo el aspecto original del siglo XVII basado en dibujos de Tylman de Gameron almacenados en la sala de impresión de la biblioteca de la Universidad de Varsovia. La entrada cuesta 22PLN (2015), unos 4.80€.
Muzeum Fryderyka Chopina.
Después del museo, nos dedicamos a pasear por la zona de los alrededores de la calle Nowy Świat.
La verdad es que los edificios son, en su mayoría una preciosidad.
Si algo me gustó de Varsovia, es el contraste entre edificios clásicos de las zonas más antiguas de la ciudad con las inmensas moles de la arquitectura brutalista de la época socialista. Algo que unos años más tarde volvería a recordar en Bucarest.
Andando andando llegamos a la Kościół pw. św. Aleksandra, la Iglesia de San Alejandro. Se encuentra el la plaza Trzech Krzyży y fue construida entre 1818 y 1826 en estilo clásico en honor del zar Alejandro I. La iglesia fue destruida por los bombardeos alemanes en 1944 y reconstruida entre 1949 y 1952.
Como estábamos bastante cansados después de tanto caminar, decidimos irnos a descansar un poco al hotel, pero solo un poco. No había tiempo que perder.
Ya con la noche caída pero aún muy temprano, nos fuimos hacia el Stare Miasto para contemplarlo a las luces nocturnas. Pero antes, nos impactó mucho el espectacular y gigantesco Palacio de Cultura iluminado con luces violetas.
Bajo un frío bastante interesante, nos bajamos del tranvía junto al Castillo Real. Nos fuimos directamente hasta la Plaza del Mercado, en la que ya estaban abiertos los puestos de artesanía que habíamos visto por la mañana cerrados. Había bastante ambientillo en la plaza esa noche a pesar del frío, que supongo que para los polacos no sería tanto.
Nos fuimos de nuevo hacia la Plaza Zamkowy.
Vamos a recorrer los restos de la muralla que rodea Stare Miasto, que fue construida en el año 1548 Giovanni Battista el Veneciano.
A lo largo de la muralla podemos ver diferentes monumentos como Pomnik Katyński w Warszawie, que conmemora a las 21.768 ciudadanos polacos víctimas de la masacre de Katyn en 1940, diseñada por el escultor Andrzej Renes. El Pomnik Jana Kilińskiego, líder de la Insurrección de Kościuszko en Varsovia en el año 1794.
Y el Pomnik Małego Powstańca, el monumento al Pequeño Insurgente, dedicado a los a los niños heroicos que lucharon contra los ocupantes durante el Alzamiento de Varsovia, en el año 1944.
Ya casi al final de la muralla se encuentra la Barbacana, construida también alrededor de 1548 aumentar la seguridad de entrada al Viejo Varsovia a través de la Puerta de la Ciudad Nueva y proporcionar una defensa lateral de los muros vecinos. Fue destruida durante el asedio de Varsovia en 1939 pero se restauró entre 1952 y 1954 con su aspecto original.
En la Barbacana hay una exposición del Museo de Varsovia dedicada a los muros defensivos del Viejo Varsovia, pero solamente abre en verano.
Seguimos dando un paseo buscando un sitio para cenar. Lo hicimos en otro local de la cadena Sphinx, que estaba en la calle Nowy Świat, que estaba justo enfrente del sitio donde habíamos comido a mediodía.
Después de cenar nos fuimos al hotel a descansar para poder madrugar y aprovechar tan bien el día como hoy.
28 de febrero
Volvemos a madrugar para no perder las costumbres. Hoy nos toca ruta de la Varsovia judía. Lo primero que hicimos fue llegarnos a uno de los Zabytkowa Ściana Byłego Getta Żydowskiego, que son fragmentos del muro del gueto que los alemanes levantaron en la ciudad en los que se encuentran placas conmemorativas. Nosotros visitamos el de la calle Złota, que estaba cerca del hotel y de camino a la sinagoga.
Por el camino nos pasó algo curioso. Yo con mi cámara en mano y con una pinta de turistas que no podíamos con ella, se me acercó un chaval preguntándome algo en polaco… curioso. Una anécdota más.
Desde aquí nos dirigimos a la Synagoga Nożyków, a unos 10 minutos andando. Construida entre 1898 y 1902, es la única sinagoga que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. Es la principal sinagoga de la Comunidad Religiosa Judía en Varsovia y la sinagoga en la que está activo el Gran Rabino de Polonia Michael Schudrich.
En 1940 durante la ocupación nazi, los alemanes la usaron como establos pero tras la creación del gueto ese mismo año, quedó en su interior.
Desde la sinagoga, tomamos la línea 1 de metro en la estación Swietokrzyska hasta la estación Dworzec Gdański.
A unos 10 minutos andando de la estación se encuentra la Pomnik Umschlagplatz. Es un monumento que “simula” un vagón de tren situado en donde se encontraba un patio de transbordo desde donde, entre 1942 y 1943, los alemanes deportaron al campo de exterminio en Treblinka y campamentos en el distrito de Lublin a más de 300.000 judíos del gueto de Varsovia. En el se encuentran inscritos 400 apellidos judíos polacos.
Pomnik Umschlagplatz.
A unos 5 minutos andando se encuentra el Pomnik Bohaterów Getta w Warszawie, el monumento a los Héroes del Gueto de Varsovia. Fue construido en 1948 y erigido cerca del sitio de la primera lucha de combatientes judíos contra los nazis durante el levantamiento del ghetto de Varsovia en abril de 1943.
El museo se encuentra justo enfrente del Museo de Historia de los Judíos Polacos.
Pomnik Bohaterów Getta w Warszawie.
Desde aquí, nos fuimos dando un paseo entre edificios de la época socialista (no se puede negar) hasta el cercano Pałac Krasińskich. Se trata de un palacio construido entre 1677 y 1695 en estilo barroco. El 27 de agosto de 1944, durante el levantamiento de Varsovia, el palacio fue bombardeado por aviones alemanes, muriendo 27 insurgentes y siendo calcinado casi por completo el palacio. Su reconstrucción empezó en 1948 y desde 1961 es la sede de las colecciones especiales de la Biblioteca Nacional (manuscritos y grabados antiguos).
Pałac Krasińskich.
Justo detrás, se encuentra el Sąd Najwyższy, el Tribunal Supremo de Polonia. Y, a su lado, Pomnik Powstania Warszawskiego, el Monumento al Alzamiento de Varsovia.
Desde aquí nos fuimos dando un paseo por el Nowe Miasto admirando los impresionantes palacios que habían por allí.
Pasamos de nuevo por el Stare Miasto hasta llegar al Palacio Real.
Como ya empezaba a ser la hora de comer, decidimos hacerlo en un sitio que había fichado por los foros. Una pierogeria llamada Na bednarskiej pierogi, en la calle Bednarska.
Los pierogis son como una especie de empanadillas al vapor muy típicas de Polonia que están deliciosas. Además, el sitio es muy barato y las muchachas que lo atienden muy agradables, como casi todos los polacos.
Después de llenar la barriga de exquisita comida polaca, nos subimos al bus 180 para ir hasta el gigantesco y espectacular parque Real Łazienki Królewskie.
Es uno de los conjuntos de parques y palacios más grandes de Europa, fundado por el último rey polaco, Estanislao Augusto Poniatowski.
Su nombre, “Parque Real Łazienki”, se debe a que era primero una sala de baño, que fue transformada en palacio (łaźnia, en polaco, significa sala de baño).
En el terreno ocupado por el parque se hallan un gran número de edificaciones antiguas, entre las cuales la más importante es la residencia real de verano, Pałac na Wyspie, el Palacio en la Isla.
El Pałac na Wyspie se construyó entre 1683 y 1689 como el pabellón del jardín barroco, diseñado por el arquitecto holandés, Tylman van Gameren.
Fue concebido como un lugar de descanso, ocio y contemplación. Los interiores de la casa de baños fueron estilizados en una gruta con un manantial que simbolizaba el Hipocreno, una fuente en el Monte Helicón en la antigua Grecia, que fue la fuente de inspiración poética para las Musas.
Pałac na Wyspie.
En 1764, cuando buscaba un lugar para construir su residencia de verano, el rey Stanisław August compró la casa de baños junto con la finca Ujazdowski.
El Rey transformó el pabellón de la casa de baños en el Palacio neoclásico de la Isla. Siguiendo el modelo de las soluciones arquitectónicas italianas, como Villa Borghese, Villa Albani, Villa Medici y Villa Ludovisi, pretendía simbolizar el sueño de un estado ideal, moderno y soberano.
En 1944, los alemanes incendiaron el palacio reduciéndolo en su mayor parte a cenizas. Fue reconstruido entre 1945 y 1965.
El complejo del palacio está ubicado en una isla artificial rodeada por un estanque. Está conectado al continente por dos puentes coronados con columnas. También hay un anfiteatro junto al lago , y antes de la reconstrucción del palacio en 1767, se creó un jardín francés.
La verdad es que el edificio es espectacular. En esos días parecía haber algún tipo de festival de luces o algo porque habían muchas luces con formas de cosas así que decidimos esperar a la noche (que para eso de las 4 de la tarde estaba al caer…) paseando por el parque.
En la entrada principal del parque había una gran escultura dedicada a Frédéric Chopin. Es un monumento en estilo Art Nouveau que representa la figura de bronce del compositor sentado bajo un sauce estilizado.
Instalada en 1926, fue destruida en 1940 por los alemanes y usaron el bronce como materia prima industrial. Fue reconstruido y vuelto a instalar en el año 1958.
Ya caída la noche disfrutamos de un agradable (y frío) paseo por el parque contemplando las diferentes luces que habían instaladas y la preciosa iluminación de los palacios.
Para terminar bien la tarde, nos volvimos hacia el centro.
Tiempo atrás, mientras organizaba el viaje, descubrí la chocolatería Pijalnia Czekolady E.Wedel.
E. Wedel es una empresa fabricante de chocolates polaca. Ya años antes, cuando estuvimos en Cracovia, ya disfrutamos de las tabletas que podíamos encontrar en las tiendas.
Hay numerosos locales por todo el país, pero muy cerca del hotel se encontraba la tienda más antigua, inaugurada en 1894. Además de tienda es local en el que tomar exquisitos chocolates y espectaculares dulces.
La verdad es que es bastante caro para ser Polonia, pero los precios son parecidos a los de España aunque la calidad…. ¡buf! ¡ESPECTACULAR! Visita totalmente obligatoria. El local, además, conserva ese aspecto antiguo y señorial de la época.
Después del calentarnos un poco a base de chocolate, nos dimos otro pequeño paseo y nos fuimos a cenar, que se había hecho muy tarde, antes de que cerraran los restaurantes. Volvimos a cenar en otro local de la cadena Sphinx muy cerca del hotel. Cuando dejan de servir comidas se convierte en una cervecería así que aprovechamos para echar una cervecita antes de ir a dormir.
1 de marzo
Último día en la maravillosa ciudad de Varsovia y había que aprovecharlo. Nuevo madrugón y a la calle a pasar frío desde bien temprano.
Nos fuimos paseando hacia Stare Miasto callejeando y disfrutando de los contrastes arquitectónicos de la ciudad. Al llegar a la Plac Józefa Piłsudskiego, la plaza donde se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido, estaban haciendo algún tipo de celebración militar, ya que estaba lleno de ellos en formación y otros muchos con coronas de flores. La verdad es que no he conseguido encontrar la razón.
Después de verlo un ratillo, seguimos nuestro paseo hacia Stare Miasto. Fuimos callejeando observando la multitud de detalles de los edificios y rincones del casco viejo.
Desde aquí tomamos el tranvía hacia el barrio de Praga, el barrio cultural de Varsovia y que no fue dañado durante la Segunda Guerra Mundial.
Nos bajamos del tranvía junto a la Katedra Metropolitalna Św. Marii Magdaleny, la Catedral Metropolitana de Santa María Magdalena Igual a los Apóstoles, una iglesia ortodoxa construida entre 1867 y 1868.
Durante la Segunda Guerra Mundial no sufrió grandes daños. En 1939 la explosión de una bomba aérea causó daños menores en el tejado.
Seguimos paseando por el barrio cuando, de repente, un edificio multicolor nos llamó poderosamente la atención, se trata de Urząd Skarbowy Warszawa – Praga, un edificio del gobierno creemos que similar a Hacienda o la Agencia Tributaria en España.
Justo delante, en una placita, se encuentra el Pomnik Grajków, Monumento a la Banda de Músicos Ambulantes. Al principio, mandando un sms podías escuchar una de las 100 canciones clásicas polacas inscritas en el monumento, pero parece ser que fallaba mucho y ya no es posible.
En la misma manzana ya volviendo hacia la avenida principal se encuentra la Parafia Katedralna pw. Św. Michała Archanioła i Św. Floriana Męczennika (¡toma ya!), Catedral de San Miguel Arcángel y San Florian Mártir.
La iglesia fue construida entre 1887 y 1904 según el diseño de Józef Pius Dziekoński y consagrada en 1901. Fue volada al retirarse los alemanes en septiembre de 1944 y reconstruida con los esfuerzos de los habitantes de Praga, que duró hasta 1972.
Desde aquí volvimos a subirnos en el tranvía y nos fuimos hasta la parada Metro Ratusz-Arsenał 10, para darnos otro paseo en profundida por el Nowe Miasto.
En la animada calle Freta se encuentra el Muzeum Marii Skłodowskiej-Curie, el museo Marie Skłodowska-Curie. Dedicado a Marie Skłodowska-Curie en 1967 por la Sociedad Química Polaca, en el centenario del nacimiento de la física-farmacéutica y está situado en el edificio donde nació.
Muzeum Marii Skłodowskiej-Curie.
Muy cerca se encuentra la Rynek Nowego Miasta, Plaza del Mercado de la Ciudad Nueva. Fue construida a finales de los siglos XIV y principios del XV como el punto focal de la ciudad recién ubicada, adyacente al Stare Miasto.
Al principio la plaza del mercado se construyó con casas de madera, la mayoría de las cuales se incendiaron en un incendio en 1544.
Alrededor de 1497, existía un ayuntamiento de madera en la Plaza del Mercado, que luego fue reemplazado por un ayuntamiento de ladrillo en la década de 1830. En 1944, los edificios de la plaza fueron destruidos casi por completo.
Rynek Nowego Miasta.
En la plaza se encuentra la Kościół Sakramentek pw. św. Kazimierza Królewicza, la Iglesia de San Casimiro, construida entre 1688 y 1692 por orden de la reina consorte María Kazimiera Sobieska.
Se encuentra rodeada por el monasterio y pertenecientes a la Congregación de Hermanas Benedictinas de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento es considerado uno de los objetos arquitectónicos más valiosos y originales de Varsovia, debido a su cruz griega.
Muy cerca hay como unos bancos que hacen las veces de mirador que dan al río Vístula en el que se admiran bonitas vistas de la margen derecha del río.
Junto a los bancos hay un monumento dedicado a Marie Skłodowska-Curie y la Kościół Nawiedzenia Najświętszej Marii Panny w Warszawie, Iglesia de la Visitación de la Santísima Virgen María.
La iglesia fue construida en el sitio de un templo pagano en 1411 en estilo gótico y, por lo tanto, es uno de los templos más antiguos de Varsovia .
En 1581 se añadió un campanario gótico tardío. Entre los siglos XIX y XX fue reconstruida varias veces.
Durante la defensa de Varsovia en septiembre de 1939, fue dañada y quemada por los alemanes en 1944. Fue reconstruido en 1947-1966.
Después de descansar un poco nos fuimos dando un paseo hasta llegar a la pierogería donde habíamos comido el día anterior. Que mejor sitio para comer que uno conocido, rico y barato.
Con el estómago lleno, nos fuimos hacia el centro para, ya por último, contemplar los grandes edificios de la época socialista.
Fuimos paseando por la descomunal avenida Marszałkowska hasta llegar a la plac Konstytucji, la plaza Konstytucji, que se creó en 1952 como un elemento central de la gran fundación urbana realista socialista : el Distrito Residencial Marszałkowska.
La plaza fue, junto con el Palacio de Cultura y Ciencia, la inversión emblemática del período del realismo socialista (1949-1956) en Varsovia. El nombre se le dio para conmemorar la Constitución de la República Popular de Polonia adoptada por el Sejm Legislativo el 22 de julio de 1952, es decir, el día en que se pusieron en uso la plaza y todo el Distrito Residencial Marszałkowska.
Por último, nos acercamos a la Plac Zbawiciela, en la que se encuentra la Kościól parafialny Najświętszego Zbawiciela, la Iglesia del Santo Salvador, construida entre 1901 y 1903.
Antes de pasar a recoger las cosas para ir al aeropuerto, nos fuimos a despedirnos de la chocolatería del día anterior con un delicioso y calentito chocolate.
Pasamos por el hotel y nos fuimos a coger el bus 175 hacia el aeropuerto sobre las 6 de la tarde. Varsovia nos despedía con el Palacio de Cultura iluminado multicolor. Espectacular.
A las 19.50 despegábamos puntuales hacia Málaga, donde llegábamos sobre las 23.30. A por el coche y otra horita y media hasta Granada.
Balance del viaje
Como en 2012, Polonia nos enamoraba aún más. Una ciudad preciosa e impactante, con una historia increíble a sus espaldas. Una gente realmente encantadora y amable que, cuesta creer que sea un pueblo que ha sufrido tanto. Y una gastronomía… ¡buf!
Lo malo ha sido que fueron muy pocos días. Nos faltaron 2-3 días más. Pero nos sirve para saber que volveremos. Polonia enamora.
Aquí dejamos un mapa con todos los lugares visitados en ese viaje:
Hoy una receta típica vietnamita, que comimos varias veces en nuestra visita a Vietnam ya que era ligera y muy fresquita para combatir el húmedo calor vietnamita.
Ingredientes:
200 gramos de langostinos cocidos pelados.
Lechuga.
Zanahoria en cortada en tiras finas.
100 gramos de fideos de arroz o vermicelli.
Cebollino.
Cilantro.
Obleas de papel de arroz.
Para la salsa Nuoc Cham:
3-4 chiles frescos picados finitos.
4 cucharadas de salsa de pescado.
Zumo de 1 lima.
4 cucharadas de azúcar.
Media taza de agua tibia.
2 dientes de ajo.
Para hacer los rollitos sumergimos los fideos de arroz en agua durante 15 minutos.
Mientras vamos picando la lechuga y las zanahorias, y los langostinos los cortamos por la mitad a lo largo.
Pasados los 15 minutos sacamos los fideos del agua y los hervimos un par de minutos. Cuando estén fríos los cortamos en trocitos y ya estamos listos para hacer los rollitos.
Sumergimos las obleas de arroz en agua para que se ablanden y las ponemos sobre un plato. En un extremo ponemos los fideos y las verduras, el cilantro y el cebollino, y empezamos a enrollar. Cuando vayamos por la mitad del enrollado, añadimos dos mitades de gambas y plegamos los laterales y seguimos enrollando hasta el final.
Ya tenemos nuestros rollitos listos.
Ahora vamos a hacer la salsa:
Picamos los ajos y los chiles finitos.
En un bol ponemos el agua tibia, añadimos el azúcar y removemos hasta que estén integrados.
Añadimos la salsa de pescado, el zumo de lima, el ajo y los chiles y la salsa ya estará lista. Si la guardamos en un bote esterilizado en la nevera dura muchísimo tiempo. (la que estoy usando lleva meses guardada).
Hoy vamos a hacer Kepta duona, pan frito lituano. Haciendo ayer picatostes recordé un aperitivo típico de Lituania que comíamos bastante a menudo cuando visitamos el país en 2012.
Ingredientes:
Pan (a ser posible de centeno).
1 diente de ajo.
Mayonesa con ajo (casera mejor).
Queso rallado.
Aceite.
Para hacer el sencillísimo aperitivo lituano, cortamos el pan en bastones. En mi caso lo hago con pan casero hecho por mi.
Ponemos un buen chorro de aceite de girasol o de oliva refinado en una sartén, añadimos un diente de ajo para que el aceite coja gusto y lo sacamos antes de que se empiece a quemar.
Cuando el aceite esté bien caliente añadimos el pan y lo doramos aproximadamente un minuto por cada lado hasta que tenga un color dorado. Lo sacamos y lo ponemos a escurrir en papel de cocina. No demasiado tiempo para que no pierda el crujiente.
Cuando escurra lo ponemos en un plato o cuenco, le echamos un poco de queso rallado y lo metemos en el microondas unos 15-20 segundos para que se funda el queso.
Lo servimos con un cuenco con la mayonesa casera en la que vamos mojando los bastones para comerlos.
Perfecto para acompañar unas cervecitas. Mejor con una buena Švyturys Baltas lituana, la mejor cerveza del mundo…
¡Buen provecho!
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Hoy vamos a hacer un platillo japonés muy sencillo pero muy rico: omurice, tortilla rellena de arroz.
Ingredientes:
100 gr de arroz cocido.
Un contramuslo de pollo cortado en cubitos pequeños.
Media cebolla pequeña.
2 champiñones grandes.
media cucharadita de fondo dashi.
Ketchup.
una cucharada de salsa de soja.
Dos cucharadas de mantequilla.
Dos huevos.
Calentamos una cucharadita de aceite de girasol en una sartén. Cuando esté caliente añadimos el pollo. Cuando el pollo empiece a soltar jugo, añadimos el fondo dashi.
Cuando esté a medio cocinar, añadimos la cebolla y los champiñones y lo salteamos un poco. Luego añadimos el arroz, la soja y un chorrito de ketchup y removemos bien.
A continuación añadimos una cucharada de mantequilla y removemos bien.
Cuando esté listo retiramos del fuego y lo reservamos.
Entonces nos ponemos con la tortilla. En un cuenco batimos los dos huevos junto con una cuchara sopera de leche. Ponemos a calentar una sartén con mantequilla. Cuando esté bien caliente añadimos los huevos y hacemos la tortilla intentando que el centro quede un poco más gordita que por los bordes.
Cuando esté cocinada y antes de sacar de la sartén, ponemos la mezcla de la otra sartén en el centro de la tortilla y lo vertemos en un plato intentando que se vaya haciendo un rulo (hay que tener mucho arte la verdad).
Le ponemos un poco de ketchup por encima… ¡y listo para comer!
¡Buen provecho!
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Hoy vamos a hacer un platillo exquisito y muy, muy fácil de hacer.
Ingredientes (para 2 personas):
Dos contramuslos de pollo deshuesado (o pechuga pero queda menos jugosa).
4 cucharadas soperas de salsa de soja.
4 cucharadas soperas de sake.
1 cucharada de jengibre pelado rallado (mejor natural que en polvo).
2 dientes de ajo machacados.
Almidón katakuriko. Se puede sustituir por maizena. Yo uso harina de arroz que queda también fantástico y no absorbe nada de aceite.
Aceite de girasol.
Sal y pimienta.
En primer lugar cortamos el pollo en trozos del tamaño de un bocado, pero no demasiado pequeños para que quede más jugoso, y sazonamos.
Aparte, mezclamos la soja, el sake y el jengibre en un cuenco. Metemos el pollo, la mezcla y el ajo machacado en una bolsa hermética de plástico y metemos en la nevera. Lo dejamos macerar, al menos, una hora. Queda mucho mejor si lo dejamos macerar 24 horas…
Ya macerado, desechamos el líquido. Pasamos el pollo por el katakukiro/maizena/harina y freímos en abundante aceite caliente hasta que esté dorado. Lo sacamos y lo ponemos a escurrir en un papel de cocina pero no demasiado tiempo para que no se reblandezca.
En Japón lo sirven con su sopa de miso, un bol de arroz y col rallada. Recomiendo el restaurante Karayama Shinbashi, junto a al estación de Shinbashi. También puedes acompañarlo con un delicioso curry japonés.
¡Buen provecho!
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